En Negocios del Campo, organizado por LA NACION, los periodistas Cristian Mira y Fernando Bertello se refirieron a la actualidad del sector y a la relación con las autoridades
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En el marco de la 7º edición de Negocios del Campo: “Los referentes del futuro y las perspectivas de un sector clave”, organizado por LA NACION, especialistas del equipo de LA NACION Campo dialogaron ayer, en una charla moderada por la periodista Mariana Reinke, sobre la actualidad del sector y sus oportunidades y desafíos.
El primer punto de análisis giró sobre un mundo convulsionado desde febrero pasado por el conflicto bélico que involucra a dos potencias en materia agrícola. Ucrania es el principal proveedor del mundo de aceite de girasol, además de ser un jugador importante en maíz y trigo. En tanto, Rusia es el mayor exportador global de trigo, además de tener un rol en el abastecimiento de fertilizantes nitrogenados.
Como consecuencia, el editor digital de Campo en LA NACION, Fernando Bertello, indicó que hubo un aumento de los precios internacionales de los granos, pero “el productor argentino no lo pudo aprovechar porque con la política de intervención en los mercados gran parte de ese trigo estaba comprometido”.
Además, como también subieron los precios de los insumos, “si se compara con la situación anterior a la invasión de Rusia a Ucrania el productor se va a enfrentar a una nueva campaña con precios mucho más altos en los insumos que le hace perder toda esa mejora que pudo haber existido por el lado de los precios [de los granos]”.
Cristian Mira, editor del suplemento Campo de LA NACION, dijo: “Hay una dimensión política que nos reveló este conflicto”. En rigor, explicó que cuando se desató la invasión en el mundo se empezó a hablar de una crisis de seguridad alimentaria con un posible estallido de conflictos sociales en África del Norte, como ocurrió en 2012 en un momento en que habían aumentado en forma muy importante los precios de los granos. Tanto desde la OMC como la FAO se recomendó que los países no aplicaran políticas restrictivas con las exportaciones.
“Tuvimos el caso de la India, que prohibió temporalmente la exportación de trigo porque tuvieron una sequía, Indonesia con el aceite de palma y en el caso de la Argentina la encontró a este escenario con un gobierno que cree que hay que desacoplar los precios internos de los internacionales”, dijo.
En comparación con la postura que tomaron el resto de los países de la región, Bertello remarcó que la Argentina “se perdió la oportunidad de tener buenas oportunidades de negocio”.
El caso contrario, Mira destacó que en Brasil se apoya a la agroindustria. “Es un país que se prepara para ser autosuficiente en trigo, o sea un mercado que históricamente era casi exclusivo de la Argentina por el Mercosur”.
“Es una alerta para la Argentina de que los mercados no son cautivos, más allá de que la Argentina en trigo trató en los últimos años de diversificar a otros países del sudeste asiático, pero Brasil sigue siendo clave en cuanto a la compra”, se indicó.
En tanto, en soja destacaron que como en el país vecino “no han tenido políticas de retenciones y control de mercado”, además de aumentar la frontera agrícola, lograron incrementar en 20 años un 28% los rindes porque capturaron tecnología.
Bertello agregó: “Ellos se sumaron mucho más tarde que la Argentina al desarrollo de la biotecnología, acá empezó en 1996, en Brasil, después de cuestiones legales, de forma legal fue en 2004″.
También se refirieron al desembarco de Sergio Massa como ministro de Economía, Producción y Agricultura, a la salida de Julián Domínguez y a la reunión que mantuvieron los técnicos de las entidades con la cartera.
“Con todo este cambio, los funcionarios hablan como si fueran un gobierno recién llegado. Otra vez los técnicos de la Mesa de Enlace le tienen que volver a explicar los problemas del sector”, lamentó Mira. “Es una cuestión más política que otra cosa, porque más allá que hay un secretario de Agricultura nuevo, el resto son los mismos. No hace falta que se les tenga que volver a explicar, el abecé de todas las cosas que se vienen planteando ya la saben”, agregó Bertello.
“La cuestión de fondo es si el Gobierno quiere realmente cambiar algunas cosas, si va a seguir con la política de restricción a los mercados o no”, continuó el periodista.
Para Mira, es una cuestión ideológica: “La lógica sería que siendo que al gobierno le queda una cosecha gruesa tienen la oportunidad de darle un incentivo al campo; podrían, por ejemplo, bajar las retenciones y tener una cosecha 10 u 20% mayor a lo que se espera”.
Por otro lado, para Bertello, el hecho de que Sergio Massa le dijo a la Mesa de Enlace que no será candidato a presidente en 2023 y que podría serlo en 2027 “abre una oportunidad muy importante para la dirigencia para definir cómo se van a plantar de cara al próximo año”.
Para el periodista deberían definir “si van a quedarse solo en el reclamo, sabiendo que es un Gobierno que no es de hacer drásticos cambios, o van a impulsar a los productores a que se metan en política para intentar desde ese lugar cambiar las cosas”.
“Se está por sembrar el maíz y la soja, la Bolsa de Comercio de Rosario dijo que caería un 4% la superficie sembrada con maíz, aumentaría en soja unas 700.000 hectáreas, que tiene que ver con la sequía, pero también se sabe que con el maíz, que requiere una inversión más alta, por la incertidumbre, las trabas a la importación de fertilizantes probablemente haya productores que empiecen a tener una actitud defensiva”, sostuvo Mira.
“Dejen a la gente del sector que hagan lo que mejor sabe hacer”, añadió Bertello.
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