Los derivados son instrumentos que permite mitigar el riesgo “precio” ante posibles fluctuaciones
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Hemos visto a través del tiempo la alta fluctuación de los precios de los commodities agrícolas y sus derivados (maíz, trigo, soja, harina de soja, aceite de soja, etc.) y la pregunta que amerita plantearse es qué hacer y a qué herramientas comerciales pueden recurrir los actores de la cadena (productores, exportadores, o fabricantes internos, etc.) para disminuir el riesgo de que tales cambios no afecten seriamente la sustentabilidad de la empresa, permitiendo capturar “ganancias” o evitando “perdidas”.
Además, el comercio mundial de commodities se realiza a futuro. Ningún país importador de materias primas compra hoy lo que necesita la semana que viene. Lo planifica con meses y años de anticipación.
Los mercados a término (en la Argentina el MATba-Rofex) permiten celebrar operaciones de derivados financieros (IDF) tales como comprar y/o vender a futuro, operar en el mercado de opciones, etc. Otra opción, fuera de los citados mercados es la concertación de operaciones a plazo (forward). Con alguna de las dos alternativas o con una combinación de ellas, se puede fijar el precio base de la producción, el costo de la materia prima, etc.
Los derivados (su nombre se debe a que su valor deriva del activo subyacente) son instrumentos que permiten a los inversionistas/operadores, fabricantes internos, exportadores, productores mitigar el riesgo “precio” ante la volatilidad y posibles fluctuaciones, teniendo dos usos u objetivos básicos: la administración o cobertura de riesgos y la especulación, desde el punto de vista económico, los efectos del uso de estos instrumentos son variados y dependientes de su finalidad.
Es notable verificar que un gran número de productores agropecuarios, probablemente en el segmento de pequeños y medianos, no utilizan los derivados, corriendo el riesgo de precio sin cobertura, como si fuese aconsejable usar un vehículo de transporte sin seguro. Paradojamente, los mismos actores utilizan los mejores agro insumos, recurren a asesoramiento profesional, se nuclean en cámaras, etc. en búsqueda de ser más eficientes en la producción en volumen y calidad, dejando inexplicablemente un gran porcentaje al descubierto un riesgo tan importante como los anteriores: el precio.
Repasando debemos recordar que existen en el mercado (institucional como el MATba-Rofex) o en el no institucional (OTC) alternativas disponibles, que pueden (y deben) ser utilizadas:
Contratos forwards, a futuro y opciones
Un forward es un contrato a largo plazo entre dos partes para comprar o vender un activo a precio fijado y en una fecha determinada. La diferencia con los contratos de futuros es que los forward se contratan en operaciones over the counter (OTC), es decir fuera de mercados organizados y su anulación debe pactarse con la contraparte.
En el contrato a futuro se pacta un precio presente en una fecha futura. Con esta alternativa se puede especular sobre los movimientos del activo con la intención de tener una cobertura ante cualquier eventualidad, se pactan en mercados organizados, MATba-Rofex en la Argentina y CBOT en USA.
Las opciones son derechos de compra y de venta sobre un activo (producción, materias, primas, etc.), llamado activo subyacente. Por ejemplo, en una opción soja el activo subyacente es el propio grano. Hay 2 tipos de opciones: opciones call que son opciones de compra y pociones put que son opciones de venta.
Un call es un contrato que da a su tenedor (el que la ha comprado) la opción de allí su nombre de comprar o no el activo subyacente en cualquier momento o al vencimiento de la misma a un precio determinado. Vemos que el derecho es para el tenedor o comprador de la opción mientras que para el vendedor o lanzador de la misma es obligatoria la venta si el comprador ejerce su derecho.
Un put es un contrato que otorga a su tenedor el derecho a vender el activo subyacente en cualquier momento o al vencimiento de la misma a un precio determinado. Aquí el tenedor de un put lo ejercerá cuando el precio del activo subyacente en el mercado sea inferior al precio estipulado en el put.
Reiteramos que una opción otorga a su tenedor el derecho más no la obligación de comprar o vender un activo a un precio determinado. Si ejercemos nuestro derecho, pasaremos a esta vendidos en el mercado de futuro, pudiendo luego cancelar esa venta con una compra obteniendo perdida o ganancia o entregar la mercadería y cobrar el precio de la opción original comprada.
En un contrato de futuros no existe tal alternativa debiendo quien está comprado en futuros, comprar el activo al vencimiento o entregar/recibir el activo subyacente (delivery). En cambio, en el contrato de opciones, tenemos la “la opción de hacerlo” (comprar o vender un activo), pero no la obligación y esa opción tiene un valor, que se denomina prima y una propiedad fundamental es que la prima nunca puede ser negativa.
Haciendo una comparación simple, podríamos decir que la prima que se abona al lanzador por una opción, es equivalente a la prima que se paga por un seguro a una compañía de seguros.
En los contratos con entrega, quien al llegar el vencimiento del contrato de futuro está vendido tiene la obligación de entregar la mercadería en la calidad, en el lugar y en la cantidad estipulada en el contrato de futuros; mientras que quien esté comprado tiene la obligación de pagar el precio pactado.
En la Argentina el MATba-Rofex pone a disposición del mercado, productos tales como: PAF Digital Garantizado (contrato a fijar garantizado); Futuros y Opciones sobre Soja, Maíz y Trigo; Futuros y Opciones sobre Soja Chicago y Maíz Chicago; Futuros y Opciones sobre Soja, Maíz y Trigo; Futuros y Opciones Ganaderos; Futuros y Opciones sobre Leche Cruda; Futuros y Opciones sobre Sorgo; Futuros y Opciones sobre Girasol; Futuros y Opciones sobre Cebada.
Enfáticamente, podemos afirmar que resulta necesario contar con un asesoramiento comercial profesional, que permita a los productores agropecuarios capturar las oportunidades que brindan los mercados, mediante el uso de estas herramientas, así como evitar las pérdidas que pueden generar la altísima volatilidad de los precios.
La cadena comercial (asociaciones de productores, corredores, acopiadores, cooperativas, asesores contables y económicos, etc.) debería ser agentes que los asistan en la disminución del riesgo empresario, en momentos en que el mundo sufre cambios muy profundos y las variables comerciales varían acorde a ellos en frecuencia e intensidad.
El autor es contador público nacional, especialista en temas agropecuarios
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