Aumentar la eficiencia en el uso de nutrientes mediante herramientas de diagnóstico y técnicas de aplicación que contemplen la variabilidad espacial del lote. Ese es el objetivo principal de la implementación de tecnologías de agricultura de precisión orientadas al manejo de nutrientes que ha ganado popularidad en la Argentina en los últimos años. Esta incorporación tecnológica ha sido motivada por una mayor oferta de herramientas mecánicas e informáticas, pero también por una mayor disponibilidad de información para los productores y técnicos sobre cómo utilizarlas en forma correcta.
Estudios nacionales han demostrado que las variaciones en las propiedades del suelo dentro de un lote determinan cómo el nivel óptimo de fertilizante a aplicar varía de manera considerable.
En estas condiciones, el manejo tradicional con dosis uniforme puede derivar en la subfertilización en algunas áreas y la sobrefertilización en otras. Aquí es donde la agricultura de precisión puede ayudar al sector agropecuario argentino a dar un salto de calidad e innovación. La investigación ha demostrado que la tecnología de dosis variable permite aumentar la rentabilidad y colabora con reducir el impacto ambiental de la producción agrícola.
Para el manejo del nitrógeno es fundamental contemplar la oferta y la demanda de este nutriente en forma integrada a la hora de generar una prescripción de fertilización nitrogenada con dosis variable, ya que la cuantificación de la demanda en forma aislada, por ejemplo mediante el uso de mapas de rendimiento de años anteriores o de imágenes multiespectrales que se correlacionen con la productividad vegetal, puede no ser la estrategia más acertada para separar áreas dentro del lote con diferentes requerimientos de nitrógeno.
La cuantificación de la oferta de este nutriente en forma individual ignora el potencial de rendimiento del ambiente y no es un planteo recomendable en regiones con pluviometría variable donde las pérdidas de nitrógeno del sistema pueden ser importantes. Estudios internacionales concluyen que aquellas recomendaciones de fertilización que ignoran por completo el potencial del ambiente están sujetas, en el mejor de los casos, a un 50 por ciento de éxito.
Por otro lado, el manejo del fósforo presenta menor complejidad, particularmente en regiones con suelos poco fijadores como los de la región templada argentina. Sin embargo, cuando se considera la variabilidad espacial de la disponibilidad de fósforo para los cultivos, el manejo de este nutriente se complejiza significativamente.
Con el fin de evaluar la conveniencia económica de la fertilización fosforada con dosis variable en la región pampeana, se realizó un estudio en 175 lotes de producción muestreados en grilla con una intensidad aproximada de una muestra por hectárea.
Los resultados demostraron que la fertilización variable presentó un margen bruto considerablemente mayor que el de la fertilización con dosis uniforme y su impacto económico fue mayor para el trigo, con un incremento de margen bruto promedio por hectárea de US$39. Para el maíz y la soja fue de US$30 y 27, respectivamente.
Si se lo compara con el uso convencional con dosis uniforme, el manejo sitio específico tiene la potencialidad de aumentar la eficiencia del uso de nutrientes, los rendimientos de los cultivos y la rentabilidad del productor, además de minimizar los problemas de contaminación ambiental.
El autor es director de la firma Clarion
Agustín Pagani
LA NACION