Criadores y autoridades de la Cámara de la Industria Nacional Equina alertaron que viven el peor año de la historia de la actividad: en el tiempo que no hubo carreras por la cuarentena obligatoria, en el rubro se perdieron ingresos por cerca de $10.000 millones. La falta de carreras también desestimuló las inversiones de los criadores y, estiman, esto se verá en una merma del 20% en los nacimientos de caballos de carrera y pura sangre.
"Al no haber carreras y no recibir premios fueron seis meses solo de pérdidas. La actividad hípica recauda unos $20 millones en 30 reuniones o carreras, es decir que desde marzo a la fecha se deben haber perdido entre $7000 y $10.000 millones por lo que no se corrió", dijo Ignacio Pavlovsky, un criador de caballos de carreras.
El turf, al igual que el polo, es una de las caras más visibles de la industria que estuvo parada. Ahora se está haciendo una reanudación paulatina y virtual. Hace 15 días regresaron las carreras en el Hipódromo de Palermo y se transmiten de forma online, sin medios de captación de apuestas. En octubre se tiene pensado la reanudación en San Isidro, La Plata y Azul.
"Hay una mala captación porque no tenemos público y las agencias no están habilitadas para jugar online. Estamos trabajando para el juego ilegal que sí puede captar apuestas, pero nosotros legalmente no lo podemos hacer porque la autoridad de aplicación no lo permite", denunció el criador.
Eduardo Novillo Astrada, expolista, presidente de la Asociación Argentina de Polo y titular de la Cámara de la Industria Nacional Equina, alertó que la industria sufrió una de las peores crisis económicas. "Hubo mucha pérdida en los caballos, entre la venta de otoño y los pura sangre de carrera y criollos porque las competencias le dan valor a los animales", aseguró.
De esta forma, sostuvo que la pérdida de valor que tienen los animales también se ve reflejada en la competencia y en los negocios. "La valía de los caballos se genera por la competencia, al perder la generación nueva (por los que no se expusieron en este tiempo) se pierde el valor del caballo. Eso no se recupera porque se los considera pasados de categoría", expresó.
Al estar pasados de categoría se pierde el interés de la gente por el animal y se terminan vendiendo a un precio menor en el mercado. "Se venden en un 50% menos de lo que normalmente se vendería si estuviera corriendo en una competencia o evento. Además, generan ingresos por los premios cuando corren y esto no estaba pasando", resumió.
La Argentina es el cuarto productor mundial de caballos pura sangre de carrera -con 9000 potrillos por año-, y se calcula que por cada caballo hay entre 5 y 7 personas vinculadas a la actividad. Es uno de los rubros que mayor empleo generan en el sector.
Según dicen desde el rubro, la caída de la actividad también impactará en la cantidad de nuevos nacimientos de caballos, por falta de inversiones. "Van a bajar un 20% los nacimientos de caballos de carrera debido a la desinversión que tuvo el sector ante la falta de exposiciones y competencias. Al no correr, no hay posibles propietarios que salgan a comprar potrillos", apuntó Pavlovsky.
Según la Cámara de la Industria Nacional Equina, en los primeros seis meses del año las exportaciones en tanto cayeron un 70%. En tanto, cuando en septiembre del año pasado se enviaron más 300 caballos al exterior, este año se fueron 100. No obstante, dicen que esto último fue por un traslado de un haras a Uruguay, por lo que no cuenta como venta. La Argentina exporta a países como Chile, Uruguay y Estados Unidos. Para el continente asiático se envían potrillos a Singapur, Hong Kong y Japón.
"Por el desastre de la pandemia, decidieron cerrar algunos de los haras más grandes de la Argentina. Se están yendo. Este año se van a producir menos de 6000 nuevos potrillos, esto es una merma importante para la actividad porque normalmente se producen más de 7000. Hubo años que se llegó a tener 9500", calculó Pavlovsky.
La industria depende de los eventos, exposiciones y carreras para poder efectuar negocios y sostener al sector. Es decir que, las competencias le dan valor a los caballos. Si no funcionan los hipódromos y no hay carreras, no hay producción, venta, ni inversiones. "Es todo un círculo vicioso que afecta a toda la cadena y no es por cuestiones ajenas a nosotros, esto es porque es Argentina porque en Europa y Estados Unidos no se paró este rubro", relató el criador.
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