Las precipitaciones sirven para que haya una reserva de humedad de cara a la próxima siembra de trigo en un año donde volvería el fenómeno La Niña
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La semana sigue con previsiones de importantes lluvias en el área agrícola, beneficiosas para los cultivos de soja y de maíz de siembras tardías. Hasta ahora, aproximadamente el 40% de la región núcleo superó la media de precipitaciones para marzo. En este contexto, un aspecto se destaca: estas precipitaciones son esenciales de cara a la próxima siembra de trigo, desde mayo, especialmente considerando que hay pronósticos que anticipan para la próxima campaña un evento La Niña, que genera lluvias por debajo de lo normal.
“Más allá de los problemas que pueden surgir debido a las lluvias intensas en zonas vulnerables o urbanas, son sumamente importantes para la recomposición de agua en todos los sistemas hidrológicos y para satisfacer las necesidades hídricas de los cultivos de segunda hasta el final de su ciclo, lo que facilita un adecuado llenado de granos y eleva las expectativas de una cosecha prometedora. Además, estas precipitaciones son clave para preparar para la próxima campaña, especialmente de fina”, indicó Pablo Mercuri, director del Instituto de Clima y Agua del INTA.
Las lluvias ocurrieron en varias áreas de la provincia de Buenos Aires y el centro-norte de La Pampa, dejando registros de 30 a 50 mm en diferentes zonas. En la localidad bonaerense de Olavarría superaron los 80 mm. El fenómeno va a continuar hasta el jueves y se va a desplazar hacia Santa Fe y Entre Ríos. Luego, a partir del viernes, hacia el NOA y el NEA.
Mercuri indicó que las precipitaciones adquieren mayor relevancia ante los pronósticos que hablan de una Niña para la próxima campaña. “Durante los años de fenómeno El Niño, en general hay buenas precipitaciones durante la transición del verano al otoño. Por eso, más allá de que la próxima campaña pueda estar marcada por un evento de La Niña, al tratarse del año siguiente al evento de El Niño, es posible que su inicio esté caracterizado por menores problemas debido a que se cuenta con buenas reservas de agua”, dijo.
“Es distinto a 2023, que comenzamos sin disponibilidad de agua en el suelo. Ahora empezaríamos con muchos perfiles recargados, en algunas zonas las napas en mejor situación. Vemos que los modelos indican hacia fin de marzo e inicio de abril nuevamente probabilidad de lluvias en distintas zonas del país, especialmente en el centro del país”, agregó.
Cristian Russo, jefe de estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), señaló que los datos preliminares muestran que aproximadamente en el 40% de la región núcleo las precipitaciones registradas durante marzo han superado el promedio mensual. “Este marzo está demostrando una notable intensidad, y aún quedan algunos días de inestabilidad por delante, así que el Niño realmente se siente en este inicio de mes”, expresó. Agregó: “Si bien esto retrasa la cosecha de maíz que tenía que empezar a generalizarse, es muy positivo de cara a la nueva campaña fina [trigo]”. Explicó que los pronósticos hacia adelante son “complicados” [en cuanto a las chances de precipitaciones] y cualquier precipitación adicional durante el final del verano y el otoño será crucial para la acumulación de agua en los suelos, especialmente para la siembra de trigo.
Según la entidad, existe un 77% de probabilidad de que ocurra un evento “Niña” en octubre próximo. “El nivel de enfriamiento proyectado es raramente visto en los últimos 25 años”, explicó la BCR en un informe. La Niña se caracteriza por un enfriamiento anormal de las aguas del océano Pacífico ecuatorial, específicamente en la región central y oriental del Pacífico tropical. Este enfriamiento del agua ocurre debido a un fortalecimiento de los vientos alisios, que soplan de este a oeste a lo largo del Ecuador. “Para encontrar un enfriamiento similar, es necesario retroceder hasta finales de 2007 y principios de 2008, cuando se registraron valores de -1,5 y -1,6″, agregó la entidad.
En medio de las lluvias, Cecilia Conde, jefa de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), señaló que la cosecha tanto de maíz como de girasol se se vio considerablemente afectada. “El caso de girasol merece mayor consideración, ya que la incidencia de enfermedades de fin de ciclo, sumado al riesgo de vuelco por fuertes vientos podría haber generado pérdidas adicionales. En relación a los lotes sembrados con maíz temprano que estaban próximos a cosecharse esta semana, demorarán una semana más dependiendo de las condiciones ambientales poslluvias”, detalló.
Por otra parte, explicó que los lotes sembrados con maíz tardío y segunda mejorarán sustancialmente su condición. “Fundamentalmente la zona núcleo, donde los maíces tardíos transitan las primeras etapas del llenado de granos y la soja de segunda se encuentra en un periodo crítico de definición de rinde; con reportes de hasta 105 mm permitirán mantener una buena condición en dichos planteos. No obstante, en el caso de maíz tardío, alrededor del 20% ya venía afectado por la ola de calor en febrero, con lo cual esa superficie no se vería beneficiada por las precipitaciones registradas”, apuntó.
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