La caída de la producción local impuso el aumento de las importaciones para asegurar la disponibilidad; los ganaderos esperan por humedad para hacer pedidos
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La sequía torpedeó la cosecha de los cultivos agrícolas, pero también disparó sobre los lotes de producción de semilla forrajera. Por eso, la disponibilidad de semilla nacional de algunas especies, de cara a las próximas siembras, se ve comprometida. Al respecto, Enrique Bayá Casal, titular de la agronomía homónima, afirma que “una de las especies perjudicadas por la falta de agua fue la festuca, lo que obligó a aumentar las importaciones para asegurar la oferta”. El precio oscila de 5 a 7 dólares oficiales por kilo.
Algo similar pasó con el pasto ovillo: las importaciones deberán compensar el naufragio de la producción local. También vale de 5 a 7 dólares por kilo. Un problema serio se da con el agropiro, una especie que no se importa. Su precio se catapultó a 4/5 dólares por kilo por una cosecha que está siendo muy floja. Por eso “quien tenga stock disponible lo podrá hacer valer”, adelanta.
La cosecha de Lotus tenuis y corniculatus también resultó mala y no hay posibilidad de importaciones de cantidades importantes desde Uruguay (también sufrió sequía) o de Canadá. “Quien quiera comprarlos deberá pagar US$10 por kilo”, alerta Enrique, que aconseja no demorar las decisiones.
Mercado expectante
Hay mayor disponibilidad de trébol blanco, que se vende de 6,5 a 7 dólares por kilo. El rojo se comercializa a US$7, con buena disponibilidad. La oferta de alfalfa es justa, pero sin riesgo de agotarse, con precios de 8 a 11 dólares por kilo, según ciclo y calidad.
Todas las semillas de verdeos de invierno son de producción local. Por eso hay menor disponibilidad de raigrás, avena y centeno. El primero se disparó a US$2,50/3 por kilo versus los US$1,40 históricos. La avena vale de 0,60 a 0,90 centavos de dólar por kilo, con stocks ajustados. El centeno se vende a US$0,70/0,80.
Según el empresario, “la sequía y los bajos precios de la hacienda durante 2022 determinaron que la campaña de forrajeras venga lenta, con productores esperando contar con suficiente humedad en los campos para hacer pedidos”.
Por el lado de la oferta, en un marco de disponibilidad nacional ajustada, se están liberando suficientes SIRA para permitir las importaciones. Por el lado de la demanda, quien necesita financiación puede tomar crédito comercial en pesos con una tasa del orden del 6% mensual por plazos cortos, recurrir a las tarjetas agropecuarias con una tasa algo mayor o evaluar la toma de compromisos en dólares.
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