El extitular de Bioeconomía, Fernando Vilella, remarcó en una disertación que “ninguno de los últimos ministros de Economía de la Argentina entendió que otros países encontraron soluciones a partir del agrandamiento de la torta”
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Luego de que lo echaran hace menos de un mes como exsecretario de Bioeconomía, Fernando Vilella dijo que “ninguno de los últimos ministros de Economía de la Argentina entendió que otros países encontraron soluciones a partir del agrandamiento de la torta”. Lo hizo en un encuentro virtual organizado por ADBlick en el Día del Inversor de la empresa, del que también participaron Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-Cec y; Adolfo Romero Vedoya, director general ejecutivo de Cofco.
“En la Argentina hubo políticas que no solamente inhibieron a la inversión en el sector agropecuario, sino que en los últimos 10 años, en general, no hubo inversión privada ni generación de trabajo privado. Si no hay inversión, no hay productividad y sin productividad los salarios son muy bajos. Eso cierra solo con subsidios a los servicios y menor costo de alimentación, con múltiples instrumentos y regulaciones. Al final terminás con 45% de pobres”, evaluó Vilella, al iniciar su presentación.
“Entender que hay que abrirse al mundo y exportar más es una visión que, en general no prende, que deriva en cerrazón y falta de dólares. Hoy estamos pasando por una crisis por US$12.000 millones. Es lo que aportan las retenciones en un año, un número irrelevante. Esa falta de dólares es porque un argentino exporta la mitad que un uruguayo y la tercera parte que un chileno. El sector más competitivo está visto como al que hay que sacarle los recursos, el sector agropecuario, en general, y la soja en particular”, agregó.
De esta forma, apuntó a que Brasil, en 20 años, multiplicó por tres la producción de soja y aumentó en un 28% el rinde versus un 11% en la Argentina: “Estamos retrocediendo en lo cualitativo también, falta una ley de semillas y un incentivo a las inversiones. Es un complejo de marañas”.
“Si seguimos mirando en el corto plazo, sin ver que hay que agrandar la torta, estamos en problemas y hoy se suma que el precio de la soja está bajo. Estamos más o menos como en el 2006, pero las retenciones eran del 23%, no eran del 33%. Los macroeconomistas clásicos no entienden esto que estamos hablando acá”, indicó.
Luego, el exdecano de la Facultad de Agronomía de la UBA contó que está en vías de publicar un informe con las 100 medidas que tomó durante su gestión “muchas de ellas no conocidas”.
“Hay transformaciones positivas en términos de la macroeconomía ¿Quién iba a decir en diciembre del año pasado que el dólar iba a estar en el nivel actual? Con la inflación es lo mismo. Hay cuestiones positivas y muchas están en marcha. Quizás a veces la velocidad de las cuestiones y la necesidad de dar señales a la inversión son cosas que no tienen costo y deberían facilitar salir de la rescisión y la desocupación”, aclaró.
Impacto
A su turno, Idígoras adelantó que presentarán un estudio econométrico que muestra que, “si solo se bajan las retenciones del 33% al 25%, la Argentina tendría US$5000 millones más de exportaciones en apenas un año, y que el fisco, en lugar de sacrificar US$320 millones por menos retenciones, ganaría US$730 millones por otros impuestos”.
“Es verdad que son impuestos coparticipables, pero es saludable para salir de impuestos distorsivos. Hasta que no tengamos estabilidad las discusiones van a seguir siendo de la coyuntura”, dijo el ejecutivo de Ciara-CEC.
Vilella señaló que la economía que se heredó es muy calamitosa. “Si no generás algún tipo de estabilidad, cualquier cosa que hagas hacia adelante va a ser un problema”, comentó y advirtió: “La semana pasada se anunció que se sacan retenciones a la industria automotriz, y la justificación es que cuando se las sacaron aumentaron las exportaciones. Hay un tratamiento que no es equilibrado en cuanto a los sectores. La industria automotriz no genera divisas genuinas en el país”.
“El productor del mundo recibe el precio internacional. Lo que recibe el productor en la Argentina es la multiplicación de tres elementos de incertidumbre (precio internacional, retenciones y brecha cambiaria). No le podés decir a un productor vendé esto y colocalo en un bono en Nueva York y después colocalo en no sé dónde y así vas a tener rentabilidad. Es no entender la cultura del productor. Parte de estas cuestiones son las que llevan tiempo en las discusiones. Tenés que trabajar sobre expectativas y hoy el precio internacional está muy malo. La Argentina no aprovechó precios altos para sumar instalaciones e inversiones, caminos, infraestructura, se lo comió todo el Estado en cosas que no le sirvieron a la Argentina, que terminó con más pobres”, cerró.
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