Vertrev, una startup fundada por un grupo de amigos, presentó una solución para la falta de comunicación en zonas rurales; el caso de Wiagro, con otra innovación
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La última Expoagro Edición YPF Agro en San Nicolás fue el lugar donde coincidió lo último en tecnología agrícola. Hasta allí llegaron numerosas empresas y emprendedores del sector, tal como es el caso de Vertrev, una startup argentina nacida hace dos años y fundada por un grupo de siete amigos que no prometen “ver Netflix” con sus servicios, pero que intentan solucionar una necesidad en las zonas rurales por la falta de comunicación. En la misma sala de agtech estaba Wiagro, una firma nacional que creó la manera de medir y controlar la fumigación con fosfina de granos de forma remota y es un hit en el mundo.
La historia que narró Javier Hernández (50), uno de los socios de Vertrev, a LA NACION, sobre la anécdota de una pareja de productores agropecuarios parece el guión de un panfleto de stands, pero es la misma que le había escuchado a un cliente días atrás y que pone de ejemplo para dimensionar la situación. “Lo que brindamos son soluciones que son lo suficientemente útiles para movilizar o para optimizar el negocio agrícola. A la gente del agro no le ofrecemos soluciones para ver Netflix, sino que le estamos ofreciendo una gota de agua en el desierto para que puedan completar sus procesos productivos para que se puedan conectar y mandar un WhatsApp”, explicó. Eso lo hacen con dos líneas de productos, que es para mensajería y otra para conectar sensores muy aislados.
“Este año trajimos una solución de conectividad satelital, hicimos un acuerdo con una empresa israelí que tiene un dispositivo que se monta en cualquier lugar y conecta el ecosistema de sensores”, señaló y explicó que también sumaron una antena móvil, que no necesita apuntamiento. Simplemente, se pone en el techo de los vehículos que lo conecta directamente al satélite”, añadió y explicó que también sumaron una antena móvil, que no necesita apuntamiento. Simplemente, se pone en el techo de los vehículos que lo conecta a una máquina. “El gran problema que tienen los productores es que no tienen cobertura celular en las áreas productivas”, recordó. A partir de esta iniciativa buscan ayudarlos a conectarse en el medio del campo, a través de soluciones basadas en las constelaciones (satelitales) geoestacionarias, con una terminal diseñada.
El emprendimiento, para ayudar a las personas en las áreas rurales, lo crearon hace dos años con Carlos Uzal (64), Eduardo Aguirre (65), José Luis Castaño (57), Santiago Tiscornia (37), Alejandro Chapero (59) y Alejandro Sábato (36), un grupo de amigos y profesionales con una vasta trayectoria en las telecomunicaciones, desarrollo de software, sistemas y procesos de telesupervisión y control. “Somos emprendedores chicos con algunas canas. Somos chicos, no jóvenes”, se ataja entre risas Hernández, quien explicó que la mayoría de los socios viene del área de las telecomunicaciones.
“Al venir de corporaciones, eso nos da un entendimiento distinto de cómo llevar adelante un negocio en este país... Y la aventura de aprender algo nuevo. Los más chicos nos están enseñando lo que es agro; esta interacción con la gente acá nos da mucho insight, conocimiento de los problemas que tiene el productor en su campo. Ellos vienen y te lo cuentan”, aseveró. Así, narró una anécdota de una señora que le contó que quería encontrar una solución para estar en contacto con su esposo mientras salía al campo. “Les damos un botón de pánico; el tipo va en su caballo, aprieta el botón y le llega la localización a la señora y entonces ella sabe que su marido tiene un problema en el medio del campo. Son soluciones muy básicas que no requieren una conectividad, como para ver Netflix en HD”, explicó.
Desde que iniciaron el proyecto que está en etapa de prueba de concepto invirtieron alrededor de 300.000 dólares. Aclaró, además, que utilizan el sistema de integración con un sistema satelital nuevo. La compañía hiSky/Servicio Satelital que terminan de completar el servicio, en formato de alianza estratégica.
“Siempre vivimos esta realidad de que no hay inversión en áreas donde no es rentable. Nos hicimos muy amigos de dos ingenieros agrónomos, que entienden muy bien el negocio y las problemáticas del agro. Nos decían: muchachos ustedes saben cómo resolver este problema. Nos sentamos, lo craneamos y hace tres años nos incubamos en CREALab, donde nació una idea que la descartamos por completo y salimos con una nueva, que brinda una conectividad extendida en el lote, para que los productores puedan mensajear”, amplió. Dentro del emprendimiento, sostuvo, intentan establecer el concepto de “gauchada”, que usa la cobertura del lote del vecino o viceversa, para que entre ellos resuelvan los problemas de conectividad sin depender de las inversiones de terceros: “Ese es nuestro sueño”.
No obstante, la incipiente empresa también atraviesa la dificultad de importar componentes y armar equipos. “Esto te da el conocimiento de lo que necesita la gente”, completó.
En el otro extremo de la sala de las agtech en Expoagro estaba Wiagro, una start up que desarrolla proyectos para el control de los granos en los silos [Smart silobag] para controlar el estado de los granos almacenados en silobolsas de manera remota, pero que ahora presentó Smart PH3, una tecnología que permite medir y controlar la fumigación con fosfina (PH3) de granos en forma remota, a través de dispositivos de IoT y una plataforma web de visualización tanto en PC como smartphones.
“Esto es como un remedio, si lo tomás mal te genera resistencia. Los insectos están generando resistencia en el otro lado del mundo, como en China y Australia; en vez de fumigar durante 7 días fumigan durante 15 días. Lo fumigan mal y esto genera resistencia, también evitamos eso”, contó Martín Cordasco, fundador de Wiagro.
“Este químico o gas no deja residuos en la comida -cultivos-, el problema es que si no fumigás y no controlás que estás fumigando bien no podés controlar que los insectos están generando resistencia. No haber cumplido con los procesos de fumigación y el riesgo que tiene esto es que se escape la fosfina, por lo que se tiene que medir afuera el nivel de concentración”, detalló.
En ese sentido, recordó que es “importante”, para la seguridad de las personas y los alimentos tener una solución para el uso debido de la fosfina. “Esto se usan en barcos, barcazas. Ahora estamos viendo de ponerlos en los buques interoceánicos, porque nos lo están pidiendo para tener toda la trazabilidad y cómo se fumigó. Estamos cambiando la forma de cómo se hace el proceso de fumigación. Nosotros inventamos el dispositivo y todo el sistema, y creo que somos una de las únicas compañías que lo miden de esta forma”, narró.
Cordasco explicó que esto se está adoptando a través de empresas que fumigan. El Smart PH3 trabaja sobre cualquier tipo de productos, incluso tabaco, harinas o alimentos que lo necesiten.
Esta nota se publicó originalmente el 7 de marzo pasado
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