En su clásico Foro Anual, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) dejó en claro que la relación entre la oferta y la demanda de soja y de maíz continuará siendo muy ajustada durante la campaña 2021/2022, que se iniciará con las siembras durante abril. Lo hizo al difundir sus primeras valoraciones sobre las diversas variables comerciales que influirán sobre la disponibilidad de granos y sobre el rumbo de los precios que, a la luz de las cifras pronosticadas, deberían mantener la actual firmeza, con niveles que son los más altos desde julio de 2014 para la oleaginosa y desde julio de 2013 para el cereal.
Además, cabe poner en consideración que la estrechez augurada para la nueva campaña es tal contemplando un tiempo normal para la siembra, el desarrollo y la cosecha, por lo que el mercado podría inquietarse si las condiciones climáticas y el estado de los suelos se sale de esa normalidad esperada por los técnicos del organismo.
Respecto de la soja, luego de proyectar ayer la intención de siembra en 36,42 millones de hectáreas, por encima de los 33,63 millones del ciclo actual y de los 36,19 millones previstos, en promedio, por los privados, el USDA marcó las siguientes variaciones entre las cifras de la campaña 2020/2021 y la que se inicia en pocos meses:
- El stock inicial cae de 14,29 a 3,27 millones de toneladas.
- El rinde promedio ponderado pasa de 33,76 a 34,16 quintales por hectárea.
- La producción crece de 112,54 a 123,15 millones de toneladas.
- Las exportaciones bajan de 61,24 a 59,88 millones de toneladas.
- Las existencias finales suben de 3,27 a 3,95 millones de toneladas.
Si bien estas primeras valoraciones del USDA tienen mucho de tentativas y se fundan en sistemas informáticos más que en argumentos con base territorial, el mercado las adopta como un horizonte, pero la evolución de la cosecha en Brasil, y en poco tiempo más, en la Argentina, continuará influyendo con mayor fuerza sobre los precios, al igual que los pasos que de China en cuanto a sus compras de poroto de soja.
Acerca del maíz, con una intención de siembra que ayer fue proyectada por el USDA en 37,23 millones de hectáreas, por encima de los 36,75 millones de la campaña actual, pero por debajo de los 37,60 millones calculados, en promedio, por los operadores, los especialistas del organismo marcaron las siguientes variaciones de las principales variables comerciales estadounidenses entre el ciclo 2020/2021 y el 2021/2022:
- Las existencias iniciales caen de 48,74 a 38,15 millones de toneladas.
- El rinde promedio crece de 107,96 a 112,66 quintales por hectárea.
- La cosecha aumenta de 360,24 a 384,83 millones de toneladas.
- El uso de maíz en la industria del etanol sube de 125,73 a 132,09 millones de toneladas.
- Las exportaciones se incrementan de 66,04 a 67,31 millones de toneladas.
- El stock final apenas sube de 38,15 a 39,42 millones de toneladas.
Al igual que en el caso de la soja, el mercado toma las cifras dadas por el USDA como la chance de que la disponibilidad de maíz siga siendo ajustada, pero observa con mayor atención la recolección del cereal en Sudamérica y la siembra con demoras del maíz de la segunda cosecha de Brasil, al igual que los pasos de China, que en el actual ciclo 2020/2021 se convirtió el el primer importador mundial del forrajero.
Como datos a tener en cuenta, los 73,65 millones de hectáreas que serían cubiertos con soja y con maíz en la campaña 2021/2022 representarían un récord histórico en los Estados Unidos.
Y por el lado de las existencias finales 2021/2022 proyectadas, sin tener en cuenta las que dejará el ciclo actual, se mantendrían en el nivel más bajo desde la temporada comercial 2013/2014, que concluyó con 2,50 millones de toneladas de soja y con 31,29 millones de maíz.
Y todo, siempre considerando un tiempo normal sobre las zonas productoras del Medio Oeste, que actualmente muestran –según el Centro Nacional de Mitigación de la Sequía de EE.UU.– un 42,56% de los suelos con déficit hídrico, con áreas de los Estados de Minnesota, Illinois e Indiana con zonas bajo condiciones de sequía entre moderada a severa, y con buena parte del oeste de Iowa con etapas de sequía que van hasta el grado de extrema. Este cuadro de situación hídrica debería comenzar a revertirse en los próximos 25 a 30 días para que las siembras no comiencen con interrogantes sobre la viabilidad de los cultivos.
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