Los equipos basados en sensores y en cámaras hacen más eficiente el uso de agroquímicos
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Las aplicaciones selectivas para el control de malezas están ganando terreno en la Argentina, impulsadas por equipos basados en sensores, como Weed It y Weed Seeker, y por tecnologías más recientes basadas en cámaras, como SprAI, que ya se utilizan en cultivos de soja, maíz y arroz.
Además, nuevas marcas internacionales están llegando al país, como One Smart Spray, See and Spray, SaveFarm, Vision, OcuWeed, Bilberry, entre otras. También se dispone de un modelo de desarrollo de código abierto, el Open Weed Locator (OWL), que permite a los usuarios construir sus propios equipos de aplicación selectiva y contribuir al desarrollo de esta tecnología.
Durante el reciente Congreso de Aapresid, “Todo está Conectado”, desde la Red de Manejo de Plagas (REM), se llevó a cabo un panel con usuarios y especialistas que abordaron la adopción y adaptación de estas tecnologías en la Argentina. Se presentaron casos de éxito en la región chacosantiagueña, por la ingeniera agrónoma María José Galdeano; en la zona núcleo, Vida Campestre SA; y en el sudeste de Buenos Aires, por Agroestudio Viento Sur SRL.
Las aplicaciones selectivas en barbecho comenzaron a probarse en Córdoba y en el Chaco santiagueño en 2012, y su adopción se aceleró en el norte del país debido al alto costo del manejo de malezas, especialmente para combatir gramíneas perennes y anuales. Estas tecnologías permitieron frenar el avance de estas malezas y reducir su impacto en la zona, además de ofrecer beneficios adicionales como menores problemas de “carry over” y fitotoxicidad en los cultivos.
Posteriormente, su adopción se extendió a otras regiones y a partir de 2019 su uso se incrementó en todo el país debido al aumento del costo del manejo de malezas y a la difusión de información sobre los ahorros y los beneficios económicos y ambientales de estas tecnologías.
Se ha logrado un mejor control de malezas por trabajar con un tamaño adecuado de malezas y el uso de otros modos de acción, con ahorros promedio del 70% en barbechos y del 40%, contemplando todos los herbicidas de rotación, además de una reducción similar en el impacto ambiental.
En los últimos tres años, se ha ganado experiencia en la aplicación selectiva dentro de los cultivos, como en soja y maíz, utilizando equipos SprAI. Estos equipos han demostrado ser efectivos para mejorar el control de malezas y reducir la fitotoxicidad por herbicidas, logrando un ahorro promedio del 67% en el uso de herbicidas, aunque con mayor variabilidad que en los barbechos, y con diferencias en la detección y el tamaño de las malezas según el cultivo.
Pensando fuera de la caja, se están explorando nuevos usos para estas tecnologías, como la aplicación de insecticidas en cultivos de maíz en estadios tempranos, el control de maíces guachos para reducir la población de la famosa chicharrita, y el uso sectorizado de herbicidas residuales, entre otros.
Las conclusiones del panel son prometedoras y refuerzan la necesidad de seguir impulsando estas tecnologías. La pulverización selectiva funciona, el ahorro y la mejora del control de malezas son importantes, además de reducir el impacto ambiental y mejorar los resultados productivos al disminuir la fitotoxicidad en los cultivos. Esta tecnología está en constante evolución, mejorando cada vez más la detección y el control de malezas.
En el futuro cercano, llegarán nuevos métodos de control de malezas, como electricidad, láser, fuego, etc., los cuales tendrán un gran costo energético y un impacto ambiental a estudiar, por lo cual será fundamental que se asocien con sistemas de aplicación selectiva.
La Argentina está experimentando la llegada de muchos sistemas de aplicación selectiva basados en cámaras, cada uno con características únicas en hardware y software. Es esencial conocer, probar y analizar la adaptación de estas tecnologías en cada región y realidad productiva. En este contexto, el rol de los productores innovadores y de los asesores es clave para impulsar la adopción y adaptación de estas tecnologías. Estamos viviendo un nuevo tiempo de valientes.
Así como la revolución de la siembra directa permitió un uso más eficiente de combustibles y la protección del suelo, esta nueva revolución nos ayudará a ser más eficientes en el uso de químicos y más eficaces en el manejo de malezas, potenciando la evolución de los sistemas de siembra directa y logrando una mayor y mejor producción con un menor impacto ambiental.
El autor es ingeniero agrónomo, de Agroestudio Viento Sur SRL y socio Regional Necochea de Aapresid
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