Un conflicto entre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (Somu) y las cámaras del sector pesquero derivó en un cese de actividades que comenzó el lunes y aún no tiene fecha de finalización. El gremio implementó la medida de fuerza para oponerse a la modificación del valor de referencia del langostino, mientras que el empresariado sostiene que incluso con ese cambio estarían saliendo a pérdida.
"No vamos a aceptar ninguna baja en los valores de producción del langostino, ni ninguna quita en los salarios de los trabajadores marítimos, porque hoy vienen por el langostino congelado, luego vendrán por el fresco, mañana por la merluza y después lo harán por el calamar", señaló el Somu en un comunicado. En el gremio hay temor de que esta modificación lleve a una "reforma laboral encubierta".
En tanto, desde el 18 de junio, día que comenzó la temporada de langostinos, solo uno de los 100 tangoneros congeladores de la flota nacional salió a pescar, porque las empresas estiman que se perderían US$1271 por tonelada pescada. La temporada del langostino es corta -suele ir desde fines de mayo hasta principios de octubre- y todos estos días no trabajados impactan directamente en el bolsillo de los trabajadores.
En conversación con LA NACION,fuentes de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (Capeca) dijeron que desde hace meses quieren modificar el valor de referencia del langostino que aparece en el convenio colectivo de trabajo. "Si bien desde 2006 el precio real del langostino ha bajado permanentemente, ese valor de convenio nunca se modificó", explicaron.
El año pasado, todo el sector pesquero vendió al exterior por US$1863 millones y de eso unos 1051 millones de dólares correspondieron a langostino.
El impacto en el salario
El salario de los trabajadores pesqueros consta de un monto fijo en pesos y un monto variable en función de la producción y del valor del langostino. El variable se calcula en dólares, pero se cobra en pesos.
Raúl Durdos, secretario general de Somu, señaló que las negociaciones en torno al salario fijo comenzaron en marzo e iban bien, pero que las empresas se negaron a sacar los barcos a menos que los trabajadores aceptaran una quita del 40% en la parte variable del salario. "Es una extorsión. Es meterle la mano en el bolsillo al trabajador en este momento de crisis económica y social", dijo.
Si bien desde 2006 el precio real del langostino ha bajado permanentemente ese valor de convenio nunca se modificó
La propuesta toma otro cariz en las palabras de representantes de las cámaras empresariales. "Proponemos un incremento que va del 7 al 10% con relación al salario cobrado en 2019 y que el monto del variable siga atado al dólar pero en sintonía a los precios actuales del langostino", explicaron.
Para ilustrar que no piensan replicar la medida con otras especies, citan el caso del calamar, que recientemente pasó de un valor de $100 a 250 por tonelada, modificación que quedó reflejada en su valor de referencia en el convenio colectivo.
Los referentes de Capeca dijeron que necesitan que el gremio entienda que el negocio cambió para todos, y que las condiciones y las ganancias ya no son las mismas. "Estamos dispuestos a salir a perder plata, pero no a quebrar las empresas", señalaron. El Somu, por su parte, está a la defensiva. "No vamos a ceder ante nada, los derechos del trabajador no se venden, no se regalan, no se negocian", puntualizó Durdos. Por ahora, parecería imposible que se llegue a un acuerdo.
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