El cultivo incorporó tecnologías que apuntalan los rindes potenciales
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La evolución de los rendimientos de los cultivos extensivos ha sido indudable y significativamente positiva. Pensemos por un momento en los rindes de maíz o soja: prácticamente se han duplicado en los últimos veinte años, inclusive con un gran aumento en las áreas cultivadas, que bien pudieron haber sido influidas a la baja al explorarse áreas menos favorables.
Se puede discutir qué porcentaje del aumento de los rendimientos es atribuido al mejoramiento genético vs. el desarrollo de tecnologías en estos cultivos; pero es innegable la importancia de estas tecnologías revolucionarias, en su mayoría transgénicas, que permiten expresar los rendimientos potenciales que sostiene la genética. Ejemplos notorios como soja, maíz, algodón, resistentes a herbicidas e insectos, y también a la combinación de ambos, nos relevan de más comentarios. Caso de Roundup Ready®, Clearfield®, Enlist®, entre otros, como resistentes a herbicidas, y Bt, Viptera, VT3 Pro, Bollgard como resistentes a insectos.
Estas tecnologías se suman a las agronómicamente tradicionales como el uso de fertilizantes, fungicidas, insecticidas, etc. y están claramente dirigidas a solucionar los problemas más importantes que tienen los agricultores a lo largo y ancho del mundo: las malezas y los insectos plaga. Ambos impiden que los cultivos lleguen a expresar sus potenciales afectando al final de la historia la rentabilidad del productor.
El caso del sorgo
El caso del sorgo no es el mismo: es muy claro que el mejoramiento genético como herramienta no es suficiente para una evolución positiva en los rendimientos nacionales. El sorgo ha sido esquivado por esta generación de tecnologías, pero esta tendencia comenzó a revertirse a partir del 2019, con el surgimiento de la resistencia a herbicidas de la familia de las imidazolinonas (tecnología no transgénica), de muy rápida adopción no solamente por el agricultor argentino, sino en el resto de las geografías en las que se siembra el sorgo.
La efectividad en el control de malezas, y fundamentalmente la flexibilidad de uso de estos herbicidas en sorgos con la tecnología Igrowth®, tanto sea en presiembra como en post-emergencia, son la clave de su rápida adopción.
Durante el 2021, una plaga destructiva para el sorgo, llamada pulgón amarillo, irrumpió en todo el territorio argentino. Sus antecedentes provienen de Estados Unidos y México, que en 2013 presagiaban un futuro incierto para el sorgo en todas sus formas: graníferos, sileros y forrajeros.
Algunas empresas semilleras reaccionaron muy rápido, poniendo a disposición de los agricultores híbridos tolerantes a la plaga: la tolerancia genética es el pilar fundamental para el control integrado y evitar impacto en los rendimientos, caso de las tecnologías S-Protect®, etc.
Hasta la campaña 2022/23 el agricultor debía decidir entre optar por una semilla tolerante a pulgón amarillo, si podía controlar fácil las malezas de sus lotes, o por el contrario, elegir una semilla con resistencia a imidazolinonas, si le resultaba sencillo controlar al pulgón. Un gran avance es que desde la campaña de siembra 2023 se encuentra la disponibilidad de semillas con ambas tecnologías en un mismo híbrido, que resuelven los problemas de malezas y pulgón, como es el caso de S-Full.
Positivamente, hay varias empresas trabajando sobre tecnologías que están en pleno desarrollo y veremos próximamente en el mercado de semillas de sorgo. En tanto, así nos encontramos hoy:
En el escenario climático / agronómico: cambio climático con posibilidad de eventos extremos, chances probables de verano Niña con lluvias restringidas, impacto del spiroplasma/ achaparramiento en maíz que renueva interés en sorgo, necesidad de rotaciones con gramíneas.
En tanto, el escenario económico está con firme demanda de grano por parte de China, transparencia de los mercados-precios futuros, apertura Matba-Rofex.
Todo indica que el sorgo en estas circunstancias tiene muchas ventajas comparativas y mucho para ofrecer como alternativa de producción: cultivo no transgénico, con tecnologías que apoyan y apuntalan los rendimientos potenciales logrados por el mejoramiento genético: estamos hablando de rendimientos de grano muy por encima de las 10 toneladas por hectárea. En criollo… “¡El sorgo levanta la mano y pide la bolada!”
El autor es breeder de sorgo en Ragt
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