En la región núcleo advierten que hay cultivos de trigo en “pausa” por la falta de precipitaciones y las muy bajas temperaturas
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“Todavía subsiste, pero es como si hubiera quedado en pausa”. Así describió el productor agropecuario Pablo Civerchia el estado de las 200 hectáreas de trigo que sembró en Pergamino. En esta zona no llueve desde abril, y la combinación de la falta de precipitaciones con las bajas temperaturas ha comenzado a perjudicar el desarrollo del cultivo invernal. Esta situación se replica en muchos campos de la zona núcleo, donde los productores manifiestan que, si bien la situación aún no es alarmante, empieza a haber temor de que la escasez de lluvias continúe y cause posibles daños.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) viene de alertar sobre la muerte de plántulas y la formación de lotes desparejos. La ausencia de lluvias en julio ha intensificado los problemas de humedad en el suelo, convirtiendo este mes en uno de los más secos en seis décadas. Además, las lluvias previstas para el 6 de agosto próximo no ofrecerían un alivio significativo para la región núcleo, con pronósticos que solo indican unos pocos milímetros en áreas periféricas como Chacabuco. En este contexto, la entidad alertó que, si no se registran lluvias adecuadas en los próximos 15 días, el trigo podría sufrir daños mayores. Según esta entidad, versus los 5,5 millones de hectáreas del año pasado, en 2024 se implantaron en el país 6,7 millones de hectáreas con el cereal. La buena humedad en la siembra y una baja de costos y mejores precios habían alentado a los productores a sembrar más. También el cambio de Gobierno que significó el fin de trabas para exportar.
“Estamos esperando la lluvia desde hace tiempo, pero nunca llega”, afirmó Gustavo Rasuk, quien sembró 329 hectáreas de trigo en Pergamino. Rasuk recordó que, al momento de la siembra, la humedad del suelo era suficiente, incluso en exceso. “Hubo momentos en que tuvimos barro, y tuvimos que andar con cuidado porque se abría el surco. Luego, el trigo creció adecuadamente, pero las olas de frío polar llegaron cuando el trigo estaba macollando. Ahora necesitamos lluvia”, explicó el productor.
Detalló que no se requiere una cantidad excesiva de agua, sino entre 20 y 30 milímetros. “No ha llovido en esa zona desde hace más de un mes y medio”, comentó. Su preocupación es que, a fines de agosto y principios de septiembre, el trigo podría necesitar más agua. “Espero que llueva. Hay algunos pronósticos, pero no sé si se van a cumplir”, indicó.
Otras zonas
Una situación similar se vive en Junín, donde el ingeniero agrónomo Alejandro Acerbo, asesor en varios campos, señaló que la falta de precipitaciones es preocupante para la próxima etapa del cultivo. “Las fuertes heladas de julio, sumadas a la falta de lluvia, están ralentizando el desarrollo del trigo. Aunque el cultivo está en macollaje y, en general, está bien, en esta etapa del año, en estado de pasto, no consume mucha agua, por lo que no está sintiendo tanto la falta de lluvia”, precisó Acerbo.
No obstante, alertó que la situación podría complicarse si las condiciones actuales persisten. “Para el encañado, que ocurrirá dentro de aproximadamente un mes o mes y medio, necesitaremos lluvias. Es importante que el suelo tenga la humedad suficiente cuando el cultivo lo requiera, de encañado en adelante”, expresó.
En la localidad bonaerense de Colón, Carlos Alberto Ranalli, productor de la zona, relató que sembró trigo de ciclo corto en la primera quincena de julio, con humedad muy justa y una mayor profundidad de siembra. Los fríos posteriores a la siembra han retrasado su nacimiento. Ranalli observó que los trigos de siembra temprana (intermedios-largos) se ven más o menos afectados por los fríos, con el déficit hídrico exacerbando la situación.
“El sistema radicular del cultivo explora en busca de humedad. Se han visto muchos lotes con pérdidas de plántulas. Las lluvias y temperaturas adecuadas podrían aliviar estos problemas. Aunque según los pronósticos se esperan temperaturas más elevadas, las lluvias no se concretan”, remarcó.
Según detalló, en la zona solo se han registrado unos pocos milímetros desde el 22 de junio pasado, cuando llovieron 8 mm en el lote de 45 hectáreas que logró sembrar. “En otros lotes no he podido sembrar por falta de humedad y desistí de hacer trigo”, relató.
El productor de la misma localidad, German Millet, explicó que este año tenía previsto sembrar 300 hectáreas de trigo, pero finalmente solo sembró 200. Ya no había más disponibilidad de agua para sembrar ni para ciclos cortos ni intermedios. “La situación está muy complicada: el trigo está en pausa y ha sufrido bastante. Las temperaturas han bajado hasta los -6°C. Seguimos esperando algún pronóstico favorable, pero aún no llega”, dijo.
“Hay algunas pérdidas de plantas, así que estamos un poco preocupados. Aún no hemos tomado decisiones sobre la compra de insumos ni de semillas para la próxima campaña; todo está muy parado. Tengo varios amigos que venden insumos, y siempre compro en distintos lugares para recabar información. Pero sí, todos están en pausa”, señaló.
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