"El plástico protege el medio ambiente". El concepto de la asociación civil Ecoplas es claro y contundente. Desde hace 25 años esta entidad se especializa en plásticos y su objetivo es promover la sustentabilidad de la industria y la valorización de los plásticos a los que no consideran un residuo, sino un recurso.
Mario Tonelli, gerente técnico de la entidad, explicó a LA NACION: "Actualmente hay una demonización de los plásticos pero la realidad es que tienen una ventaja importantísima en la vida moderna. La medicina sería impracticable sin la existencia de ellos, como así también los envases, la construcción, el transporte, el deporte, el entretenimiento, etc. Si se reemplazara el plástico por otros materiales, los envases pesarían cuatro veces más, se emitiría un 67% más de gases con efecto invernadero y se consumiría un 57% más de energía durante el ciclo de vida de un producto".
Según informaron desde Ecoplas, mientras que el "consumo" de plásticos per cápita en la Argentina se mantuvo estable durante los últimos años (42 kilos por habitante por año según el último dato disponible de 2017), la industria recicladora está en déficit, trabajando al 50% de su capacidad por falta de material. En la entidad afirman que esto se debe a la falta de políticas públicas estables.
"Hay una enorme deficiencia en la gestión de los residuos y una falta de concientización en su tratamiento. Por ejemplo, en el uso diario en nuestras casas hay que separar los materiales reciclables y no reciclables. Vemos que la concientización y educación con respecto al reciclado va avanzando, pero no con la rapidez y la contundencia necesaria. Es un mito que los plásticos son contaminantes: se usan en medicina en envases de suero fisiológico y jeringas y, desde hace más de 40 años, en sachets de leche y envases de todo tipo que están aprobados por el Código Alimentario Argentino", afirmó Tonelli.
El aporte del agro
En la agricultura se destaca el uso de silobolsas. Se recicla entre el 80% y el 90% del total. Luego siguen los bidones de fitosanitarios. "Con respecto a estos últimos vemos que la ley está vigente y en proceso de reglamentación. Las empresas lo están poniendo en marcha, pero es un proceso que requiere tiempo, capacitación y concientización, por ejemplo, para los usuarios que venden los productos y los agricultores. Es necesario que ellos comprendan cómo ese envase de plástico vacío necesita un triple lavado para luego ser enviado a un centro de acopio para su reutilización", afirmó el gerente.
Además, explicó que el recurso plástico se recicla y genera nuevos productos como cañerías, bolsas de consorcio, baldes, bancos de plaza y juegos para niños, madera plástica (que tiene las mismas propiedades que la madera común y más resistencia), entre otros. Así, el plástico vuelve al circuito productivo como insumo o nuevo producto creando un circuito de economía circular en pos de la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente.
Plasticultura y cultivos protegidos
Según el Comité Argentino de Plásticos para la Producción Agropecuaria, en la Argentina existe un avance en la superficie de cultivos bajo cubierta que alcanza más de 6500 hectáreas de invernaderos. Las hortalizas ocupan el 84% de la superficie cultivada bajo cubierta (5474 hectáreas) y la floricultura, el 16% restante (1043 hectáreas). Además, se estima que el país es el quinto con mayor superficie de cultivos protegidos.
"La Argentina tiene un clima subtropical templado, lo que le permite el desarrollo de cultivos protegidos en todo el territorio. Si bien el nivel tecnológico en la producción bajo cubierta en el país es bajo, se ve una creciente incorporación de la automatización y mejores estructuras que permiten un mejor control del ambiente interno", afirmó Natalia Maier, experta en aditivos para plásticos de la empresa Basf para la Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Chile.
Según se detalló en un documento, el uso del plástico en la agricultura, denominada plasticultura, responde a la tendencia de producir más utilizando menos recursos con los objetivos de aumentar la productividad, reducir el consumo de agua y generar un uso más racional de los insumos agrícolas.