El mes pasado, el rubro aumentó 2,4%, por debajo del 4% del IPC del Indec; en cambio, en los últimos doce meses hay productos que acumularon mucho más que el 263,4% del indicador general
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“La leche está apareciendo”. Con esa frase, en la industria lechera quieren creer que lo peor de la caída de la producción ya pasó y, aunque no alcance para compensar toda la pérdida, en lo que resta del año pueda registrarse un volumen aceptable que, además, aleje cualquier presión sobre los precios al público. Esto si bien la industria vende a salida de fábrica con un precio y luego en los supermercados es otro el valor. Como dato positivo, en julio pasado hubo una desaceleración de los valores al consumidor e, incluso, con una suba promedio de 2,4% el rubro [leche, productos lácteos y huevos] quedó por debajo del 4% de la inflación general (IPC, del Indec).
En medio de una situación difícil, que tiene entre sus elementos gravitantes y de arrastre mayores costos, problemas climáticos y un cuadro económico complicado en las empresas tamberas, entre enero y julio pasado la producción láctea descendió un 11,8%, versus igual período de 2023, a 5508 millones de litros. Julio de manera particular mostró una mejora: un 8,2% más de producción contra junio último.
El foco está puesto sobre la producción de la próxima primavera, que suele mejorar en línea con mejores condiciones productivas. “Las condiciones climáticas son favorables, aunque no va a alcanzar para compensar y el año caería 8 a 9% [en volumen]”, señalaron en el Centro de la Industria Lechera (CIL), entidad que preside Ércole Felippa.
En rigor, más allá de la merma, en la industria están expectantes por una recuperación en la producción considerando la mejor performance de julio pasado. “La leche está apareciendo”, insistieron ante LA NACION. El año pasado, vale recordar, con 11.326 millones de litros de leche la producción alcanzó el tercer registro más importante desde 2018, solo superado por los 11.557 millones de litros de 2022 y los 11.553 millones de litros de 2021.
La lechería es una actividad que durante el gobierno anterior estuvo limitada por controles de precios que se tradujeron en acciones como Precios Cuidados. Hoy no tiene ese tipo de restricciones y, además, el gobierno de Javier Milei, viene de darle una señal: eliminó de manera definitiva las retenciones. Sergio Massa, exministro de Economía, había suspendido por tres meses el cobro de los derechos de exportación en plena campaña electoral y luego la actual administración postergó la medida. En julio pasado, en el acto inaugural de la Exposición Rural de Palermo, Milei anunció la quita definitiva.
En este marco, en los últimos meses otro tema no menor han sido los precios al público mientras, por otra parte, se registraron importantes bajas en las ventas de los productos. Con menor producción, las empresas pagaron más para hacerse de materia prima. Según un informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), a partir de datos del Indec, “la leche, los productos lácteos y huevos en GBA crecieron un 2,4% en julio de 2024, un 106,7% en el período enero-julio y un 273,9% en el interanual”.
El 2,4% de julio pasado no solo reflejó una cifra inferior al 4% de la inflación, sino un freno versus otros meses críticos, como fue el 27,7% de enero último; el 16,3% de febrero; el 16,9% de marzo; el 8,4% de abril; el 4% de mayo o el 3,2% de junio.
“Puede verse claramente una desaceleración de los precios de los productos lácteos a nivel minorista que se contraponen con los incrementos de los índices salariales que se vienen dando, lo cual genera una expectativa más promisoria para recuperar los niveles de consumo que tuvieron una importante caída en los primeros seis meses del año”, analizó el OCLA en un informe. Las ventas internas, según Agricultura, han bajado entre enero y julio último un 14,4% en leches fluidas, 28,1% en leche en polvo y 9,1% en quesos.
Más allá de esta performance a la baja, y considerando que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) anualizado dio un 263,4%, hay lácteos que, comparando julio de 2024 versus julio de 2023 han registrado un valor mayor a la inflación. A modo de ejemplo, la leche entera en sachet lleva acumulado un incremento del 294,8%; el queso cremoso por un kilo un 289,9%; la manteca por 200 gramos un 350,4% y el dulce de leche por 400 gramos un 305,6%. El yogur firme por 195 cc trepó menos que la inflación anualizada: 233,9%. Por otra parte, el valor al tambero pagado por su materia prima se encareció un 285,7% en los últimos doce meses.
En el Gobierno, una fuente oficial indicó que, al margen de estos incrementos, se observa ya una “estabilización a salida de fábrica”. En la industria, en tanto, una fuente dijo que, “como la leche está apareciendo”, no hay motivo de preocupación por los precios.
“No veo un problema con los precios, más para el segundo semestre, que coincide con el crecimiento de la producción. Es posible que esté un poco demorada la oferta por las bajas temperaturas, falta de agua, pero dentro de 30 días aparece el pasto y aumenta la oferta y se termina todo el problema”, señaló un industrial, que remarcó: “El punto a revisar son los impuestos en todo el sector. Cualquier producto lácteo en el comercio contiene más del 40% de impuestos, un IVA diferente y una marginalidad superior al 30%. El foco tiene que estar puesto sobre todos los impuestos en el sector y no sobre el precio final en el comercio”.
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