La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyectó que, en el peor escenario, versus los US$45.689 millones estimados para el cierre de 2022 el próximo año ingresarían US$29.847 millones
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Por culpa de la sequía, que provocará una caída en la producción agrícola, la liquidación de divisas del sector agropecuario en 2023 caerá entre US$9570 millones y US$15.842 millones. Así lo estimó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en la presentación de las perspectivas para la campaña 2022/23.
En medio de un panorama climático complejo, la entidad trazó tres escenarios de proyecciones: uno optimista, otro realista y el último pesimista. En los tres casos estima una merma en la liquidación respecto a los US$45.689 millones para 2022. De darse el primer escenario, caería a US$36.119 millones; en el segundo, a US$33.103, y en el último, a US$29.847 millones.
Entre otros productos, la BCR proyectó que en el escenario “realista” la producción de soja sería de 40,8 millones de toneladas, reflejando una caída de 1,4 millones de toneladas respecto a 2022 y de 8,1 millones comparado con el promedio de los últimos cinco años. En la oleaginosa, el crushing bajaría de 37 a 36,5 millones de toneladas, en tanto que para grano las exportaciones caerían de 5,6 a 4,4 millones de toneladas.
En tanto, en maíz la producción con el escenario realista fue estimada en 47,3 millones de toneladas, 3,8 millones de toneladas menos versus el ciclo agrícola pasado. No obstante, ese número representaría una suba de un millón de toneladas con respecto al promedio de los últimos cinco años. El rinde del cereal fue proyectado por ahora en 70 quintales por hectárea, siendo que en la última campaña fue de 68,8 quintales. La exportación, por su parte, se recortaría de 36,5 millones de toneladas a 32 millones de toneladas.
No obstante, el panorama podría ser aún más complejo. De darse el escenario pesimista, la producción de soja se desplomaría a 32,1 millones de toneladas, bien por debajo de los 42,2 millones de toneladas del ciclo agrícola último. El rinde caería de los 27,7 quintales del ciclo pasado a 20 quintales en la nueva campaña.
Para la entidad, en este escenario, con 35 millones de toneladas podría registrarse el menor crushing en 12 años y la más baja exportación, para grano, en 25 años, con 800.000 toneladas en ese caso.
Más escenarios
Para el caso del maíz, en este escenario pesimista la producción caería 9,2 millones de toneladas, a 41,9 millones de toneladas. El rinde sería similar al obtenido en la sequía de 2008/2009, cuando fue de 62 quintales por hectárea. Para comparar, se ubicó en 68,8 quintales el año pasado. Por el lado de las exportaciones del cereal, sería la menor en cinco años, con 27,5 millones de toneladas.
Por último, el escenario optimista, con un clima a favor, presenta perspectivas muy diferentes a las ya planteadas. En primer lugar, para la próxima campaña aumentaría la producción de soja en 4,5 millones de toneladas, a los 46,7 millones de toneladas. También crecerían las exportaciones para el grano, de 5,6 millones de toneladas a 5,8 millones de toneladas. En el caso del crushing, este se elevaría de 37 a 39 millones de toneladas. Por el lado del maíz, la producción subiría levemente de 51,1 millones de toneladas en el último ciclo agrícola a 51,2 millones de toneladas. Las exportaciones, en tanto, bajarían de 36,5 a 36 millones de toneladas.
Según informaron desde la BCR, lo que “encendió la alerta” y puso en marcha estos análisis fue un dato puntual de estos días: tras la cosecha de trigo, en un ensayo en Monte Buey, Córdoba, se encontró que hasta 1,5 metros del suelo solo había el equivalente a 10 milímetros. “Consultamos a ingenieros de la zona, que habían hecho mediciones en septiembre; decían que, si no eran 10 mm, eran 30 mm, corroborando que los perfiles de los suelos están realmente muy secos”, explicaron.
En este contexto, alertaron que las perspectivas no son buenas porque, por un lado, después de una posible lluvia este jueves, “hay posible falta de agua hasta el 10 de diciembre”. Además, en diciembre el comportamiento “podría ser similar a noviembre”, que, vale recordar, presentó precipitaciones escasas. “La mejora puede ser en marzo”, comentaron. Es una fecha muy lejana para los cultivos.
Vale recordar que, en su último reporte, la entidad recordó que, por la falta de humedad, en la región agrícola núcleo la siembra de soja se frenó el jueves pasado. Hasta ahora solo se hizo el 75% de la oleaginosa prevista. En este contexto, hay una situación “inédita” porque “un millón de hectáreas de soja de primera se pasarán a sembrar en diciembre”. A nivel país, la siembra va por el 20% de la superficie, un atraso de casi 20 puntos porcentuales versus el año pasado, de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
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