Entidades del sector valoraron la postergación por un año de la entrada en vigor de un reglamento que no permitirá el ingreso de carne y soja, entre otros productos, de zonas deforestadas luego de 2020
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Finalmente, el Parlamento Europeo prorrogó por un año la puesta en marcha del reglamento de ese bloque contra la deforestación (EUDR), tras la queja de varias de sus naciones y del pedido formal realizado por la Comisión Europea (CE) un mes atrás. Vale recordar que la entrada en vigencia de esta normativa 1115/2023 significa impedir la comercialización en Europa de carne vacuna, soja y otros productos agrícolas como cacao, café, aceite de palma, madera y caucho de zonas donde se hubiera deforestado después de 2020.
La noticia fue muy bien recibida en la Argentina por parte de todo el sector agropecuario. Luego de tomar conocimiento del dictamen del organismo europeo, Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) señaló: “Recibimos con beneplácito la noticia de la prórroga por 12 meses de la entrada en vigencia de la Resolución 1115″.
“Y una vez más demuestra que la posición como entidad no estaba alejada de la realidad y abre las puertas a una charla abierta, franca y de consenso. En ese sentido, la posición de CRA sigue inalterable. No podemos permitir que nuestros productores no puedan desarrollar y trabajar en sus campos en base a una legislación extranjera”, añadió el dirigente.
En esa línea, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), fue fulminante con sus declaraciones: “Seguiremos trabajando para que nunca se implemente. Celebramos que la UE haya decidido posponer y rever la aplicación de la norma respecto a la deforestación agregada para los productos con destino a ese mercado. Desde un primer momento nuestra entidad rechazó de manera categórica esta iniciativa tanto en ámbitos nacionales como internacionales (Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur, Foro Mercosur de la Carne, Organización Mundial de Agricultores, reuniones COPs y encuentros específicos en Chile, Paraguay, Uruguay, Alemania y Bélgica). No obstante, desde hace dos años trabajamos arduamente y hoy vemos que se logró un avance que parecía imposible de lograr”.
“Si bien seguimos sosteniendo nuestras objeciones, ahora el desafío será seguir recorriendo el mismo camino para lograr que nunca se implemente este tipo de normativas que implican una invasión sobre la soberanía nacional. Somos parte de la solución, no del problema. Creemos firmemente en los consensos basados en trabajo y discusión con participación efectiva y no en las oposiciones públicas extremistas que solo llevan confusión a los productores y a los compradores mundiales”, agregó.
En coincidencia, Elbio Laucirica, titular de Coninagro, celebró la consolidación del pedido de prórroga de la resolución y también observó como “favorable” que se esté pensando en implementar la categoría de país sin riesgo de deforestación y, por el otro, tomando como base 1990, como considerar aquellos países que tienen leyes de protección de los bosques.
“En la FAO tuvimos un taller donde justamente se habló del tema y donde la deforestación está regulada en determinada proporción y, por el otro lado, también la utilización de los bosques a través de ganadería integrada, lo que lo hace este mucho más sustentable al sistema de bosques. No, obstante, es importante que este tipo de normativas no condicionen justamente el desarrollo económico y productivo de las naciones, más aún con sistemas de producción como en la Argentina, por ejemplo, donde son altamente sustentables”, subrayó.
Por su parte, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), destacó como una “señal positiva” esta postergación por parte del Parlamento Europeo de la normativa contra la deforestación “para tener más tiempo de adaptación”.
“Si bien Visec es un sistema muy desarrollado igual necesitamos seguir trabajando. Ahora es el momento de plantear más cambios, entre ellos eliminar la segregación física que es un costo alto innecesario. La nueva categoría de no riesgo es una buena opción, pero no debe ser usada como herramienta política para ayudar a algunos países y perjudicar a otros. La Argentina debe ser reconocida como país sin riesgo de deforestación y trabajaremos para eso”, afirmó el directivo.
Para Andrés Costamagna, director y miembro de la Comisión de Sostenibilidad de la SRA, esta prórroga va a permitir al sector tener mejores mecanismos, estar chequeados para que, “en el improbable caso de que esto avance, tener lista la puerta de la salida de emergencia con los sistemas de reporte de monitoreo, reporte de verificación validados para poder cumplir con la normativa si es que la Unión Europea insiste en aplicarla más allá de que se pueda debatir algunos cambios que directamente afectan a los sistemas productivos argentinos y sudamericanos”.
“Debemos entender que la Comisión Europea hizo este pedido porque hay 14 países de los 27 de la Unión Europea que estaban con serias dificultades de dar cumplimiento a la normativa. Y esto nos da un espacio de discusión para que junto con esos 14 países europeos podamos adecuar, en el caso que esto se lleve adelante, a la realidad de los sistemas productivos, de los modelos productivos y de los alcances de la producción de agroalimentos sudamericanos que es bien distinta a la de la UE: de mucho menor impacto ambiental”, dijo a LA NACION.
Según comentó, en el recinto del Parlamento hubo un debate muy intenso, muy acalorado y bastante desordenado, hasta que al final la Comisión Europea consiguió los votos necesarios para la postergación del inicio de la normativa en cuestión.
“A su vez, se abrió el debate a poder tener algunos cambios, inclusiones y cambios en la norma, cosa que no estaba previsto. Esto fue lo que provocó grandes discusiones, donde la UE también propondría la posibilidad de declarar países libres de riesgo de deforestación. Este era un pedido particularmente de Estados Unidos y de Canadá, probablemente sea algo que beneficie a Uruguay dentro de nuestro contexto y territorio americano. Nos parece una iniciativa que va en la línea porque los países europeos no estaban preparados, el resto de los países teníamos diferentes tipos de avances para poder cumplir con el requerimiento”, detalló.
En este contexto, aseguró que se puede abrir una buena instancia de negociaciones de aquellos puntos controversiales, improcedentes y puntos que no tenían ningún tipo de sentido en cuanto a lo que se había normado desde Bruselas.
“Esperamos ahora seguir adaptándonos al sistema, pero también poder discutir los cambios necesarios para que la Argentina sea considerada de bajo riesgo de deforestación y que los sistemas agroalimentarios argentinos puedan tener la calificación necesaria como de bajo impacto ambiental y para eso estamos trabajando”, indicó.
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