Luego del ataque sufrido ayer se apuntará a reforzar la seguridad, entre otras medidas; preocupación por la logística que hubo detrás del hecho
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Luego del atentado que sufrió ayer la Sociedad Rural Argentina (SRA), el día después de esa turbulenta jornada dejó varias cosas para el análisis interno en la entidad. Desde la sorpresa por algo que no esperaba nadie, la preocupación por las personas que tomaron contacto directo con el humo de la explosión del paquete bomba hasta la certeza de que ya nada será igual, como los cambios para tener una mayor seguridad. Nicolás Pino, presidente de la entidad, que estuvo aislado hasta última hora en el Hospital Fernández, tuvo que cambiar una agenda programada para hoy en el interior. Cansado de estar en ese centro de salud, en un momento se quiso retirar, pero lo frenaron para que, por protocolo, se quedara.
“Nadie lo esperaba, nadie lo esperaba”, repetían hoy temprano fuentes cercanas a la Comisión Directiva de la entidad. Las imágenes que rápidamente se viralizaron del escritorio destruido de la secretaria de Pino, Pamela Sousa, ya daban una punta ayer de la gravedad del tema que requirió la presencia en el lugar de la Brigada Antiexplosivos.
El tema ayer era, con Pino, Sousa y dos más internados y aislados en el Hospital Fernández, cómo y cuando había que salir a hablar. En esa línea, la comunicación de la entidad fue de menor a mayor, como si en el transcurso de las horas, y ante la fuerte repercusión política, allí mismo fueran tomando mayor dimensión de la gravedad de lo que había generado el paquete bomba.
En un primer momento, buscando transmitir tranquilidad, se hizo un comunicado crítico, pero moderado en las palabras. “Nadie resultó lastimado y las personas que estuvieron en contacto con el humo fueron derivados a un centro asistencial para el debido control. Queremos transmitir tranquilidad a las familias de las autoridades y del equipo de trabajo, a los socios y a la ciudadanía de que todos nos encontramos en perfectas condiciones”, decía la primera comunicación de la SRA.
Pero, con el correr de las horas, tras conocerse otros detalles y las fotografías del estado en el que había quedado el mueble donde explotó el artefacto, surgió otra vez un dilema: en el chat de la Comisión Directiva se debatía sobre cómo plantarse frente a los medios y a la sociedad en general. Había que salir a expresar un repudio más contundente y eso fue lo que se hizo en una segunda comunicación, a las 18.30, poniendo el eje en que se había buscado atentar contra la vida de Nicolás Pino.
“El paquete explosivo realizado de manera casera buscaba atentar contra la vida” del titular de la SRA, dijeron y agregaron que la entidad estaba “abocada a colaborar con el esclarecimiento del gravísimo atentado, confiando en las autoridades”.
Mientras tanto, todo el espectro político, empresarial y gremial se manifestaba en contra del hecho y mostraba solidaridad con la SRA. En tanto, en el Hospital Fernández, Pino y su gente se sometían a diferentes estudios toxicológicos por el posible humo aspirado. Todo fue ocurriendo mientras había mucha incertidumbre sobre los autores y los motivos del hecho.
En ese marco, Marcos Pereda, vicepresidente de la SRA, salió a hablar con LN+ y pidió no especular ni hacer hipótesis para que se avance con la investigación. Más tarde, la Rural emitió un tercer comunicado todavía más duro. Allí calificó el hecho de “brutal atentado criminal” y solicitó “el más inmediato esclarecimiento” del hecho.
Entrada más la noche, en el centro de salud los aislados comenzaban a ponerse intranquilos. Fue así que Pino, según contaron, intentó irse pero lo frenaron diciéndole que era una medida de seguridad y que no se podía retirar sin permiso. Esperó un par de horas más y casi a media noche los dejaron ir a todos.
En cuanto a por qué el blanco fue la Rural, la respuesta no está todavía. “La Sociedad Rural es ‘la institución’ que representa no solo al sector agropecuario. No fue algo personal para Pino. Eligieron a la Rural porque es una entidad de 156 años que plasma y engloba a todo el sector productivo del país”, dijeron a este medio.
Preocupa la logística que hubo detrás, que “no fue un loquito porque alguien se tomó el trabajo de hacer inteligencia previa, de poner una etiqueta de un correo privado y sobre todo armar el artefacto explosivo”.
Cambios
A partir de hoy, la seguridad del edificio es más exhaustiva. Antes, cuando uno decía que iba a la oficina de Registros Genealógicos, pasaba, sin necesidad de presentar DNI; eso ya cambió.
“Nadie se espera un atentado. No se hacía un protocolo de pasar por un escáner a las personas y a los paquetes que se recibían, como en cualquier empresa o institución, en un país normal. En definitiva, nosotros como entidad no movemos plata, no dejamos gente en la calle, no hacemos política”, remarcaron. “Nada será igual, después de lo de ayer. Obviamente nos va a cambiar. Habrá que tomar algunas medidas. Por supuesto que todos estamos consternados, sobre todo las personas que resultaron afectadas y sus familias. Pero vamos a seguir haciendo exactamente lo mismo. Esto no nos va a mover un ápice de nuestras vidas”, coincidieron en la entidad.
Como es habitual, hoy desde temprano, Pino se hizo presente en Juncal 4450 para mantener una reunión con los directivos. Allí lo pusieron en autos de todo lo ocurrido después de que lo llevaron al Fernández: “Pino tenía en su agenda de hoy ir a General Madariaga y quería ir como siempre, pero le pedimos que lo suspenda”.
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