La eliminación de restricciones comerciales y de las retenciones a la exportación implementadas por el actual Gobierno muestran efectos plenos en la cosecha triguera 2016/2017. A fines de enero, el precio trepó a US$ 170 por tonelada, muy por encima de los valores del año pasado. Otro dato: el 12 de diciembre, en plena trilla, el trigo se cotizaba a US$ 138 y el 12 de enero saltó a US$ 160, según detalla el consultor Alejandro Meneses, de Zorraquín, Meneses y Asociados.
Este rápido aumento impulsó ventas generalizadas por parte de muchos productores necesitados de liquidez. "Al 31 de enero de 2017 ya se vendió aproximadamente la mitad del saldo exportable, un registro muy superior al de la campaña pasada, cuando los precios no despegaban por el alto carry over de los exportadores, por los problemas de calidad del grano argentino y por ventas a mercados que demandaban principalmente trigos para forraje", observa Meneses.
Nicolás Udaquiola, de Globaltecnos SA, coincide: los valores sostenidos derivan de un mercado donde funcionan las fuerzas de la demanda, entre las que sobresale Brasil, los mercados del norte de África y los del sudeste asiático y la molinería local. En este escenario, los precios que reciben los productores argentinos llevan a Udaquiola a recomendar la venta de al menos una parte del trigo cámara a los valores actuales, porque el "pase" para posiciones futuras es muy escaso.