"Dale que sale, vamos que sale", alientan los productores al carro que a duras penas intenta salir del pantano mientras toma algo de velocidad. Es la figura lamentablemente repetida en muchos caminos rurales por el exceso de precipitaciones que encontró el presidente Mauricio Macri al inaugurar la exposición Rural para describir el momento económico que vive el país y el acompañamiento que tiene del campo.
En la metáfora, el pantano que se atraviesa y del que no se termina de salir es la falta de un crecimiento visible de la economía y la inflación, que a pesar de que bajó del renglón del 30% al 20%, aún permanece en dos dígitos. "La inflación es la madre de todas las batallas", apuntó más tarde Luis Miguel Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural Argentina.
Y el aliento que empuja al carro empantanado ayer estuvo presente en las tribunas de Palermo, con productores de todo el país que aplaudieron y gritaron: "Sí, se puede; sí, se puede".
Esta fuerte alianza, o mejor dicho conexión emocional, entre el gobierno de Cambiemos y el hombre de campo se entiende por dos cuestiones: el pánico a volver al pasado, es decir, al kirchnerismo, y el grado de confianza que hay entre las partes para producir riqueza y desarrollar el país.
Sobre estos dos ejes cabalgaron los párrafos más salientes de los discursos de Macri y de Luis Miguel Etchevehere. Obviamente, las alusiones a un pasado de "la mentira, la demagogia y la estafa, como recursos políticos" o "trenes sin frenos, rutas sin destino, y Venezuela como modelo", y muchas otras más, tuvieron el mayor efecto tribunero.
Sin embargo, fueron más interesantes los conceptos referidos al proceso de generación de confianza entre el Gobierno y el campo, y los resultados obtenidos. La confianza como base indispensable del progreso puede ser un buen caso para replicar en otros sectores de la economía.
En campaña, Macri prometió quitar las retenciones a los productos del campo y rebajar las de la soja. Y cumplió la palabra. "No me gusta decir que dimos una mano sino que le sacamos el pie de encima al campo", agregó demostrando más compromiso.
A su vez, el campo respondió con cosechas récords de granos. En 2016, crecieron todos los rubros: la venta de maquinaria agrícola fue del 104%, los fertilizantes 42% y el stock ganadero aumentó un millón de cabezas. Estos logros fueron resumidos ayer por Macri con "el campo nos llenó de buenas noticias". Para Etchevehere "llegó la reconciliación entre el trabajo del campo y la gestión pública, porque es posible confiar en la palabra empeñada".
Pero cumplida esta etapa, Macri pidió ayer otra vuelta de tuerca: "Más inversiones, más valor agregado para pasar de ser el granero al supermercado del mundo". Los dirigentes piden entonces construir una agenda de competitividad, con una reforma impositiva.
De este ida y vuelta, es posible que el carro salga del pantano.