Aquí se presentan los principales detalles de los sistemas disponibles
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En el país se ha mencionado la posibilidad de que sea obligatoria la identificación electrónica del ganado desde el 1 de enero de 2025. Se realizó una consulta pública con miras a la creación del Sistema Nacional de Identificación Electrónica de bovinos, bubalinos, ovinos, caprinos y porcinos, entre otras especies, aunque hasta ahora no hay una normativa que lo establezca formalmente.
La identificación electrónica del ganado es obligatoria en países de Europa y América del Norte, y más cerca, en Uruguay ya lleva varios años con la herramienta en uso que permite contar con numerosos datos productivos para los ganaderos y asegurar la trazabilidad de los animales para exportación.
En este contexto, resulta útil conocer los distintos sistemas de identificación del ganado disponibles en la actualidad. El tema fue tratado por Fernando Cornejo Becker, asesor técnico de Gallagher, uno de los proveedores de sistemas de identificación y pesaje electrónicos, en una exposición organizada por Select Debernardi.
“En los últimos años, muchos productores pasaron de un sistema de caravana visual, anotación en una libreta y pesada en báscula mecánica a un sistema totalmente electrónico, de mayor eficiencia para la identificación individual de cada vacuno”, comparó Cornejo Becker, quien admitió que ambos sistemas conviven actualmente.
Los sistemas de identificación individual de vacunos disponibles actualmente son los siguientes:
- Por un lado está la caravana visual oficial, que es una etiqueta un poco más chica que la que se usaba hace unos años para que se enganche menos en los alambrados, aunque hay de distintos tamaños. Generalmente se articula con registros manuales (libreta y Excel) y balanza convencional.
- Por otro lado, está la caravana electrónica reutilizable, de diferentes colores. Los productores la pueden usar para trazabilidad interna porque no es oficial del Senasa. Al vender un animal, se saca y se puede volver a utilizar con otro del campo, porque no debe salir con la caravana electrónica puesta, al tener la caravana visual oficial del Senasa.
- Por último, está la caravana electrónica oficial del Senasa. No es reutilizable porque el animal sale del campo con ella hasta el frigorífico, lo que permite la trazabilidad oficial. Generalmente es blanca y muchos productores ya la están utilizando aunque no sea obligatoria. Es cerrada: hay que romperla para sacarla.
Las caravanas electrónicas están conformadas habitualmente por un botón con chip; se reconocen con un lector -generalmente un bastón o una antena en la manga o en la casilla de operar- vinculados a una balanza electrónica que guarda la información. Después, todos los datos captados en la manga o en campo en estos dispositivos, se transfieren a una computadora a través de conexiones inalámbricas o por medio del uso de cable, para ser analizados por un software de gestión específico.
Los dispositivos del sistema (lector de caravana y monitor de pesaje) se vinculan entre si de manera inalámbrica (por bluetooth) y generan la carga de diferentes datos (identificación electrónica, identificación visual, rasgos, tratamientos, actividades, etc.), que se guardan de manera automática en la memoria de los equipos (monitor de pesaje o bastón lector).
Actualmente conviven los dos sistemas -etiqueta visual y botón- y hay quienes utilizan ambos, usando las dos orejas de cada animal por el riesgo de una eventual pérdida del botón con chip. Es decir, hay muchos productores que hoy incorporaron una caravana electrónica reutilizable pero solo para una trazabilidad interna y agilidad en el trabajo, y siguen con la caravana visual oficial.
La recomendación de Cornejo Becker es incorporar los sistemas electrónicos integrales de caravanas y balanza. No obstante, aclara que esos sistemas no son antagónicos: “se puede ir avanzando en la identificación individual gradualmente mediante las caravanas electrónicas y balanza mecánica y planillas convencionales, o al revés, utilizar caravanas visuales y balanza electrónica para facilitar el proceso de adopción y familiarización con la tecnología”, admite.
“Hay clientes a los que les interesa más medir que individualizar y les conviene empezar por la balanza electrónica para tener muchos datos de ganancia de peso en un feedlot, por ejemplo. Otros prefieren individualizar y cargar datos del rodeo de cría o de la cabaña, como raza, origen, padre, madre, descendencia, a los que les conviene Incorporar un sistema de identificación electrónica individual con bastones”, distingue Cornejo Becker.
En el primer caso, para el productor que solo hace engorde, la identificación electrónica individual le permite evaluar la performance de distintas dietas, seguir las ganancias de cada animal y establecer objetivos. Así, el feedlotero que recibe una tropa de terneros y los baja del camión para engordarlos en dos o tres meses, puede ponerles caravanas electrónicas reutilizables de baja frecuencia.-
Una cabaña, en cambio, necesita otra información, que va desde los primeros días de vida de cada animal hasta su comercialización, con mucho tiempo en el campo, que permita seleccionar animales con criterios objetivos y sin errores humanos.
Datos
En cada caravana, combinada con un buen sistema de chipeo, lector y monitor, se pueden incorporar más de 20 datos de cada animal, como pelaje, padre, madre, condición corporal, estado de preñez, ganancia de peso, tratamientos sanitarios, etc. en cada sesión de trabajo en la manga. Sin embargo, “normalmente se cargan de cinco a diez datos, nada más”, aclara el especialista.
Los datos incorporados se pueden consultar mediante informes preparados con un software de gestión donde se descarga toda la información. A los informes se puede acceder mediante una computadora o un celular, analizando los datos “en la nube” directamente, como ofrecen algunos equipos. El proceso es así: un operario carga la información en la manga y queda en el monitor de pesaje, que sincroniza esa información a la nube que está vinculado el equipo. De esta manera, el propietario del campo, un asesor genético o miembros de un grupo de WhatsApp de la administración del campo, pueden consultar los informes a distancia, ingresando a la nube desde un celular o una computadora.
En el informe de un feedlot, por ejemplo, se pueden consultar gráficos de aumentos individuales de peso, actuales y anteriores, ganancias de peso de la tropa, etc. El criador que quiere chipear todas sus vacas y tener la información individual, puede cargar nacimientos, pesos al nacer, sexo, pelaje, padre, madre, sincronización de celos, preñez, etc.
Más allá de la gran cantidad de datos productivos que se pueden incorporar en cada animal mediante sistemas electrónicos, que ayudan en el proceso de selección y manejo, estos sistemas permiten asegurar la trazabilidad de la carne exportada. Por ejemplo, la Unión Europea exige registrar todas las caravanas y certificar el proceso de punta a punta de cada animal cuya carne se importa al viejo continente. Ante esa exigencia, los sistemas electrónicos garantizan la calidad y la inocuidad de lo que llega a la mesas de los consumidores europeos.
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