El rally de precios que se vivió a partir de agosto del año pasado tuvo un fuerte componente especulativo
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¿Se acabó “la fiesta”? Pregunta procedente ante las cotizaciones de hoy en Chicago luego de haber visto valores muy superiores. Pero seamos objetivos. Tomando la soja como referencia, la misma se cotizaba a mediados de 2020 en el orden de los US$320 por tonelada. Luego vino un “rally” que marcó US$600 y ahora estamos en niveles del orden de los 470.
Casi un 50% de alzas en un año no está mal, más allá del sabor amargo de las bajas generalizadas que se iniciaron a partir del fatídico lunes 14 de junio. Ese día la soja cayo 35 dólares en una rueda, como consecuencia de los anuncios de la Reserva Federal de los EE.UU. (nuestro Banco Central) vinculados con un adelantamiento de la suba de las tasas de interés, que se sumó a un fallo de la Corte Suprema de Justicia planteando la posibilidad de cambios en la política de biocombustibles en dicha nación. Así, los fondos de inversión (que mostraban una posición comprada récord en Chicago) liquidaron posiciones y la plaza ingresó en “otra historia”.
¿Son tan importantes estos actores? Pues sí. El mundo produce algo más de 1100 millones de toneladas de maíz por año y Chicago operó en 2020 cerca de 14.000 millones de toneladas. Casi trece veces la producción mundial. Tremendo ¿no? Ello significa que el “rally” vivido desde agosto del año pasado tuvo un muy fuerte componente especulativo y las mencionadas noticias de mediados de junio en adelante (ahora “alimentadas” por el ingreso de la cosecha en EE.UU. en el circuito comercial) devolvieron a los “fondos” a su “hábitat natural”. Y aquí estamos.
Algunas reflexiones. Primero, tener muy en cuenta que el día a día en Chicago lo manejan los “fondos” y que a la larga los que mandan son los “fundamentals” del mercado. Y para Chicago el más importante indicador dentro de estos últimos (demostrado en infinidad de veces) son las reservas de Estados Unidos.
Los stocks de cierre 2020/2021 finalizaron con niveles mínimos el 31/8. Pero ahora ya estamos en el ciclo 2021/2022 y el calendario dice que es tiempo de cosecha en EE.UU.
Muchas veces sabemos utilizar el ejemplo de la caja de comida para explicar la necesidad de saber manejar los “tiempos del mercado”. Hoy un comprador de maíz se acerca a la caja y ve un chorro de granos que ingresa y que comienza a llenarla (la cosecha). Entonces se lleva sólo un puñado. En diciembre se acerca y la caja está por la mitad. Se lleva dos puñados. En marzo ve la caja semivacía y se pregunta: ¿la volverán a llenar?, y se lleva lo que queda. Así son los tiempos del mercado.
El circuito del negocio agrícola se inicia con individuos sembrando y finaliza con ellos mismo actuando como consumidores finales comprando en la góndola. Todos los demás son intermediarios y, como tales, pueden trasladar su costo al próximo eslabón de la cadena. Además, nadie puede comprar su consumo de un año hoy. No hay capacidad financiera ni de almacenaje. Moraleja. Las proyecciones del propio USDA para el ciclo 2021/2022 muestra stocks de cierre en EE.UU. muy pero muy ajustados. Más tarde que temprano Chicago lo pondrá en evidencia.
Recordar que el “rally” vivido no fue generado por una crisis de oferta (como siempre), sino por el estallido de la demanda asiática que el USDA proyecta que se repetirá. Ellos serán los que tendrán la última palabra. Veremos.
El autor es presidente de Nóvitas