La Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (AFAT) proyectó una disminución de entre el 10 y el 15% en las ventas de cosechadoras versus 2023; preocupación por el envejecimiento del parque y la falta de un financiamiento adecuado
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El 2024 fue un año complejo para el sector de la maquinaria agrícola, que espera cerrar con varios indicadores en rojo. La Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (AFAT), que representa a firmas multinacionales, proyectó una baja de entre 10 y 15% en las ventas de cosechadoras comparado con el año anterior, cuando se registraron 595 unidades. Además alertó sobre el envejecimiento acelerado del parque de maquinaria, lo cual afecta la productividad. En la Argentina las unidades se renuevan cada 10 años, cuando lo ideal sería hacerlo cada cuatro. Uno de los factores que, aseguraron, más influyen en esto, además de la situación macroeconómica, es la falta de financiamiento adecuado que acompañe al productor. Los datos muestran que los picos de ventas suelen coincidir con momentos en los que las entidades bancarias ofrecen paquetes crediticios atractivos.
Leandro Brito Peret, director ejecutivo de AFAT, destacó que este año fue “bastante atípico”. Explicó que, por lo general, las decisiones de inversión para el primer semestre se toman sobre finales del año anterior. En 2023, factores como la sequía, los bajos precios de las commodities y la incertidumbre política provocaron la postergación de muchas decisiones de compra. “El año [2024] comenzó con niveles de venta bajos, y a esto se sumaron otros factores, como la chicharrita [que afectó al maíz] y el clima, lo que resultó en una baja importante en los primeros meses del año”, señaló.
A mitad de año, no obstante, el sector tuvo un repunte impulsado por la necesidad de renovación de equipos y las líneas de crédito disponibles en ferias como Expoagro y Agroactiva. En rigor, por ejemplo en julio pasado el patentamiento de cosechadoras, tractores y pulverizadoras acumulado hasta ese momento era de 23,9% por debajo del registrado en 2023.
Brito indicó que, actualmente, las ventas se estabilizaron en niveles similares a los del comienzo del año. “Para fin de año, estimamos que alcanzaremos volúmenes de ventas agregados cercanos a los de 2023″, anticipó. Sin embargo, en el segmento de cosechadoras se prevé una baja del 10-15% en comparación con las 595 unidades de 2023. Mientras que los tractores se mantendrán en niveles similares y en pulverizadoras se espera un incremento de entre el 10-15% sobre las 552 unidades registradas en el año anterior.
En este contexto Brito señaló que, puntualmente, el sector necesita “líneas de financiamiento con créditos a largo plazo, dimensionados al mercado, que sean duraderos en el tiempo y adaptados a las necesidades reales de los productores”. Asimismo destacó que esto debe ir acompañado “de estabilidad y previsibilidad algo que necesita el país en general: un orden macroeconómico que brinde confianza y permita planificar a largo plazo”, señaló.
Sin este respaldo el parque de maquinaria agrícola en el país se vuelve cada vez más obsoleto. Según el último censo agropecuario, en cosechadoras cerca del 70-80% superan los 10 años de antigüedad, y en tractores más del 70% tiene más de 15 años. Esto implica un parque envejecido con una tasa de renovación cada una década cuando debería ser de cuatro años, lo cual impide la adopción de nuevas tecnologías.
“Esto nos atrasa cada vez más”, apuntó y remarcó que renovar una cosechadora de más de 10 años incrementaría la productividad hasta un 20%. En Brasil la incorporación de tecnología es mucho más rápida: allí las ventas anuales de tractores multiplican por ocho o nueve las de la Argentina, lo que permite tener más productividad.
Por otro lado, debido a los altos costos estructurales del país, la maquinaria agrícola argentina resulta cara en comparación con los estándares internacionales. “La carga fiscal, la infraestructura y los costos de mano de obra en la Argentina elevan los precios finales de la maquinaria”, comentó. Además, la resolución 5339/23, que exige un adelanto del 55% sobre los insumos importados, incrementa el costo de fabricación, afectando finalmente al productor.
Para el vicepresidente de AFAT, Carlos Palmieri, el sector de la maquinaria agrícola podría tener un repunte en la próxima campaña siempre y cuando las condiciones acompañen, tanto climáticas como financieras. Advirtió que “todavía hay varios factores que van a influir” y que el avance previsto “no será explosivo”. Apuntó: “Podemos hablar de un 2025 optimista, con algo de crecimiento, pero nada loco y aún con ciertas dudas”.
Entre los factores que enfrentará el sector el próximo año, Palmieri destacó “las retenciones no desactivadas, las cuestiones climáticas y las líneas financieras, que probablemente continuarán lejos de lo que el productor demanda”. En este contexto, sostuvo que el crecimiento del sector estará sostenido, en gran medida, “en la necesidad de renovación del parque” de maquinaria existente, una demanda esencial para mantener la competitividad del productor.
De cara al año que viene, el directivo explicó que, aunque no se espera un año de altas rentabilidades, el sector mantiene una mirada “optimista” con la expectativa de crecimiento respecto al año actual.
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