La locomotora china sigue empujando el consumo de soja y es “el factor fundamental” que sostiene el precio de la oleaginosa a pesar de una producción mundial récord sostenida durante el último trienio.
El consumo anual del gigante oriental superó, por primera vez, las 100 millones de toneladas en 2017, alimentado por importaciones que representan más del 90 por ciento.
Durante los últimos 20 años, la producción china de soja se mantuvo estable en el rango de 11 a 13 millones de toneladas. Las autoridades chinas han abandonado hace mucho tiempo sus esfuerzos para ser autosuficientes y descansan en el mercado internacional donde la producción del 80% de la soja del mundo se concentra en tan sólo tres países: los Estados Unidos, Brasil y la Argentina.
De esta manera, las importaciones de soja se dispararon en los últimos 20 años desde menos de un millón de toneladas a las actuales 92,5 millones de toneladas, según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).