Luego de las buenas lluvias del fin de semana que mejoran las condiciones de los cultivos de invierno que venían castigados por falta de agua y heladas en muchas zonas y que permiten continuar con el inicio de la campaña gruesa en la zona núcleo, aparecieron las primeras intensiones de siembra en la Argentina para 2020/2021, dadas por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y estimadores privados. Todas las estimaciones coinciden en una ligera caída de área y producción.
De esta forma se vuelve a confirmar un estancamiento del área sembrada entre 2015 y 2020, en 36,1-36,5 millones de hectáreas sembradas promedio (con mínimos de 34,5 y máximos de 37 millones de hectáreas) y una producción que alcanzó 143 millones de toneladas en 2018/2019, cae a 136 millones en 2019/2020. Se estima vuelva a bajar, a 134-135 millones de toneladas en la actual campaña.
Independientemente de los eventos climáticos, la agricultura de los últimos años está mostrando en la Argentina un claro estancamiento en área sembrada, mientras que los países con quienes competimos (Brasil y EE.UU. fundamentalmente) están en franco crecimiento, especialmente Brasil. ¿Qué pasa que no podemos volver a crecer?
El mundo post Covid ya arrancó, con sus incertidumbres desde lo que pueda pasar con el Covid, pero con el convencimiento de superar el momento, plantear un rumbo, comenzar a trabajar y salir de la crisis sanitaria y económica lo antes posible, asumiendo que serán varios años seguramente los necesarios para el reseteo y/o reconstrucción del nuevo escenario post pandemia.
Mientras todo esto pasa en el mundo, la Argentina no define su rumbo, no solo en lo económico, sino que además genera grandes conflictos internos en lo político, problemas de gestión de la pandemia y ni hablar de las marchas y contramarchas de medidas económicas, nuevos cepos y regulaciones que no hacen nada más que generar una total incertidumbre. Aparecen, además, datos nada alentadores de caídas del PBI, inflación creciente y estimaciones récord de pobreza e indigencia para fin de año etc.
Todos en el mundo desarrollado y los países emergentes han tomado un rumbo claro para superar el momento actual, no podemos ir nuevamente a contramano del mundo.
Sin inversión no hay crecimiento ni nuevos empleos formales. Inversión pública es poco probable en la Argentina de hoy ya que solo se lograría con una mayor emisión monetaria, ante la inexistencia de financiamiento interno y/o externo, por lo que es central volver a lograr inversión privada.
La palabra clave para lograr Inversión es generar confianza y en estas últimas semanas hemos hecho todo para no generarla.
Generar confianza es comenzar a trabajar para un país:
- Que respete la Constitución, las leyes y la independencia de poderes.
- Que privilegie las políticas de largo plazo para la salud y educación a sus habitantes.
- Que sea capaz de lograr consensos imprescindibles para plantear una macro y un rumbo estable y con reglas de juego de largo plazo para toda la economía, en lugar de los actuales tironeos de necesidades sectoriales de corto plazo, que pretenden los que piensan solo en pasar el momento.
- Que entienda que no se puede crecer sin esfuerzo y trabajo formal de todos, en lugar del asistencialismo creciente de los últimos 20 o 30 años.
- Que sea capaz de proponer y gestionar políticas fiscales equilibradas, que promuevan el crecimiento y desarrollo de viejos y nuevos negocios, en una realidad actual de récord de presión fiscal y al mismo tiempo de evasión.
- Que proponga, respete y mantenga en el tiempo, reglas claras y políticas públicas de largo plazo que confirmen el rumbo elegido.
El sector agropecuario y agroindustrial tiene mucho para aportar en las actuales circunstancias, puede hacerlo en forma muy rápida y sin ningún tipo de asistencia del Estado, solo necesita que le saquen el pie de encima, como a otras tantas actividades.
Desde la Fundación Producir Conservando desde hace casi 30 años, generamos informes que nos han mostrado: que es posible lograr exportar un millón de toneladas de carne vacuna (lo estamos por lograr 10 años más tarde, pero vale igual); que logramos producir no solo los 100 millones de toneladas de granos para el 2010, sino que podemos pensar cómodamente en 160 millones de toneladas en 2027; que aumentamos de 700.000 toneladas a 2,7 millones de toneladas la producción de carne aviar entre 2003 y 2025; que la producción total de carne vacuna puede llegar a 5 millones de toneladas en poco tiempo más, en lugar de los 3-3,2 millones de los últimos años; que estamos creciendo fuerte en producción de carne porcina y podemos empezar a hacerlo también en producción de leche, fibras, frutas, legumbres, hortalizas etc. y todo esto es posible además, agregando valor.
El destino final de una nueva etapa de crecimiento es básicamente un aumento de las exportaciones ya que el mercado interno está plenamente abastecido en casi todos los productos. Esto tiene una enorme importancia en el momento actual, donde es necesario generar ingreso de dólares al país. De nosotros depende…
El autor integra la Fundación Producir Conservando
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