En una entrevista con LA NACION el presidente de la Sociedad Rural Argentina y su par de Angus alertaron que las políticas de los últimos años no favorecieron la inversión del sector
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El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, y el presidente de la Asociación Argentina de Angus, Alfonso Bustillo, dicen que se conocen hace una treintena de años. En este tiempo han debatido, intercambiado ideas y hasta con discusiones, de las que dicen “han salido cosas buenas”. En el marco de la Exposición Rural de Palermo, coinciden en una entrevista con LA NACION que las políticas económicas de la Argentina tienen que cambiar y enfocarse en la macroeconomía. Además, explican que “la carne vale lo que cuesta producirla”.
“Que comience el presidente. El presidente que vaya primero”, responden los dos al mismo tiempo. Uno por ser el dueño de casa quiere cederle el lugar al otro y viceversa. Para empezar a hablar sobre la situación que atraviesa la ganadería nacional, tras el impacto de la sequía, aclaran que está bien pedir y mostrar lo que es capaz de aportar el sector, si se lo deja trabajar tranquilo.
“La ganadería está atravesando una coyuntura muy compleja, producto de tres años de una sequía sin precedentes. La región del Litoral sufrió muchísimo en los últimos dos años, y ahora, este último año en todo el país hemos perdido muchas madres, muchos puntos de preñez. Se ha discontinuado la cadena forrajera y al mismo tiempo hay una coyuntura nacional muy compleja, con una inflación como la que tenemos que los precios se quedaron atrasados, internacionalmente, incluso. No es un panorama muy alentador”, dice Bustillo.
Angus, que remarca Bustillo tiene el rodeo nacional más importante, este año llega a la Exposición Rural de Palermo con 387 animales. “Para nosotros, la expo ganadera es la mayor posibilidad que tenemos de mostrar lo que hacemos con nuestra genética. Es una vitrina enorme, todo el mundo viene a ver esto, desde norteamérica”, asegura.
Los presidentes coinciden en que estas coyunturas se pasan y que el criador sabe lo que hace. “El criador cuida sus vacas preñadas y mantiene el rodeo; se va a recomponer, va a volver a producir, como se produjo en esta sequía. A nivel nacional, ojalá que se pueda arreglar el lío en que estamos”, agrega.
Pino acota que la Argentina, en lo que respecta al negocio de la ganadería vacuna, viene de un proceso de estancamiento desde hace muchos años, con números de exportaciones desde 2019 estancados. “Evidentemente, las políticas que se generaron en este país en los últimos años no han favorecido para nada a la inversión que necesitamos los ganaderos. Nos cuesta mucho avanzar en nuestro rodeo general, potenciar nuestra producción. La ganadería es un negocio a larguísimo plazo. Desde que nace una ternera y esta te da una vaca preñada pasan cuatro años. Acá pasan cosas de una banquina a otra y no dejando que el negocio evolucione como debería. Así y todo, los viejos cabañeros siguen apostando fuertemente y la genética argentina es reconocida en el mundo entero”, señala.
Bustillo interviene y agrega que los ganaderos son realmente expertos en lo que hacen. “La genética es un insumo de un bajo costo en la producción y con un alto impacto, que se va volcando con todos los programas que se están desarrollando. Esto hace que los rodeos sean más eficientes y que mejoremos la calidad de la carne y todas las variables productivas. Estamos luchando para abrir más mercados; queremos llegar al mundo con nuestra carne. Pero tenemos retenciones, todo tipo de distorsiones en el negocio que hace que no pasemos de las 900.000 y un millón de toneladas”, extiende. La esperanza es que este año la exportación sea superior a los anteriores.
En medio de la sequía, este año se avizora una caída en el stock. “Nos van a faltar 2 millones de terneros en esta parición, por falta de preñez. Estamos estancados en el stock y no veo posibilidades de crecer”, dice el presidente de Angus. Se viene de pasar de un 63% de destete a un 67%, lo que significó 800.000 terneros.
Los presidentes coinciden en que producir carne en este contexto tiene sus costos, considerando que la actividad debe ser sustentable y que se tiene que vender el producto al valor que corresponde. Aclaran que “no hay un invento del precio de la carne” y que “la carne vale lo que cuesta producirla”.
“No hay un invento del ganadero o el empresario que la esté trabajando. Si nosotros tuviéramos un mercado de exportación importante, esa exportación haría sustentable todo el negocio”, señala Bustillo.
Pino, además, explica que los derechos de exportación son un impuesto discriminatorio y distorsivo. “Hay algo impresionante que es el nivel de unitarismo en un país federal, la recaudación de los derechos de exportación no vuelven a los lugares donde se produce, entonces, es nefasto”, precisa.
“A las trabas de las cuotificaciones se suma un tipo de cambio, que no sabés qué valen tus cosas. Algo que es claro, es la confianza, lo que necesitamos los ganaderos. Somos el sector que más nos golpea la inflación, porque nosotros no ponemos los precios, no fijamos valores. Te largás a engordar una vaca o a encerrar un novillo, sin saber nada hacia adelante”, añade el titular de la SRA. Recuerda que está vigente la Comunicación “A” 7720 del Banco Central, que encareció el crédito a los productores de soja y afectó otras actividades: “Es la traba con la traba en sí”.
Bustillo acota: “Si tras que no tenemos esa previsibilidad en cuanto empieza a asomar la nariz la carne, se cree que es la que distorsiona todos los precios, en realidad lo que distorsionan los precios es un problema macroeconómico y un problema de sobredimensión de un Estado que no le alcanza nada de lo que se produce para cubrir sus costos”.
Esto se convierte para los presidentes en un problema para la producción ganadera. “La banca oficial tendría que estar cuidando al pequeño y al mediano productor que se descapitalizó que le cuesta empezar nuevamente, en esta coyuntura especial. El ganadero cuando no le alcanza la plata para producir se descapitaliza. No imagino ninguna industria que porque está mal el negocio venda sus tornos”, ejemplifica.
El presidente de Angus recuerda que la Argentina tiene un alto índice de pobreza. Según el Indec fue de 39,2% a fin de 2022. “Tiene que haber un cambio importante en el país. Tenemos una inflación interanual del 115%, son indicadores crueles para un país con la riqueza que tiene la Argentina. Se tienen que poner de acuerdo que hay cosas que se tienen que cambiar. Ojalá que se terminen los privilegios de los sindicalistas, empresarios, políticos. Viven llenos de privilegios”, asegura.
En tanto, el presidente de la Rural destaca que “por este camino no va más” y añade: “Tenemos 21 años de pago de retenciones; el campo ha aportado 175.000 millones de dólares, son números hasta vergonzosos teniendo el nivel de inflación y pobreza que tenemos. Es lo que demuestra el sector agropecuario: la capacidad de producción. Parece una frase muy trillada, pero no les pedimos que nos den una mano, pedimos que nos saquen las manos encima, que nos dejen trabajar. El sector agropecuario tiene una capacidad de reacción increíble“.
Este año, Angus hará en la Exposición Rural de Palermo una jura alternada, como en el Centenario con negro y colorado. Se estimuló a los criadores de colorados a presentar más animales. “La competencia con los negros era difícil y muchos animales colorados se quedaban afuera por temor a competir. Vinieron más colorados. Tuvimos la suerte de que en el Centenario salió un gran campeón colorado de la exposición y una gran campeón negra. Este año, en otoño [por la muestra de la raza], al revés. Pero nuevamente las dos variedades llegaron a los máximos premios. Así que vamos a jurar en Palermo todas las categorías jóvenes alternadas. Da más lugar, más tiempo de pista, más gente compitiendo y participando”, resume.
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