“La recuperación macroeconómica va a tomar tres años más”, señaló Alejandro Díaz, CEO de AmCham, tras analizar las medidas del gobierno de Javier Milei en un encuentro con la prensa
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Las medidas impulsadas hasta ahora por el gobierno de Javier Milei permitirán que el país alcance una recuperación económica en tres años, según una estimación de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham), compartida con la prensa. Se trata de una recuperación que, dijeron, tendrá un impacto en el agro, uno de los pilares de la economía.
En el encuentro en Amcham, que tiene el Programa de Agroindustria, se plantearon los principales desafíos y perspectivas del sector. Estuvieron Alejandro Díaz, su CEO, y Marina Senestro, directora de Asuntos Gubernamentales de la entidad. Asistieron empresarios de CNH Industrial, Agco, John Deere, Cargill y Albaugh.
Díaz planteó que, de acuerdo con las políticas del gobierno de Milei, orientadas a estabilizar el entorno económico y fomentar la inversión, “la recuperación macroeconómica va a tomar tres años más”. Según la proyección, “no va a haber que preocuparse del dólar” después de ese período. Además, mencionó que con el cambio de gobierno “la posibilidad de diálogo es mucho mayor”, lo cual se refleja “en múltiples facetas”.
Es sabido que existe un vínculo estrecho entre el candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente Milei. En este contexto, el CEO anticipó que, de ganar el candidato republicano, podría haber una continuidad en el apoyo entre ambos gobiernos. El ejecutivo observó que, en rigor, la campaña electoral en ese país no modifica las decisiones corporativas de las firmas norteamericanas en la Argentina. Señaló que no se percibe un “intervencionismo de este gobierno” y que hay una tendencia “positiva”.
Díaz estimó, como se indicó, que la recuperación macroeconómica de la Argentina tomará alrededor de tres años. En ese plazo se espera que la balanza de pagos se estabilice y que la presión sobre el dólar disminuya, lo que reduciría la dependencia de controles cambiarios como el “cepo”. Sin embargo, deslizó que el cepo cambiario, aunque no se considera un problema estructural, actualmente limita pagos esenciales, como las regalías de las empresas, lo que afecta la entrada de divisas y el flujo de capital.
Después, Senestro observó que el agro es una gran oportunidad para estabilizar la macroeconomía del país. No obstante, se resaltó que es imperante fortalecer y facilitar el acceso al financiamiento, reducir la carga impositiva y promover mejoras en infraestructura y conectividad. Estas condiciones permitirían al sector actualizar su parque de maquinaria, optimizar la productividad y mejorar su competitividad de los mercados. Todo esto lo llevan adelante mediante propuestas que se trabajan desde el sector empresario y el Gobierno.
Las empresas llevan adelante el proyecto Conectar Agro, una iniciativa para transformar la ruralidad con conectividad innovadora y soluciones agtech, facilitando una agricultura más eficiente y sostenible. En alianza con Telecom y firmas del sector, buscan llevar conectividad a más de 500.000 hectáreas en Pergamino y Rojas, provincia de Buenos Aires, impulsando el crecimiento tecnológico en los próximos 12 meses. Lo harán a través de siete antenas que cubren los partidos mencionados. Por otra parte destacaron que se necesita inversión en capacitación para fomentar el uso adecuado de estas tecnologías.
Una de las preocupaciones que se cristalizó es la renovación del parque de la maquinaria agrícola, donde la Argentina está en un promedio de 15 años de antigüedad, mientras que en Brasil está en seis años y en Estados Unidos entre dos o tres años. Para mejorar en este aspecto señalaron que se necesitan mejores líneas de financiamiento tanto público como privadas, que sean constantes en el tiempo, y no estacionales solo a través de exposiciones rurales, que es cuando se generan picos de ofertas. Hoy hay empresas que trabajan con pedidos a seis meses, pero existen otras, en tanto, con capacidad ociosa.
Otro de los problemas centrales radica en los altos costos para producir maquinaria en la Argentina en comparación con otros países de la región, debido, principalmente, a la elevada carga impositiva. El sector afronta, dijeron, un 57% de impuestos desde el inicio de la producción, incluyendo Ganancias, el Impuesto PAIS y percepciones de AFIP, entre otros. Según recalcaron, se está trabajando con el Gobierno para reducir esta carga tributaria y recuperar competitividad en el mercado. Antes de finalizar, Senestro agregó que trabajan en mejorar los marcos regulatorios que impactan en las compañías que son socias.
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