Andrés Alfredo Miles es un empresario agropecuario de Santa Fe que sufrió un robo de 50 cerdos en otro establecimiento, en este caso ubicado cerca de Río Cuarto, Córdoba
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SANTA FE.- La inseguridad rural ya no se trasciende por un hecho aislado. Semanalmente, los informes policiales mencionan que los robos y perjuicios en general se multiplican. Pero la gran pregunta es si los que sufren esos ataques están dispuestos a continuar.
Andrés Alfredo Miles, productor agropecuario que reside en la zona rural de El Trébol, una ciudad del departamento San Martín, 187 kilómetros al centro oeste de esta capital provincial, de 22.000 habitantes, tiene muy claro que si la inseguridad se sigue propagando, tendrá que volver a evaluar la posibilidad de vender todo en la Argentina e irse del país.
“Yo nací en el campo, estudie en la ciudad y me volví casado al campo. Acá criamos a nuestros hijos y no me cambiaría por nada del mundo a otra actividad. Si reconozco que lo he pensado, lo he estudiado y no está muy lejos el proyecto de vender y comprar en otro país, como puede ser Estados Unidos, Canadá o Australia. Yo estuve sembrando en el Congo (África) en 2011/12 con un socio... él se quedó, yo me volví. Si esto no cambia algo vamos a hacer. Es muy difícil para alguien que fue criado en valores, méritos y la palabra. Vamos a seguir produciendo en la Argentina”, añadió.
Miles anotició de varios hechos que convalidan la preocupación por la inseguridad que se va extendiendo por la región centro del país. Un caso que comenzó a trascender a la opinión pública es el que denunció el propio Miles y que ocurrió en Carnerillo (cerca de Río Cuarto, provincia de Córdoba). “Junto con mis hermanos tenemos un campo. Yo administro un sector destinado a la cría de cerdos. Allí hay dos galpones de buenas dimensiones donde se están criando unos 3500 cerdos. Hace unas semanas, creo que fueron varias personas, cortaron el alambrado perimetral e ingresaron al campo y luego de recorrer unos 2000 metros accedieron a la zona de los galpones. Nos robaron 50 cerdos, cada uno con un peso aproximado de 50 a 60 kilos. Evidentemente trabajaron un buen rato porque cargaron los animales en una camioneta y se los llevaron”, indicó en contacto telefónico con LA NACION.
Cuando se lo consultó sobre si dada la importancia del emprendimiento el sector de los galpones tiene algunas medidas de seguridad incorporadas. Miles precisó que “hay cámaras, pero que cubren el frente de los galpones. No fueron colocadas solo por cuestiones de seguridad sino también por trabajo. Es para poder observar cuando se carga o descarga, la gente que llega, la limpieza…pero no para prevenir robos. Estos delincuentes quizá tenían conocimiento de ello. Por eso ingresaron por la parte de atrás, donde no iban a quedar registrados en las cámaras”, amplió.
El productor, de 58 años, casado, 3 hijos (“todos profesionales; el mayor reside en San Francisco, California” apunta orgulloso), explicó que el lugar donde le robaron los animales se encuentra entre Cardonillo y Coronel Baigorria, en el departamento de Río Cuarto, al sur de Córdoba. Y señaló otro hecho que refleja que la inseguridad se va extendiendo por la zona. “En el medio de esas localidades está Paraje 5 esquinas, un grupo de casitas, algunas abandonadas. Hace unos días una patrulla rural, lamentablemente de un solo efectivo, se acercó porque observó que había dos vehículos. Cuando el policía intentó identificar a sus ocupantes estos los recibieron a los tiros. El policía resultó herido. En la zona hay casi todos los días hechos de robo y desde el gobierno hablan de seguridad pero no hay seguridad en ningún lado”, agregó.
Otro caso
El productor, cuya familia paterna es de origen británico, desde sus bisabuelos que llegaron en 1870, contratados por Sarmiento como instructores militares del recién creado Colegio Militar de la Nación y su abuelo cabañero de la raza Hereford, mencionó otro caso de repercusión pública.
Ocurrió en la zona Castelar, en el extremo oeste del departamento San Martín, próxima al límite con la provincia de Córdoba. “En un campo que alquilan socios de mi hijo entraron y se llevaron agroquímicos (fertilizantes, herbicidas, insecticidas y otros productos) por un valor estimado en 150.000 y 180.000 dólares, además de semillas de girasol y sorgo. Un daño tremendo. Hasta hoy no hubo novedades de la investigación”, subrayó.
“También días atrás ingresaron a una vivienda lindera con la de mi hija y así otros casos de similares características. Esto –señaló- no se frena”.
Preocupación
Consultado sobre qué hace un productor que no puede enfrentar los delitos, indicó: “Repito lo que digo siempre: somos pocos los que vivimos en el campo. Y hay que decirlo: estamos totalmente desprotegidos. Parece que a nadie le importa que el campo aporte mucho dinero en impuestos como Ingresos Brutos, Inmobiliario, tasa por hectáreas. El campo aporta y deberíamos tener la misma seguridad que hay en la ciudad, pero no la tenemos. Lamentablemente, estamos totalmente desprotegidos”.
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