A Mabel Camisa, de la localidad le desvalijaron la casa que tiene en su establecimiento; a otro productor le entraron en un galpón y le sustrajeron una máquina para un molino
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Mabel Camisa teme no poder regresar sola a su casa en el campo ubicada a 17 kilómetros de la ciudad de Los Toldos, al noroeste de la provincia de Buenos Aires. El 2 de diciembre recibió el llamado del productor agropecuario que le arrienda parte del establecimiento rural, quien lo notificó que, luego de recorrer los lotes sembrados, pasó por la vivienda y la puerta de entrada estaba rota.
Al llegar al lugar, la productora se encontró que delincuentes habían ingresado y se habían llevado casi todos los electrodomésticos. “Dejaron la casa dada vuelta, no había ni un cajón en su lugar. Se tomaron su tiempo. Nos robaron el freezer, la cocina a gas, el televisor, la pava eléctrica, la tostadora, un lavarropas automático, un secarropa y otras casas más”, relató.
En tanto, anteanoche le robaron por segunda vez al productor agropecuario Elvio Guastelli en su campo que esta ubicado a siete kilómetros de lo de Camisa. En diálogo con LA NACION, el ruralista contó que ingresaron al establecimiento y se llevaron una máquina para molino embalada de adentro de uno de los galpones que vale $362.000.
En ese contexto, hay una creciente preocupación de los productores por el aumento de hechos delictivos y piden que se esfuerce la seguridad en la zona.
“Me da mucha impotencia porque como si nada violaron nuestra intimidad. A esa casa la hizo mi papá con mucho esfuerzo y es muy triste ver como la destruyeron”, se lamentó Camisa que arrienda su campo a otro productor rural, pero mantiene sin alquilar su casa.
Para llegar al establecimiento hay que recorrer 17 kilómetros por camino de tierra. “Vivo en la ciudad, pero tengo amueblado el campo para ir con mis nietos y mis hijos a pasar los fines de semana y las vacaciones. Los otros días voy sola porque mis nietos estudian y mis hijos trabajan, pero ahora me da miedo porque no sé con lo que me pueda encontrar”, comentó.
Según contó después de que la notificaran del hecho ingresó a la casa acompañada de la patrulla rural de los Toldos. Además, se acercaron fuerzas policiales de Junín para hacer la pericia policial. Ese día estuvieron en el establecimiento rural hasta las 3 de la mañana.
“Están todavía trabajando sobre el tema, pero hasta ahora no apareció ningún dato. Me atendieron muy bien, pero bueno, seguimos sin saber nada”, explicó.
“Todo indica que fue el 31 a la noche por las marcas que habían dejado los vehículos, eran recientes, pero todavía no sabemos quién pudo haber sido”, agregó la productora que había estado recorriendo el campo el 27 de diciembre.
“Mis hijos me trajeron con ellos porque me dijeron ´mamá te vas a enfermar´ si seguís así. Es muy triste, te hacen sentir que no podes tener nada. Uno trabaja mucho para poder comprar las cosas porque todo está muy caro. Pero después de un día para el otro te lo sacan”, comentó.
“Ahora sinceramente no sé si reponer las cosas que se llevaron porque tengo miedo que vuelvan a ir y me vuelvan a hacer un desastre. Además, con lo caro que esta todo no sé si voy a poder recuperarlo” concluyó.
En tanto, Guastelli contó que ayer estuvo en el campo hasta las 21 horas y que hoy al regresar se encontró con que faltaba la máquina del molino de adentro del galpón. Es la segunda vez que le roban. La mañana del 26 de octubre pasado, se encontró con que le habían abierto una de las puertas del living de la casa con un hacha y le faltaba una hidrolavadora, una motosierra, herramientas de mano y de trabajo rural.
“Justo la noche anterior había decidido no dormir en la casa. Volví a la mañana siguiente porque estaban en época de siembra de la gruesa”, contó.
Guastelli hizo la denuncia, la patrulla rural recorrió la zona y luego realizaron un allanamiento, pero “no hubo resultado”.
En este contexto, reclamo que en el campo “quedan indefensos” y en esa línea comentó: “El productor agropecuario a veces está más cargado de obligaciones que de derecho: obligación a pagar un montón de tasas, impuestos y no tiene derecho a la seguridad porque no hay acción suficiente para tratar de evitarlos”.
“Robar en el campo es fácil, pero también puede ser fácilmente evitable porque en Los Toldos no son tantos los accesos a caminos rurales, entonces se podrían poner cámaras. También carecemos de inteligencia”, comentó.
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