En Carlos Tejedor, en el oeste bonaerense, que todavía no se recuperó de la sequía, en el primer día de diciembre se registraron 100 milímetros, lo mismo que todo noviembre último
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“No me quiero despertar de este sueño”. El productor agropecuario Dante Garciandía no sale de su asombro. Esta mañana fue a chequear el pluviómetro que estrenó en el campo que arrienda en Carlos Tejedor y se encontró con la sorpresa de que marcaba 100 milímetros. Así, en el primer día de diciembre llovió casi lo mismo que en todo noviembre pasado en esta localidad bonaerense donde parecía que las tormentas pasaban de largo y la sequía se recrudecía y parecía no cortarse. Ahora eso comenzó a cambiar.
Esta situación no se limita a la ciudad cabecera del partido, según señaló este miembro de la Asociación Rural de Carlos Tejedor, sino que se han registrado lluvias en toda la zona, con variabilidad en los milimetrajes. Hasta el mediodía, la ciudad cabecera acumuló 100 mm, Timote 70 mm, Tres Algarrobos 150 mm, Curarú recibió 80 mm y Colonia Seré 50 mm.
Estas lluvias llegaron en un momento crucial para la región, que había iniciado la siembra de granos gruesos [soja-maíz] y enfrentaba condiciones desfavorables. Con tan solo 480 mm de precipitación en lo que va del año, Garciandía indicó que están 250 mm por debajo del promedio. “El perfil tiene muy poca humedad. Había productores que pararon la siembra de maíz y soja porque los primeros centímetros del perfil estaban secos. Estaban esperando esta lluvia que, por suerte, sucedió”, apuntó.
Las precipitaciones fueron tan abundantes que en algunas áreas se cubrieron de agua maizales recién sembrados. No obstante, se espera que en los próximos tres o cuatro días oree y la situación mejore.
“Estábamos necesitando que se recarguen las lagunas para que suban las napas y mejore el consumo animal con el agua. Además, que la napa se acerque para que los cultivos empiecen a utilizarla y toda esta situación extrema de sequía comience a cambiar”, comentó.
Por otro lado, resaltó la importancia de mejorar las condiciones para la campaña gruesa, ya que los productores se encuentran en una situación financiera donde no hay margen para otra pérdida de producción. “Estamos en una situación donde uno no sabía qué hacer, los recursos y las ideas se nos terminaban, así que no nos quedaba otra opción que esperar a que llueva. Esto es realmente una bendición”, remarcó.
Otras regiones
Las lluvias abarcaron amplias zonas del centro oeste de la provincia de Buenos Aires, llegando a localidades que al igual que Carlos Tejedor venían con una situación hídrica deficitaria. Según los datos proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), los registros hasta esta mañana fueron: Olavarría, 76 mm; Pehuajó, 49 mm; Nueve de Julio, 46 mm; Azul, 44 mm; Tandil, 38 mm; Bolívar, 37 mm; Dolores, 26 mm; General Pico, 25 mm; Trenque Lauquen, 22 mm; Las Flores, 21 mm; Villa Gesell, 19 mm; Monte Caseros, 16 mm; Victorica, 16 mm; Benito Juárez, 13 mm; Santa Rosa, 13 mm.
Por otro lado, luego de haber sido beneficiadas con mejores lluvias en los últimos meses, hubo zonas que ahora no fueron favorecidas. En estos lugares, como Pergamino y Colón, en la provincia de Buenos Aires, los productores alertaron que, a pesar de que la soja y el maíz presentan un buen estado en líneas generales, enfrentan la escasez de agua.
En estas localidades, casi no se han registrado precipitaciones recientes y los agricultores subrayan la necesidad de lluvias para asegurar la humedad en el perfil del suelo, sobre todo de cara al inicio de la siembra de la soja de segunda y de los maíces tardíos.
Cosecha fina
Garciandía resaltó que la importancia de estas lluvias también radican en que la campaña fina en la zona “viene complicada”: estimó un rinde de entre 2000 y 2500 kilos por hectárea cuando lo normal para la región es de 4000 kilos por hectárea.
“La helada del 12 de octubre afectó significativamente el rendimiento de los cultivos en pleno llenado de grano. Encima está todo muy desparejo porque hay algunos cultivos que están en espiga floreciendo y otros al lado llenando. Van a llegar a cosecha muy desparejos, con lo cual será una cosecha complicada en cuanto a humedad y a la calidad final de la semilla”, comentó.
En este contexto, agregó: “Vamos a estar con un faltante en rendimiento al igual que el año pasado y, en muchos casos, algunos trigos directamente se destinaron a forraje por las bajas expectativas de rendimiento del grano. Son productores que por segundo año consecutivo ven fallada su fina. Esta lluvia viene a tapar un montón de agujeros que necesitábamos que sean tapados”.
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