El HB4 es un evento que proviene del girasol y confiere tolerancia a la sequía y otros estreses abióticos a diferentes cultivos. Fue probado con mucho éxito en trigo y soja. En el caso del trigo es especialmente importante ya que aumenta la productividad aun sin estreses y mucho más si lo hay. No hay otro avance similar en el mundo, muchas empresas lo intentaron. Bioceres y el sistema científico público argentino pudieron lograrlo luego de muchos años de trabajo.
En un mundo que coloca en la agenda el problema del hambre, seguridad alimentaria y el cambio climático, HB4 es sinónimo de esperanza, y es nuestro.
La novedad también es que por primera vez hay un desarrollo para un gran cultivo que no está en los países centrales y en empresas transnacionales de gran porte y sustanciales inversiones en la materia. Esto configura una situación nueva, el HB4 puso a la Argentina en el centro del debate global.
El evento fue aprobado en las instancias donde se analiza el impacto ambiental (Conabia) y sobre la salud (Senasa) y faltaba la aprobación desde el punto de vista comercial . Esta última es más compleja ya que requiere de análisis sistémicos y estratégicos, y asume más riesgos por esa subjetividad.
Existen riesgos por aprobarlo, es evidente, cualquier transformación o cambio del status quo lo tiene, más aún en esta situación donde somos líderes sin tener el poder de los países centrales. También existen riesgos por no aprobarlo y la mayoría de las veces estos no se dimensionan.
Ser líder requiere no solo crear algo nuevo, que agregue valor, sino asumir los riesgos y estar dispuesto a luchar para hacerlo y sostenerlo. Ser líder es correr riesgos y gestionarlos. Es saber cómo, cuándo y con quién dar los pasos necesarios.
El propósito de Bioceres es crear valor en el más amplio sentido para todos los grupos de interés, especialmente para quienes producen, innovan, investigan e invierten para un futuro mejor. No hay que olvidar que la mayoría de los accionistas de la empresa son productores, que decidieron formar la empresa allá por 2001, uno de los peores momentos de nuestro país.
Construir un liderazgo no depende sólo de desarrollar y tener una tecnología, requiere de una sociedad dispuesta y preparada para serlo. Tendremos que trabajar: conseguir la aprobación de los mercados, desarrollar un modelo de producción de alta calidad con identidad preservada, generar nuevos jugadores en las cadenas de valor y en los servicios, estar dispuestos a aprender y cambiar rápido, etc. En estos tiempos de turbulencias e incertidumbre tenemos que permitirnos repensar y rediseñar lo que hacemos.
Los fundadores de Bioceres sabíamos hace 20 años, cuando nos embarcamos en esta tarea, que estos debates debíamos provocarlos y sostenerlos. Así fue con la implementación de la siembra directa y también con el apoyo a la biotecnología. Nuestro propósito fue crear un vínculo virtuoso entre la ciencia y la producción, desarrollando ecosistemas productivos más eficientes y virtuosos en el impacto sobre el medio ambiente.
La Argentina podrá exportar conocimientos y participar de una mega construcción colectiva donde la ciencia y los agronegocios ofrecen nuevas soluciones a los problemas de la humanidad.
Bioceres es un modelo de integración sinérgica entre el sector público y el privado, en un momento histórico de gran impulso a la innovación, la investigación y el desarrollo. Está formada por más de 320 empresarios y empresas argentinas, entre ellas dos cooperativas, que han generado un modelo de organización y negocios únicos: una "Cooperativa de la Sociedad del Conocimiento", con una gestión moderna, participativa y que se integra a las grandes redes globales del conocimiento. Es la única empresa biotecnológica de Latinoamérica que cotiza sus acciones en el NYSE [Bolsa de Nueva York]. En Bioceres no somos grandes, somos muchos, y creemos que para llegar lejos es mejor ir juntos.
Esperamos poder construir junto a todos los grupos de intereses y actores de la cadena de valor del trigo, ideas y acciones que nos ayuden a mitigar los riesgos por hacer. Pero no seremos parte de un colectivo que prefiere el riesgo de no hacer.
Los autores son presidente y expresidentes de Bioceres, respectivamente
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