Crisis sin precedentes: la inédita depresión que golpea al mercado de la maquinaria agrícola en Estados Unidos

Varios años de bonanza impulsados por buenos precios, bajas tasas de interés y una enorme emisión de dinero por parte del Gobierno norteamericano, primero tras la crisis subprime de 2008 y más tarde pospandemia, llegaron este año a su fin de manera abrupta luego que durante estos últimos años las ventas de maquinaria se incrementaran en volumen y valor para un mismo producto.

Este gran volumen de operaciones hizo que las concesionarias tomaran mucha maquinaria usada. Esto generó un gran stock que, debido a las bajas tasas de interés, no afectó de gran manera su negocio. La FED [Reserva Federal], para contener la inflación elevó las tasas de interés, lo que empezó a poner presión tanto sobre la cadena comercial, como de los productores. A esto se sumo la caída de los precios de las commodities agrícolas, impactando en los farmers. Bien abastecidos, retrotrajeron la demanda de maquinaria nueva que, en muchos casos, se había duplicado en valor con precios de los granos que volvieron a ser los históricos.

Ante este panorama, las cadenas de concesionarios con grandes stocks de maquinaria usada comenzaron a desprenderse de la misma en remates, encontrando que el precio final de venta era muy inferior al precio al que la habían tomado. Asimismo, los productores hallaron que en muchos casos podían comprar en estos remates máquinas de última generación, con uno o dos años de antigüedad y pocas horas de uso, a valores por debajo del 50% de la misma cero kilómetro. Esto deprimió aún más las ventas de equipos a estrenar.

En baja

Los valores de caída en ventas, en promedio, se ubican en el 30%. Los rangos de reducción de operaciones van del 20 al 40%. Hay cadenas de concesionarios que reportan pérdidas mensuales de varios millones de dólares. Si bien en nuestro país estamos acostumbrados a estos vaivenes, en los Estados Unidos estas caídas de ventas resultan catastróficas. Esto ya está provocando movimientos en la industria. John Deere implementó un programa de recortes de personal que ha llegado hasta nuestro país.

La situación es complicada y se espera que este efecto se prolongue por lo menos durante todo el próximo año en el caso de cosechadoras y tractores y algo menos para los implementos menores o líneas cortas como la llaman allí (Shortline) que están comenzando a mostrar una pequeña recuperación. Este periodo se verá afectado por los valores de los granos, la velocidad de las bajas de tasa de interés y la política comercial de la nueva administración republicana.

Las declaraciones, amenazando con la aplicación de nuevas tarifas a Canadá, México y China del recientemente electo presidente Donald Trump agregan incertidumbre al productor y al mercado. Mucha de la producción de los Estados Unidos se dirige a estos destinos.

La situación financiera de los productores también impactará en la velocidad de esta recuperación. Usualmente se estima que un 25% de los mismos no tiene deudas, un 50% tiene una deuda moderada y manejable y 25% posee una deuda elevada. Las tasas de interés que pagan se incrementaron a un 8 a 10% anual, algo que los puso en crisis, especialmente a este cuarto más endeudado.

Los bancos están evaluando a sus clientes. Posiblemente, dada la situación de alguno de ellos, no los refinancien en la campaña entrante. La consecuencia podría ser que aumente la cantidad de máquinas e implementos que terminen en los remates prolongando la salida.

Los memoriosos se remontan a la década del ochenta para encontrar una situación similar. Sin embargo, para los actores actuales es una situación sin precedentes.

El autor es consultor en comercio exterior, especialista en silobolsas

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