Para la Bolsa de Comercio de Rosario, las últimas lluvias no fueron suficientes y redujo en 600.000 toneladas, a 15 millones de toneladas, su previsión de producción
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Pese a las últimas lluvias registradas, para la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) no fueron suficientes para revertir una crítica situación en los cultivos de trigo y, en ese marco, recortó la próxima cosecha del cereal en 600.000 toneladas, a 15 millones de toneladas. La escasez de agua todavía afecta especialmente el norte y oeste de la región pampeana, donde el trigo sigue deteriorándose.
Con este horizonte productivo se estaría produciendo un 30% más de trigo que en el ciclo pasado, cuando se recolectaron 11,5 millones de toneladas. Sería la cuarta cosecha más baja de las últimas 10 campañas si no se producen cambios drásticos en las condiciones climáticas durante septiembre y octubre.
“Hace un mes se señalaba un horizonte productivo en torno a 15,6 millones de toneladas. Pero el mes de setiembre inició con lluvias para el centro y este del país, y no cambió el escenario de sequía sostenida en el NOA, la mayor parte de Córdoba, La Pampa, el centro y norte de Santa Fe y el oeste de Buenos Aires”, informó la entidad.
Agregó que esta situación “se suma a la faltante extrema de agua en el oeste tras la feroz sequía del verano y un otoño que privilegió solo la franja este con un importante pulso de agua a finales de mayo”.
“Lamentablemente, no son buenas noticias”, indicó Cristian Russo, jefe de estimaciones de la BCR al referirse al recorte en las estimaciones de producción. “Estamos hablando de que aproximadamente un tercio de los cultivos de trigo se encuentra en condiciones poco favorables. En Córdoba, de las 600.000 hectáreas sembradas, unas 400.000 hectáreas enfrentan condiciones regulares o malas. La situación se complica aún más en las provincias de Santiago del Estero y Chaco, mientras que una parte de Santa Fe también se enfrenta a problemas similares”, agregó.
El informe de la BCR detalló que en un escenario de lluvias acotadas el trigo cumple con sus etapas de macollaje, encañazón y espigazón, por lo que el déficit hídrico se agrava en el norte y oeste del país.
Indicó que, a pesar de que en el sur de Santa Fe el trigo experimenta una notable mejoría, del norte de Rosario para arriba sigue la falta de agua. “En Entre Ríos son optimistas. A pesar de que hay un 16% regular y un 1% malo de trigo, el Siber de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos estima un trigo de 28 a 30 qq/ha. El norte y este de Buenos Aires sigue en carrera para buenos a muy buenos rindes”.
No obstante, Russo indicó que no todo son malas noticias. “Llovió muy bien en la región núcleo. También en buena parte de la franja este, Entre Ríos y una porción considerable del este de Buenos Aires. El sudeste de Buenos Aires, considerado el bastión triguero por excelencia, está muy bien y apunta a su máximo potencial”, dijo.
Para el analista, la pregunta crucial es cuándo llegará la lluvia. “Es necesario que El Niño se reactive en octubre, pero la incógnita reside en si ocurrirá en la primera quincena o en la segunda. Si sucediera en la primera quincena, podría llegar a tiempo para modificar el rumbo y favorecer la situación del trigo, pero en caso contrario, las complicaciones aumentarán aún más”, comentó.
Asimismo, indicó que algo similar ocurre con el maíz: “Estamos analizando que hay muchas cosas que pueden hacer que se siembre menos y entre esos factores también tiene que ver con la lluvia. Si llueve antes del 15 de octubre en la región pampeana, se podrá sembrar en forma temprana. Y si no, hay gente que está diciendo que se iría a soja, que pueden cosecharla mucho antes y obtenter ingresos, sumado a que están mejorando los márgenes”.
En rigor, en el informe la entidad alertó que si no llueve al menos 50 mm en la primera quincena de octubre en las zonas que han estado fuera de las últimas precipitaciones es probable que los productores reduzcan su intención de siembra y se inclinen por el cultivo de soja en lugar de maíz.
Por ahora, para el nuevo ciclo de maíz se proyecta que cubra 8,5 millones de hectáreas, la misma superficie que el año pasado. Esto da lugar a la expectativa de una producción que podría alcanzar aproximadamente 56 millones de toneladas, en comparación con los 34 millones de toneladas de la campaña previa. Cabe destacar que este cálculo la entidad lo basa en un escenario considerado como normal y toma en consideración que 7 millones de hectáreas se destinarán al cultivo de grano.
En tanto, en soja la BCR informó: “El número de intención sojera continúa en 17 millones de hectáreas. Con un millón de hectáreas, un 6,2%, más que en la 2022/23 y un escenario normal de clima, la Argentina podría producir aproximadamente 48 millones de toneladas de soja contra los 20 millones de toneladas del ciclo anterior”
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