Si se respetan ciertas condiciones, no debería generar inconvenientes para la hacienda
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En las regiones agrícolas-ganaderas, una de las alternativas nutricionales disponible que tienen los productores es el aprovechamiento del poroto de soja “crudo” para producir carne o leche. En muchas oportunidades, estos granos no se pueden comercializar (por manchado, partido o menor tamaño) o su empleo es una alternativa desde el punto de vista operativo, aunque tenga buena calidad o cuando quedan en los rastrojos muchos porotos sin cosechar.
Sea un caso u otro, la realidad es que aparece una oportunidad muy interesante para transformar dicho grano crudo en carne o leche. Desde el punto de vista nutricional es posible su utilización, aunque existen algunos peligros (mortandad) con los animales que vayan a comer ese poroto crudo, tanto pastoreando los rastrojos como incorporado en una dieta (carne o leche) junto con otros concentrados, si no se tiene una serie de cuidados.
Es común escuchar que al poroto de soja crudo se debe tratar con altas temperaturas (superior a 80ºC) para eliminar o “desnaturalizar” algunas sustancias que reducen la actividad y digestibilidad de dos proteínas (tripsina y la quimotripsina). Ambas son enzimas secretadas por el páncreas al duodeno para digerir a las proteínas de los alimentos. La harina de soja o el expeller (tortas o extrusados) no presentan este problema porque en su procesamiento se expone al calor, el cual destruye dichas sustancias.
En cambio, cuando el poroto está “crudo” existe un gran peligro con animales “no rumiantes” (cerdos y aves). Mientras que, con los “rumiantes” no ocurre lo mismo gracias a las bacterias del rumen que destruyen a estas sustancia o factores inhibitorios, como también se las llaman.
Sin embargo, el mayor peligro que existe, tanto con los “rumiantes” como con los “no rumiantes”, son los altos niveles de grasas (18-20% sobre base seca) que puede tener el poroto de soja, especialmente aquellas grasas ricas en ácidos grasos insaturados, que tiene un efecto negativo sobre el crecimiento de las bacterias del rumen, siendo más afectadas las bacterias celulolíticas que las amilolíticas.
El nivel de tolerancia de “grasa” en bovinos para carne o leche varía entre el 5 al 6% de grasa (o extracto etéreo) sobre el total de la materia seca (MS) de la dieta.
Los excesos de grasas generan una reducción de la digestión de la fibra (de los pastos, henos o silajes de planta entera). De esta forma, estos forrajes permanecen demasiado tiempo en el rumen (+48hs), reduciendo el consumo de alimentos, y mucho más grave que ello, es que esos forrajes que se van acumulando pueden “comprimir” el rumen sobre el pulmón y el corazón muriendo el animal de un paro cardíaco.
El nivel de tolerancia de poroto de soja “crudo” que se puede suministrar, sin ningún riesgo de toxicidad y aprovechar al máximo la calidad de sus proteínas, es el 0,3% del peso vivo (PV).
Como ejemplo, una vaca de 400 kilos de PV puede comer hasta 1,2 kg de porotos crudos por animal y por día “sin ningún tipo de peligro en su salud”.
Cuidados
Hay una serie de recomendaciones que se deben seguir para no tener ningún problema de toxicidad ni mortandad:
- Pastoreo de los rastrojos de soja
Se deben hacer pastoreos controlados y en franjas con alambrado eléctrico. “Nunca” dejar a los animales en lote abierto y todo el día. Para comer a estos rastrojos la mejor categoría es la vaca de cría (sin ternero al pie).
Al comienzo, se debe pastorear al rastrojo 1 a 2 horas/día y el resto del día deben comer un forraje fibroso (pasturas, verdeos muy maduros –no aguachentos-, rastrojos de maíz o sorgo, etc.) y monitorear muy de cerca a las heces (bostas).
Al principio, serán de color oscuro y ligeras a chirlas, no deben ser aguachentas o diarreas, en ese caso se deben reducir las horas de pastoreo o directamente suspender el pastoreo del rastrojo.
Si todo marcha bien, se puede ir aumentando 1 a 2 horas por día siempre que las heces vayan mejorando, es decir, poniéndose más firmes, aunque nunca tendrán una consistencia dura. Si después de 7 a 10 días de estar comiendo al rastrojo, siempre aumentando lentamente las horas de pastoreo y teniendo las heces relativamente firmes, se puede dejar a los animales día y noche, caso contrario, se debe comer siempre alternando unas horas de rastrojo de soja con otro forraje más fibroso.
La calidad del rastrojo de soja dependerá de la cantidad de chauchas con grano que tenga. El poroto de soja puede tener entre 35-38% de proteína bruta con 75-80% de digestibilidad y 18-20% de grasas. Mientras que los tallos y hojas secas que puede haber en un rastrojo son de muy baja calidad.
- Dieta con poroto de soja “crudo”
A continuación, se presenta una dieta (como ejemplo) utilizando el poroto de soja crudo.
Engorde a corral de novillitos británicos: (300 kg PV con una ganancia diaria de peso de 1,2 a 1,3 kg/cabeza/día). Poroto de soja “crudo” + grano de maíz + rollo de pastura mixta: consumo de materia seca, 8,8 kg /cab/día (2,93% del PV). Dieta: grano de maíz: 7 kg tal cual/cab/día (6,3 kg MS/cab/día); poroto de soja (crudo), 0.9 kg tal cual/cab/día (0,3%del PV) (0,8 kg MS/cab/día), rollos de pastura: 2 kg tal cual/cab/día (1,7 kg MS/cab/día). En este ejemplo, el consumo de grasa (5,21%) estuvo en el límite aceptable.
En conclusión, si se respetan estás recomendaciones se podrá utilizar, sin ningún tipo de peligro, tanto el poroto de soja “crudo” como el rastrojo de soja.
El autor es asesor privado. // afmayer56@yahoo.com.ar
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