La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó una superficie de 6,5 millones de hectáreas, 200.000 menos que en el ciclo 21/22; la suba de costos y el riesgo a una mayor intervención del Gobierno son los principales factores que explican la caída
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En el contexto de una crisis global en el precio de los alimentos por la invasión de Rusia a Ucrania, la Argentina reducirá un 3% el área sembrada con trigo en la campaña agrícola 22/23 respecto del ciclo anterior.
Según el informe pre-campaña de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que se dio a conocer hoy la superficie sembrada con el cereal alcanzaría 6,5 millones de hectáreas, 200.000 menos que el ciclo 2021/22.
“Entre los factores que explican la baja se encuentran los aumentos en los costos de insumos, la mejora relativa en los márgenes del cultivo de cebada, y especialmente las políticas domésticas que afectan al cultivo de trigo y la incertidumbre en relación a futuros cambios en las mismas”, explicó el informe de la entidad.
Pese a la baja, el cálculo de 6,5 millones de hectáreas superaría el promedio de las cinco campañas anteriores, que se ubicó en 6,3 millones de hectáreas.
Al detallar los factores que influyen para decidir una baja en el área de siembra por parte de los productores, el informe señala también el escenario climático de “Niña débil” hacia un “Neutral frío”, la suba de costos de los insumos para el paquete tecnológico del trigo, dificultades para el abastecimiento de fertilizantes y combustibles y una mayor intención de siembra de cebada, cultivo que compite con el trigo en el sur de la región agrícola. “Esta intención estaría traccionada por los mayores precios de la cebada, las ventajas que posee este cereal para los planteos de soja de segunda, y las menores expectativas de intervención sobre el cultivo a través de políticas públicas”, añade.
Además, el trabajo de la Bolsa identifica a los cambios en las políticas de derechos de exportación y restricciones comerciales. En diciembre pasado el Gobierno fijó el criterio de “volúmenes de equilibrio” por el cual administra la exportación del cereal y no permite nuevas declaraciones de ventas externas cuando se alcanza el 90% del volumen de cosecha calculado para exportar. Hace unas semanas, además, dispuso la creación de un fideicomiso para subsidiar la venta de harina, pan y fideos en el mercado interno.
Por otra parte, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, pidió la suba de los derechos de exportación para el trigo con el argumento de que influyen en el precio de los alimentos. Este reclamo fue desechado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y enfrentado por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez.
Pese al escenario bajista, el informe de la Bolsa identifica otros factores que podrían atemperar la caída. Estos son:
- “Buen desempeño del trigo ante escenarios climáticos adversos, con buenos rendimientos recolectados durante el ciclo previo, a pesar del impacto climático de “La Niña” durante el ciclo 2021/22.”
- “El rol del cultivo en la rotación y los servicios que brinda al sistema productivo.”
- “La posibilidad de ajustar la inversión en tecnología, gracias a la diversificación en la aplicación de fertilizantes a la siembra o en macollaje, permitiendo de esta forma ajustar dosis en función de la evolución del clima y el potencial del cultivo.”
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