El mes que viene, Andrea Sarnari y Omar Barchetta definirán quién se queda con la conducción de la entidad
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Falta un mes para que la Federación Agraria Argentina (FAA) elija a su nuevo presidente y tan solo dos días para que se cierren las listas de candidatos a directores. Omar Barchetta y Andrea Sarnari emergen como los principales aspirantes al liderazgo de la entidad. Ambos candidatos están ultimando los detalles de sus equipos de trabajo en un esfuerzo por ganarse el apoyo de los socios de la federación.
El sucesor de Elvio Guía, quien asumió como presidente interino tras la trágica muerte de Carlos Achetoni en un accidente automovilístico en la provincia de Buenos Aires, será elegido durante el Congreso Anual Ordinario previsto para el 26 y el 27 de septiembre próximo. En esas jornadas, los 27 delegados deliberarán y votarán para decidir quién los representará durante los próximos dos años. LA NACION dialogó con ambos candidatos para conocer su historia, proyectos y la razón de su aspiración a presidir una de las entidades más importantes del sector agropecuario.
“Toda mi vida pasó por adentro de la historia de la Federación Agraria, es mi segunda casa”, dijo Sarnari. Su conexión con la FAA es parte de su legado familiar: su abuelo y su padre participaron activamente en la entidad. Desde los 13 años comenzó a involucrarse en los centros juveniles de la FAA, una primera instancia de participación que la marcó para siempre. A sus 49 años, esta experiencia ha sido el centro de su vida profesional y personal.
Originaria de Bolívar, provincia de Buenos Aires, vivió en el campo hasta los 18 años. Completó toda su educación primaria y secundaria. Luego estudió abogacía en la Universidad Nacional de Rosario, especializándose en derecho agrario, lo que complementó su experiencia en el sector. Su carrera como abogada siempre estuvo ligada al agro. Además es productora agrícola y ganadera, explotando una chacra familiar junto a su madre y hermano en la localidad que la vio crecer.
Tras su paso por los centros juveniles, asumió la presidencia de la Fundación de FAA entre 2000 y 2009. En 2018, bajo la presidencia de Achetoni fue elegida síndica de la entidad, cargo que ocupó durante dos años. Posteriormente fue electa directora por el distrito 9 de Bolívar. “Una vez que fui directora nacional fui nombrada como secretaria Gremial a nivel nacional y en lo que soy hasta hoy”, afirmó.
Sarnari explicó que aspira a ser presidenta de FAA con una visión que trasciende el ámbito personal y se enmarca en un contexto histórico y institucional. “Por primera vez en la historia de una entidad gremial como la Federación Agraria hay una candidata a presidenta mujer”, afirmó.
Subrayó que su candidatura no surge de un deseo personal, sino de una trayectoria de militancia y trabajo gremial que ha resonado entre sus compañeros. “Mi trayectoria y compromiso dentro de la entidad han hecho que muchos de mis compañeros y compañeras, desde las bases, filiales, cooperativas y grupos juveniles, vean en mí una figura que puede aglutinar y movilizar a la organización”, añadió.
Enfatizó que su candidatura representa un proyecto institucional más que una ambición personal. “No es algo que estuvo dentro de mis proyecciones ser presidente, lo tomo como una responsabilidad de poder representar a muchos compañeros federados que se ven reflejados en mi historia, en mi profesión y en mi trabajo de tantos años con la posibilidad de realizar una actividad gremial más fuerte y distinta”.
Para la dirigente, uno de los mayores desafíos que tendría en su rol como presidenta es renovar la institución, siempre manteniendo y sosteniendo las líneas históricas de la FAA. “Cambió mucho la realidad del agricultor de 1912 que dio nacimiento a la entidad. Lo que hay que tratar es de representar esos cambios estructurales, sociales, culturales y productivos. El productor de hoy es muy diferente al de hace unos años e institucionalmente hay que adaptar a la FAA para poder representar al nuevo productor agrario”, dijo.
“Esto se hace con renovación dirigencial y a eso apuesto yo. A que renovemos la dirigencia agropecuaria, no por cambiar nombres o personas. Hay que sumar, pero hay que sumar miradas que tengan innovación. No en las formas, nos vamos quedando cada vez más”, añadió.
Por su parte, Barchetta es productor agropecuario de Alcorta, en el departamento Constitución, provincia de Santa Fe. Ha dedicado su vida a la producción agropecuaria y el gremialismo. Junto con su hermano y su hijo, maneja una explotación agropecuaria familiar y brinda servicios de cosecha en la región. Su historia en el ámbito gremial comenzó a los 18 años, cuando se unió a los centros juveniles de la FAA, donde participó activamente hasta los 29 años, que es el límite de edad para estos centros.
Después de su etapa en los centros juveniles, Barchetta se vinculó con las filiales de la FAA que incluyen cooperativas y asociaciones locales. Estas filiales son la principal fuente de candidatos para los cargos a nivel nacional. Aunque se apartó de la FAA durante algunos años, regresó para asumir roles clave: fue secretario de Finanzas, secretario gremial y vicepresidente primero de la entidad entre 2010 y 2011. Su compromiso con la defensa de los productores lo llevó a incursionar en la política como diputado nacional por el Partido Socialista de Santa Fe, entre 2011 y 2015, tras el conflicto por la resolución 125 de 2008.
Tras su paso por la política, Barchetta volvió a concentrarse en la producción agropecuaria, pero mantuvo su vínculo con la FAA como directivo. “Mi objetivo es defender los intereses y derechos de los pequeños y medianos productores que representa la Federación Agraria”, afirmó. “Quiero lograr que los gobiernos, ya sean municipales, provinciales o nacionales, realicen las gestiones necesarias para que los productores puedan trabajar en las mejores condiciones posibles”, añadió.
El candidato reconoció la importancia de adaptarse a los cambios tecnológicos en el sector. “Es fundamental que los productores tengan acceso a las herramientas y tecnologías necesarias para mejorar su productividad”, señaló. “Necesitamos trabajar para que los productores puedan acceder a créditos para adquirir maquinaria moderna y nuevas tecnologías, y para crear un fondo que permita asegurarse contra inclemencias como la sequía”. En su visión, el gremialismo debe adaptarse a los desafíos actuales y seguir luchando por un entorno favorable para la producción agropecuaria.
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