En Phoenix, Estados Unidos, CNH Industrial mostró desde el primer tractor con gas natural licuado a distintos equipos que trabajan solos
- 8 minutos de lectura'
PHOENIX, Estados Unidos.- Máquinas autónomas, fuentes de energía eléctricas y renovables, mayor tecnificación de la mano de la agricultura de precisión. Estos son los ejes fundamentales de los avances en la maquinaria agrícola que estarán presentes en el mercado en los próximos años y que prometen ayudar a resolver mejor los desafíos que enfrentan los productores. En una visita que realizó LA NACION, junto a más de 30 periodistas de 12 países a un campo preparado especialmente para mostrar esta tecnología en la capital del Estado de Arizona, se pudieron observar en funcionamiento las múltiples innovaciones que se vienen. La presentación fue realizada por CNH Industrial el jueves pasado.
Entre otros desarrollos, allí estaban novedades como el primer tractor con gas natural licuado (GNL) del mundo, el primer tractor eléctrico con capacidad de autonomía de trabajo, la primera fertilizadora autónoma y el primer equipo con automatización en enfardadoras. También se vio la descarga de granos durante la cosecha sin la necesidad de que haya un operario en la cabina del tractor que conduce la autodescargable.
“Vamos por el camino de la plena autonomía. Nos centramos en ofrecer tecnológica autónoma que se adapte a todos los ciclos de producción para el segmento de cultivos comerciales”, dijo Parag Garg, director de productos digitales de CNH Industrial. “Centrarse en la automatización y la autonomía no es sacar a los agricultores de la agricultura, sino hacer que sus máquinas sean más productivas con la automatización funcional”, agregó.
Todos los avances tecnológicos presentados tienen como eje dar un paso más en el camino de una agricultura con menor impacto ambiental. En la compañía aseguraron que así lo demandan cada vez más los productores “que quieren estar lo más adelantados posible en el cumplimiento de los tratados internacionales sobre el medio ambiente”.
Durante las demostraciones, los especialistas remarcaron que se está en un “punto donde se acelera la búsqueda de nuevas fuentes de energía” sin que comprometan la performance de los equipos y tampoco aumenten los costos de las explotaciones con las máquinas.
En la jornada presentaron el primer tractor a gas natural licuado del mundo que puede funcionar con biometano procedente del estiércol del ganado. Se trata del T7 Methane Power GNL de New Holland, que, indicaron en el grupo, significa “un paso más hacia la energía limpia”. En rigor, la compañía había lanzado al mercado el primer tractor a gas natural de la historia, el T6 Methane Power (GNC), que ya se está comercializando.
Se trata de un tractor de alta potencia, con 270 CV de potencia máxima y 8 horas de autonomía. También se destaca, comparado con el combustible diésel fósil, por un 98% menos de partículas en suspensión y menos emisiones de dióxido de carbono.
Si se lo compara con el modelo a GNC, se multiplica por cuatro la capacidad de combustible. Además, al equipo lo ponderaron desde la marca como “un facilitador clave” para ampliar la fuente de energía de gas natural hacia “equipos agrícolas más grandes y pesados”.
El otro producto presentado, que también sigue la hoja de ruta hacia una agricultura más amigable con el ambiente, es el primer tractor utilitario liviano totalmente eléctrico de la industria con características de conducción autónoma. Se trata del New Holland T4 Eléctrica Power que promete el mismo rendimiento que uno diésel, pero con cero emisiones, un 90% menos de nivel de ruidos y vibraciones y hasta un 90% de reducción de costos operativos en comparación con respecto a un tractor con motor diésel similar. Esto porque se eliminan los gastos en combustible diésel y de mantenimiento relacionados.
Como se mencionó, por la condición autónoma, los productores pueden “activar” el tractor a distancia mediante una aplicación móvil. También con servicios digitales externos pueden dirigirlo desde cualquier punto y en cualquier momento, mientras supervisan su rendimiento y nivel de batería. Además, el equipo tiene una función que permite sincronizarlo con otras máquinas para que trabajen juntas. Hace un reconocimiento de implementos que permite al tractor enganchar automáticamente el accesorio necesario.
De acuerdo al perfil de la misión, puede tener hasta ocho horas de autonomía y se carga de 10 al 80% en menos de una hora con la carga rápida de corriente continua. Admite también la carga con corriente alternada. Como está equipado con tomas eléctricas, también funciona como generador portátil donde sea que se necesite energía.
Marc Kermisch, responsable digital y de información de CNH Industrial, indicó que se trata de la “solución perfecta” para las operaciones que requieren menos potencia. Es apto para explotaciones mixtas, ganadería, servicios públicos, huertas y aplicaciones especiales.
En la compañía explicaron que, si bien el prototipo presentado lleva la marca New Holland Agriculture, el modelo comercial también se ampliará a la marca Case IH.
En este contexto, también se pudo observar un tractor convencional al que se le instaló un generador eléctrico adelante para proveer de energía eléctrica al implemento que acarrea. “Con ello se logra mayor eficiencia y que el motor no haga tanto esfuerzo. Se ahorra un 35% de combustible y se reducen en un 35% las emisiones de dióxido de carbono”, explicaron.
También se presentaron avances en la automatización y autonomía para la fertilización, pulverización y recolección de los cultivos.
En tanto, para la descarga de granos durante la cosecha, mostraron una solución tecnológica, llamada Driver Assist Harvest Solution, que hace coincidir automáticamente la velocidad y el posicionamiento del tractor con la cosechadora para que ambas máquinas queden perfectamente coordinadas y así garantizar que funcionen en “perfecta armonía”. Los operadores pueden estar tranquilos porque solo necesitan “apretar un par de botones” ya que la tecnología “se encarga de todo”. Esta misma solución, comentaron, permite que operadores menos especializados usen tecnología avanzada.
Si bien eso es novedoso, hay un avance aún mayor ya que el proceso de descarga es totalmente automatizado. Según detallaron, se le da al operador de la cosechadora el control total de la velocidad del tractor, la sincronización entre cosechadora y tractor y la descarga en el autodescargable del grano. Todo sin la necesidad de que en ese momento haya ningún operador en la cabina del tractor conduciéndolo. Al terminar la tarea, el tractor regresa a un área de descarga predeterminada. Todo el trabajo se realiza con solo un operador en la cosechadora. Con la misma tecnología, los giros de cabecera de la cosechadora al final del lote se realizan solos.
Hubo otros avances, no visiblemente tan llamativos, pero que también traen grandes beneficios para el momento de la recolección de los cultivos. Tal es el caso de los múltiples sensores que se instalaron en las cosechadoras que “miden todo” y, además, permiten que de acuerdo a esa información cada 20 segundos la máquina se ajuste. En total, cuenta con 280 millones de posibilidades de ajustes. Explicaron que eso “perfecciona el proceso de cosecha reduciendo de 12 a tres la cantidad de funciones que deben monitorearse en la cabina”.
Durante la jornada también se pudo observar la primera fertilizadora de Case IH en funcionamiento sin nadie al mando del volante. Se trata de la Trident 5550 con Raven AutonomyTM que ya había sido presentada por la firma en la feria Farm Progress Show de Boone, Iowa, Estados Unidos. Estará en el mercado a fin del próximo año.
Esta máquina permite realizar una operación de campo completa planificada desde un dispositivo móvil y basada en los límites de un campo mapeado. Además, de forma remota se puede determinar la cantidad de fertilizante que va en cada cuadro definido y variar por ambiente.
Los avances para la aplicación de fertilizantes y soluciones de protección de cultivos van en la línea de poder maximizar la rentabilidad, mejorar la productividad y minimizar el desperdicio de insumos.
En tanto, a las nuevas pulverizadoras se les instalaron más de 140 microsensores de los cuales 109 están sobre la barra de aplicación. Detectan si la zona ya fue pulverizada y si lo que hay no es cultivo. Además controlan la cantidad de producto que pulveriza cada boquilla de acuerdo con la velocidad del vehículo, la velocidad de giro y la correspondiente posición en la barra, para que la cobertura sea uniforme en toda la aplicación.
Otra de las novedades fue ver la automatización para las enfardadoras que hacen fardos cuadrados. Según detallaron los expertos, a las máquinas se les instaló sensores “Lidar”, que son dispositivos que mediante la proyección de un láser determinan la distancia a un objeto o superficie. Eso permite escanear la densidad, el volumen y la dirección de la hilera del forraje situada delante de la máquina y utilizar esa información para controlar automáticamente la dirección, la velocidad de avance y los ajustes del equipo para asegurar que siga con precisión. El resultado, aseguraron, es un 15% de aumento de la productividad y reducción del 7 % en el uso de combustible.
Los distintos productos, menos el tractor eléctrico y el de GNL que fueron presentados, estarían en el mercado a fin de 2023 y principios de 2024. “Es una cuestión de oportunidad para los respectivos mercados, no todos están listos. Hay que encontrar las condiciones ideales para que el producto pueda funcionar”, indicó Vilmar Fistarol, presidente para Latinoamérica de CNH.
En Brasil ya están las primeras unidades del tractor a metano que ya había sido lanzado oportunamente mientras en la Argentina y el resto de América Latina “es una cuestión de tiempo”.
Otras noticias de Estados Unidos
Más leídas de Campo
Nueva conquista. Una ciudad dio otro batacazo con el salame más largo del mundo: midió 401,73 metros y pesó unos 700 kilos
De Menem a Macri. Cómo despega la economía cuando se quitan las retenciones
Paso exitoso. Puso a las vacas en galpones y con robots y el cambio fue impactante
“Oportunidad única”. Un diputado propone atraer US$300 millones para reconvertir en biocombustible para aviones una refinería de YPF