Mañana el kirchnerismo en Diputados buscará aprobar una normativa que reduce el uso de biodiésel con el apoyo de un sector de Juntos por el Cambio
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CÓRDOBA.- El kirchnerismo tiene los votos para aprobar este jueves en Diputados la nueva ley de biocombustibles que establece que para el gasoil el corte mínimo de biodiésel de soja debe ser del 5% (hoy es el 10%), aunque la Secretaría de Energía de la Nación podrá elevarlo o reducirlo hasta un piso del 3%. En el caso de las naftas, indica que deberá contener un porcentaje mínimo obligatorio de bioetanol de 12%. Queda igual que ahora aunque eventualmente podría reducirse a 9% con una merma que absorbería el etanol de maíz, no el de caña de azúcar. El oficialismo logró el apoyo de una decena de legisladores de Cambiemos, con lo que cuenta con el apoyo necesario.
El anterior régimen venció el 12 de mayo y el Ejecutivo lo prorrogó por decreto hasta el 12 de julio. El sector de los productores de biocombustibles en base a maíz -perjudicado por la nueva normativa- impulsa que se mantenga el actual corte y que se establezca que el precio no podrá superar el del elaborado en base a caña de azúcar.
Desde la firma Bio4, Manuel Ron dijo a LA NACION que de esa forma -que admitió no es la “ideal”- se busca “aventar los fantasmas de que las commodities suben y presionan en el surtidor; si se analiza la tendencia no es así”. Remarcó que cuando sube el petróleo, que incide en el precio de las naftas, no se hacen planteos como el que alcanza a los biocombustibles.
Por su lado, Víctor Acastello, desde ACA Bio, indicó que con esta propuesta el sector apunta a dar de baja a las razones que esgrimieron los legisladores que apoyan el proyecto y que apuntan a los precios de las materas primas. Insistió en que si la ley se aprueba sin cambios será “un golpe muy duro” para la industria.
Otra preocupación que indican los empresarios es el nivel de “arbitrariedad” que la ley deja a la Secretaría de Energía para moverse. “Hay que reducir las incertidumbres”, dijo Ron.
El bloque de legisladores de Hacemos por Córdoba -cuatro diputados que responden al gobernador Juan Schiaretti- votarán en contra del proyecto y lo mismo hará una parte de Juntos por el Cambio liderada por Mario Negri, quien en sus redes sociales sostuvo: “El kirchnerismo busca castigar a la industria de los biocombustibles. El jueves quiere sancionar una ley que rebaja la participación de los biocombustibles en los combustibles líquidos. En Córdoba peligrarán casi cinco mil empleos en 19 fábricas de biocombustibles y cuatro de bioetanol”.
Del bloque opositor acompañarán la norma los tucumanos José Cano, Domingo Amaya y Lidia Ascárate y los jujeños Jorge Rizzotti, Gabriela Burgos y Osmar Monaldi. Se trata de dos provincias donde la industria azucarera tiene un rol clave. Beatriz Ávila, del Partido de la Justicia Social, es otra diputada que votará a favor.
Las expectativas de la industria está puesta en que en el Senado haya modificaciones y se acepte la propuesta de usar la caña de azúcar como tope de precio para los biocombustibles en base a maíz. El fundamento es que los senadores por unanimidad prorrogaron la ley; después Diputados cambió el destino y Máximo Kirchner -quien no firmó el proyecto- lideró la movida para un nuevo régimen.
En la Argentina funcionan 56 plantas productoras de biocombustibles (en base a soja, maíz y caña de azúcar) que generan en el total del complejo 60.000 empleos en San Luis, La Pampa, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y Salta.
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