Juan Manuel Baruffaldi fundó junto a cuatro socios Deepagro, una compañía de inteligencia artificial que brinda una alternativa para ahorrar fitosanitarios en la pulverización agrícola
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“Quería poder conectar todo lo que yo venía haciendo en inteligencia artificial para cambiarle la vida a los productores, como mi viejo”. Con ese sueño en 2017, Juan Manuel Baruffaldi empezó a trabajar en la búsqueda de cómo usar esta tecnología y todo el potencial para hacer más eficiente la aplicación de fitosanitarios. Lo que nunca imaginó es que, gracias a esa inquietud, unos años después iba a fundar una empresa y desarrollar un innovador producto que les permite a los productores reducir entre un 70 y 90% el producto químico utilizado para combatir las malezas. En diciembre pasado obtuvo US$2 millones en una ronda de financiamiento.
Baruffaldi solía acompañar a su padre en el campo y siempre le había llamado la atención cómo en una libreta llevaba a cabo el trabajo de detección de malezas para, a partir de eso, aplicar los fitosanitarios. En ese momento estaba estudiando Ciencias de la Computación en la Universidad Nacional de Rosario y se había especializado en inteligencia artificial. En busca de desarrollar una solución para ello, orientó su tesis hacia la detección de malezas en imágenes utilizando redes generativas adversarias.
“Luego de tener la tesis terminada con un software que funcionaba, empecé a planear el prototipo y en 2018, pensando en el diseño y lo que necesitaba, sumé a dos socios más, Iván Regali y Marcos Mammarella, para que, con los conocimientos de electrónica que ellos tenían, pudiéramos desarrollar el primer prototipo”, comentó Baruffaldi.
Luego, el joven oriundo de Casilda, Santa Fe, sumó como socios a Juan Ignacio Cavalieri y Juan Ignacio Cornet, que tenían mucho conocimiento de inteligencia artificial para poder mejorar. Fue así que se formó el núcleo de los cinco fundadores de Deepagro, una firma de inteligencia artificial aplicada al agro.
Su primer desarrollo fue un producto de aplicación selectiva. Según detalló, se trata de una tecnología que, en tiempo real, detecta la maleza y aplica el químico solo sobre la maleza. “Esto lo podemos hacer tanto en barbecho como dentro de cultivos, es decir, diferencia maleza de cultivos y le permite al productor reducir un 70/80% la aplicación de producto químico”, indicó.
Baruffaldi explicó que son unas computadoras con cámaras que montan cada dos metros sobre el botalón del equipo pulverizador. Estas identifican automáticamente las malezas y con electroválvulas se aplica el herbicida en el lugar que corresponde. Esta tecnología la empezaron a probar en 2020 y en 2022 comenzaron a comercializarla.
“Lo interesante de esto es que nosotros volvemos inteligente el equipo pulverizador del productor agropecuario y lo único que después tiene que hacer el productor es apretar un botón en la cabina para hacer esa aplicación selectiva sobre el cultivo donde esté trabajando. Con lo cual se vuelve simple el uso de la herramienta”, dijo.
Actualmente lograron tener más de 30 equipos a campo y más de 500.000 hectáreas aplicadas con esta tecnología. Remarcó que se prevé que el mercado global de la inteligencia artificial en la agricultura crezca a US$4000 millones hasta 2026, con una CAGR [tasa de crecimiento anual compuesto] del 25.5%.
Por año, en el mundo se destinan más de 37.000 millones de dólares para el control de malezas. Un 70% estaría siendo desperdiciado. Por esa razón apuntan a reducir eso de manera significativa reinventando la industria de la pulverización y replanteando el mercado de agroquímicos.
En este contexto, indicó que es escasa la competencia que tienen. “A nivel global son pocas la cantidad de compañías que hay con estos desarrollos, y a su vez son muy pocas las que tienen producto en un estadio comercial. Con lo cual, para el nicho de mercado en el cual nos movemos y la solución que brindamos al productor es poca la competencia en cantidad de equipos, en cantidad, digamos, de oferta”, sostuvo.
En diciembre pasado cerraron una “ronda de financiamiento Seed” por US$2 millones y con ese desembolso buscarán tener una mayor posición en Brasil, donde están dando sus primeros pasos. Actualmente, además de la Argentina están en Uruguay. “Si bien estamos yendo de a poco en Brasil, es un mercado que tiene mucho potencial para aplicación selectiva dentro del cultivo, que es lo que hacemos nosotros. También estamos mirando Estados Unidos, pero para una segunda etapa”, dijo.
La ronda de financiamiento fue liderada por Draco Capital, acompañada por la reinversión del líder de la primera ronda, Grupo Dacas. Además, fondos de renombre como BYX Ventures, que es el brazo de inversión de BYMA; Innventure, que es el fondo de inversión surgido en la red Aapresid, y Pampa Start, un fondo en agTech, entre otras compañías del agro.
Ahora pasarán a una etapa en donde con acuerdos comerciales trabajarán para hacer crecer la compañía. En ese sentido lograron un acuerdo con Metalfor para tener equipos que salen de fábrica con esta tecnología selectiva. “Eso nos va a dar mucho volumen y llegada a distintos productores en distintos segmentos”, expresó. Por otro lado, indicó que tienen un acuerdo comercial con Crucianelli para llegar también a los subcontratistas, además de fabricar el producto a gran escala.
“Nuestros esfuerzos están enfocados en posicionarnos a nivel global como una de las compañías más relevantes de inteligencia artificial aplicada al agro”, concluyó.
Esta nota se publicó el 13 de marzo de 2024
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