Cambio en el podio: en mayo el pollo le ganó la pulseada del consumo a la carne vacuna

En mayo pasado el consumo de carne de pollo quedó por encima del registrado por la carne vacuna. En concreto, mientras el acumulado de los primeros cinco meses del año para la carne vacuna se ubicó, según había informado la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), en el equivalente a 44 kilos por habitante por año, la carne de pollo estuvo en 47 kilos. Vale recordar que entre enero y mayo de 2024, en medio de la pérdida del poder adquisitivo de la población, el consumo de carne vacuna retrocedió 15,9% versus igual período de 2023.

En un informe anual publicado días atrás, la industria avícola había informado que el consumo aparente de carne aviar alcanzado en 2023 fue de 49,3 kilos por habitante por año. “Este valor expresa un crecimiento de aproximadamente 2 kilos con respecto al 2022 y se encuentra justificado en la caída de las exportaciones, que trasladó parte de estas al consumo doméstico”, precisaron entonces.

Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), dijo que desde hace más de tres años que el consumo per cápita de carne aviar oscila entre los 47 y 48 kilos por habitante por año, dependiendo de cómo se comporta la exportación y el tiempo. “A mejor tiempo, más peso individual en los pollos, por tanto, eso conduce a más oferta total de toneladas”, expresó.

En la evolución del consumo aparente se observa que en 2020 había un consumo de 45,2 kilos, mientras que en 2021 ese número pasó a 48 kilos por habitante por año. En 2022 bajó a 47,3 kilos per cápita. Le siguió el último registro de 49,3 kilos per cápita, el dato más importante de los que tengan registro desde 2010. En la industria aclararon que la demanda de carnes en general en la Argentina está debilitada, pese a que los precios están muy bajos.

Domenech agregó que la carne bovina, al ganar más espacio en la exportación, va cediendo la oferta en el mercado interno. “En consecuencia, va aumentando la carne y contra la carne que va aumentando el consumidor va buscando otras variables que ya son un hábito. No es solo una cuestión de precio, donde la carne argentina en el mercado con 44 o 45 kilos todavía es un récord: es un consumo altísimo, porque venimos de un hábito de consumo de 70 kilos [de carne bovina] hace 20 años”, remarcó.

En el caso del pollo, los 46 a 50 kilos per cápita se está convirtiendo en un dato general para la actividad. El cerdo, por su parte, está con el desafío crecer más allá de los 20 kilos, ya que ronda de 18 a 23 kilos. Para comparar, en países excepcionales cuyo consumo es fuerte, como en Alemania, Bélgica, Dinamarca está en más de 60 kilos per cápita.

“[En el caso avícola] estamos situándonos en los consumos de hábito promedio que se van dando en todo el mundo. Aspiramos a que cada uno a su manera y en su medida podamos seguir creciendo y canalizándolo más en la exportación. Si sumamos 44 kilos per cápita [de vacuna] y le agregamos 47 kilos [avícola], más 22 kilos [porcinos] estás en 111 kilos, es un consumo exagerado de proteína animal a través de las distintas carnes”, extendió. Esto, al margen de lo que sucede tanto con el ovino o el pescado, que también tienen una participación en el consumo interno.

De acuerdo con los datos oficiales del Ministerio de Economía- Secretaría de Bioeconomía, la faena avícola entre enero y mayo fue de 306.417.540 cabezas, es decir que hubo una variación del 0,1%, con respecto de los datos registrados en el mismo periodo del año pasado. En el último dato se observa que el consumo aparente en abril fue de 45,26 kilos per cápita.

Qué pasa con la carne vacuna

Según el último informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), el consumo aparente de carne vacuna por habitante entre enero y mayo de 2024 se ubicó en el equivalente a 44 kilos por habitante por año, es decir, un 15,9% por debajo del promedio del mismo periodo de 2023.

Del informe se desprende que por habitante se comió el equivalente a 8,3 kilos menos. De acuerdo al reporte, en tanto, considerando datos de la producción obtenida y la exportación, en términos absolutos el consumo aparente se estimó en 860.100 toneladas res con hueso, una caída del 14,9% respecto al año anterior, equivalente a 151.000 toneladas menos.

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