De visita en la muestra nacional de la raza Brangus en Corrientes, productores extranjeros destacaron la calidad del ganado argentino, aunque expresaron su preocupación por la realidad económica local
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CORRIENTES.- Frente a la pista, en primera fila, el colombiano Luis Toro Echavarría confiesa que le da “envidia”, pero aclara que es de la “buena” ver los reproductores que desfilan en la Exposición Nacional Brangus, que se realiza en el predio de la Sociedad Rural local, en el marco del Congreso Mundial de la raza.
“Son el sueño de todos los que estamos haciendo Brangus en otras latitudes”, comenta el productor sobre la admiración que siente por la calidad genética alcanzada en los rodeos argentinos. Un sentimiento que se replica en los otros productores extranjeros que dialogaron con LA NACION en el marco de la muestra, quienes, a su vez, manifestaron la sorpresa que les genera la situación económica del país.
Son más de 100 productores de 15 países diferentes que la semana pasada recorrieron seis establecimientos ganaderos de Corrientes, Chaco, Formosa y Santa Fe para ver cómo se trabaja en condiciones naturales de producción en las cabañas argentinas. Esta semana participan de la 53° Gran Exposición Nacional y 17° Exposición Nacional del Ternero Brangus en el predio de la Sociedad Rural de Corrientes.
“Es impresionante el potencial que tiene este país. Nos da envidia ver el entusiasmo y la dedicación que tiene la gente aquí. En todos los campos que visitamos se ve que se esfuerzan por producir lo máximo posible para el bienestar de sus empleados, la sociedad y, eventualmente, de sus propietarios, pero lo hacen en un ambiente económico muy difícil”, comenta Toro Echavarría, director de la empresa agropecuaria colombiana Bajo Grande SA, que hace cría.
En la firma de Toro trabajan desde hace 34 años con Brangus. Primero empezaron con genética norteamericana y hace 15 años emigraron a la genética argentina. “Nosotros hacemos ganadería tropical a pasto, no tenemos piensos, maíz y soja porque son costosos. Por eso necesitamos un animal que sea casi desde su nacimiento capaz de desempeñarse y manifestarse en condiciones adversas tropicales de pastos bajos en proteína. Eso lo da el Brangus que es un animal que tiene más barril, le cabe más pasto, y en la Argentina se ha seleccionado un animal de poco tamaño, pero con capacidad de rumen grande para procesar ese pasto de menor calidad”, señala.
En rigor, los productores explican que, al ser una raza bovina híbrida, nacida del cruce entre el Angus y el Brahman, logró combinar las “mejores características” de ambas para obtener animales con “gran potencial de crecimiento, una mayor resistencia a enfermedades, adaptabilidad a diferentes ambientes y excelente calidad de carne”.
“Cada año que he venido a la Argentina he visto una mejora genética, pero este año hay una calidad que muestra que, sin dudas, el mejor Brangus del mundo está en Argentina”, dice el mexicano Fabián Balandrano en su sexta visita a las exposiciones ganaderas en la Argentina.
El productor es tercera generación de ganaderos y desde hace 20 años que hace Brangus colorado en el rancho Los Nogales. “Cada vez me llevo una mejor impresión respecto de la primera vez que vine a Palermo [la muestra que organiza la Sociedad Rural Argentina]; en 2014 era muy raro ver un animal rojo en la pista, pero en esta exposición predomina por mucho”, dice.
En ese sentido, cuenta que durante la gira de los últimos días vieron que en “muchas de las cabañas argentinas se está volviendo una tendencia” seleccionar las mejores vacas negras para cruzarlas con toros colorados. “Buscan sacar un animal rojo, que su madre sea una vaca negra porque el ganado negro tiene muchísimos años de trabajo en genética y selección. Entonces sacan unos animales increíbles. Lo hemos visto en las pistas, ayer las hembras rojas de bozal sobresalían. Son muy bonitas, profundas, anchas, con una feminidad increíble. Hace 10 años no había tanto colorado”, comenta.
Balandrano explica que en México “las cosas son distintas”, el rojo se ha desarrollado desde hace 20 años en lugares tropicales, con presenciad de mosca, garrapata y muchos ectoparasitos, mientras que el Brangus negro se hacho en zonas de frío, altas, de arriaba de 1500 metros sobre el nivel del mar. “Ese ganado no se ha podido adaptar al sur de México donde llueve todos los años, hay pastos altos, garrapatas y murciélagos y en donde el rojo se ha adaptado y comercializado más”, dice.
La tensión cambiaria
El productor no sale de su asombro por la “devaluación” de la moneda argentina. Relata que hace tres semanas viajó a Mendoza para vacacionar junto a su familia. “Llegamos a la Argentina y el dólar estaba $380, ayer volví a cambiar y había subido a $450. Son $70 pesos en solo unos días, lo que está sucediendo es increíble. No puedo imaginar lo que es tener un sueldo en pesos. En nuestro país el dólar también es muy importante, pero lo que pasa acá es algo que no me explico”, manifiesta.
Algo similar plantea el productor ganadero uruguayo Federico Maisonnave, quien cuenta que siente entre asombro y admiración por sus colegas argentinos. “Con productores de otros países analizamos los parámetros macroeconómicos y del sector en la Argentina y realmente no entendemos cómo hacen para aguantar todo lo que están aguantando. Nos sorprende y nos genera admiración y respeto cómo la gente sigue apostando, avanzando en genética a pesar de las condiciones en las que les toca vivir hoy”, indica.
Maisonnave asesora dos programas de producción de carne en Paraguay: uno con alrededor de 45.000 cabezas y otro con 20.000 animales. También administra un proyecto propio de Brangus comercial en Uruguay y tiene sus propias vacas en producción de genética de toros.
“Las razas son una tecnología para producir en determinado ambiente y condiciones, y el Brangus argentino es mi principal herramienta para producir carne de calidad en el trópico en otro país. Son los animales que la industria quiere”, comenta.
Si bien indica que las fronteras en el ambiente genético actualmente son “borrosas”, por cómo se mezclan los diferentes orígenes de la genética, señala que la base de su empresa es la genética Brangus argentina. Eso les permitió “avanzar en generar un producto de calidad en ambientes complicados”.
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