Según planteó Rodolfo Rossi, presidente de Acsoja, los derechos de exportación afectan las posibilidades de aprovechar más la demanda internacional
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ROSARIO.- El presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), Rodolfo Rossi, alertó que el nivel de retenciones que tiene el cultivo ha colocado al sector ante la imposibilidad de aprovechar la oportunidad de crecimiento de demanda de los mercados. Según remarcó este jueves en el seminario que realiza la entidad en esta ciudad, esto “reduce” la competitividad frente a otros países productores y exportadores.
“Seguir produciendo un producto como la soja, con la oportunidad de crecimiento de demanda de los mercados a futuro que se estiman en continuo crecimiento, por lo insustituible en sus usos principales, [con] el nivel de los derechos de exportación nos coloca ante la imposibilidad de aprovecharlo y nos reduce la competitividad frente a los países productores-exportadores, y fundamentalmente afectando a vastas regiones del país productivo”, dijo Rossi durante la apertura. Estuvo el intendente de Rosario, Pablo Javkin, además de autoridades de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
“Algunas mejoras hubo en estos meses, desregulando actividades y en la parte impositiva esperemos que la ficha caiga de nuestro lado”, agregó luego Rossi, que remarcó que, “por más remanido que resulte reclamo es la razón fundamental por la cual no despegamos en las inversiones y aplicación de las tecnologías disponibles, que repercutirían positivamente en el aumento de la superficie agrícola total, con sustentabilidad, y de los rendimientos unitarios los cuales permanecen estancados a nivel país y que de modificarse permitiría colaborar en aumentar la torta para mejorar la situación económica tan castigada de la población”.
Entre otros temas prioritarios que tiene hoy la cadena, se refirió al reglamento 1115/2023 de la Unión Europea que, entre otros productos, desde enero próximo no aceptará el ingreso de soja y carne vacuna de zonas deforestadas después del 31 de diciembre de 2020. En este marco, Rossi defendió a VISEC, la plataforma argentina con un sistema de trazabilidad para garantizar que la producción provenga exclusivamente de campos libres de deforestación. “La harina de soja es el principal rubro en exportaciones de la cadena y a nivel país, que si bien tiene un mercado atomizado en decenas de países, más de un quinto de las exportaciones van a ese mercado de la Europa-27. Es más que autosuficiente en cereales, pero solo produce el 8% de sus necesidades en harina de soja”, precisó.
Remarcó en que el sector carece, por diversas razones, de posibilidades de segregación en cualquiera de las producciones. Y añadió: “La plataforma implementada por la industria, que tiene el valor de haber sido la primera ofrecida por los países exportadores para adaptarse a la regulación, implica efectivizar toda una cadena de documentos, trazabilidad, pases de mano de productos, verificaciones, cadena de custodia, desde decenas de miles de lotes y actores, generando esfuerzos comerciales, costos y riesgos importantes para lograr el suministro y destacamos que no sabemos los planes futuros sobre otros productos”.
Después señaló: “Nuestro acuerdo en el tema fue concentrar los esfuerzos en peticionar y colaborar con el gobierno de turno, mostrando las dificultades que presenta una regulación que es unilateral, que no respeta las leyes nacionales, que tiene exigencias excesivas, que no reconoce los esfuerzos para mantener y mejorar la sustentabilidad de nuestro sistema productivo entre tantos otros argumentos, y que no ha escuchado los reclamos del país y de los otros países productores, poniendo en riesgo su propio abastecimiento. La agroindustria argentina tiene mucho y bueno para mostrar al mundo, que necesita alimentos, forrajes, productos de la química verde y bioenergías”.
Rossi recordó el impacto de la última sequía en el cultivo y la recuperación, aunque lejos aún de su techo, que registró en la campaña 203/2024. “El crecimiento de la superficie de soja en la campaña que ha culminado con 50 millones de toneladas de producción, todavía muy por debajo del potencial que pudimos lograr hace 8 años, revirtió la caída del principal producto de la agroindustria del país, y ahora se estima un significativo crecimiento para la próxima siembra, cercana al 10%, por factores externos a la cadena”, dijo. Agregó: “La próxima siembra, en la que se estima una caída importante en el área de maíz, la soja ocuparía gran parte de esa superficie, que sumada a la mayor siembra del trigo, socio de la soja, permite estimar para un año normal y con mediana aplicación de tecnología una producción cercana a los 55 millones de toneladas”, expresó.
En otro tramo del discurso sostuvo que “el complejo soja estaría ya retomando la curva en un proceso de resiliencia, en el cual existen desafíos y situaciones frente a determinadas variables económicas y en un comercio internacional complejo, con stocks mundiales altos y demandas inmediatas inciertas, también afectadas por situaciones políticas, externas y pronósticos climáticos que, en la combinación de ellos, han deprimido los precios en más del 20% respecto de un año atrás”.
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