En Corrientes, en la muestra organizada por Expoagro, además de la competencia en la pista las razas dieron a conocer en qué están trabajando para potenciar la actividad
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RIACHUELO, Corrientes.- Hoy, más que nunca, la ganadería argentina tiene un norte definido. Y, en un escenario donde la agricultura empuja cada vez más el límite de la producción bovina hacia zonas más tropicales, las razas índicas y sus cruzas pican en punta. Esto se vio reflejando esta semana en los ejemplares presentados en las Nacionales edición Santander de Braford, Brangus y Brahman en esta provincia con la organización de Expoagro. Allí, en una gran vidriera al mundo, las cabañas participantes llevaron lo mejor.
Con la foto de 400 animales participantes, Braford está en un excelente nivel genético. Para Carlos Roldán, vicepresidente 2º de la Asociación Braford Argentina, las diferencias en pista de los que ganan y los que quedan al final de la fila son ínfimas: “Eso muestra que la raza está en un lugar espectacular. Cada vez hay más animales cerca de esa excelencia. La raza viene creciendo y afianzándose mucho en el norte, como una gran alternativa para la producción de carne de calidad en estos campos que son marginales”.
Con más de 30.000 toros inscriptos por año y 400 criadores, el eje está en que la entidad no sea solamente el lugar de encuentro de cabañas, sino que el criador comercial también se sume y sea parte de este crecimiento. El objetivo en la Argentina es seguir adaptándose a lo que son producciones intensivas.
“Hacer hincapié no solo en esa vaca que se adapta, se larga en el campo y que Dios la ayude, sino en detestar una mayor cantidad de terneros. Los ganaderos tenemos una deuda pendiente con la preñez y el destete. Tenemos un stock de vientres improductivo y podemos crecer en un 50% con tecnología de procesos, sin gastar plata, simplemente con mejor manejo y la raza nos permite hacer eso: la vaca se preña por la boca, en buen estado se preña y, si está flaca, no. La herramienta es la incorporación del Braford en los rodeos que ya tienen una selección por fertilidad y la adaptación al medio”, dijo.
Afirmó que la Argentina tiene el mejor Braford de Sudamérica: “Tenemos que poder exportarlo con mayor facilidad a los países limítrofes y a Centroamérica. Hace 15 años, mirábamos Australia para traer genética y hoy hemos logrado un Braford más precoz, de mejor engrasamiento, no tan grande y de mayor fertilidad. Sin duda, hoy tenemos el mejor Braford del mundo”.
Mauricio Groppo siempre dice que, hace dos décadas cuando llegó a la Asociación Argentina de Brangus, la raza empezaba a tener un crecimiento exponencial. Hoy, como presidente, dijo que esa curva continúa ascendente: “Está pasando un gran momento. En todo este tiempo la vi crecer mucho no solo en el país sino también en las áreas tropical y subtropical de Latinoamérica. El año pasado, el mundial de la raza hizo que se potencie la imagen del Brangus argentino. Sin duda, hoy somos líderes, referencia a nivel regional y se nota porque hay mucha presencia genética de la raza en otros países”.
Hoy, los faros de la raza apuntan a que la producción de carne tiene que seguir creciendo y así como aumenta la población mundial deberá crecer la producción de carne: “Vengo de una región templada y sé de las limitaciones que tiene la producción de carne en climas templados, fundamentalmente porque hay actividades que son más rentables como la agricultura. Por lo que creo que en el trópico o subtrópico está todo para desarrollar y crecer. Y ahí se torna importante el Brangus por su carne de calidad”.
Entre los inconvenientes que tiene la ganadería argentina para despegar, Groppo reiteró que se necesitan políticas de largo plazo, porque los ciclos vacunos son a cuatro años: “La mayoría de las actividades tienen los ciclos más cortos: la agrícola son seis meses. Pero en ganadería, si no hay al menos cuatro ciclos de previsión hacia adelante, es difícil crecer. Esa política hoy no está”. En cuanto a la genética, dijo se necesita más rapidez en la interacción con la parte pública, con los servicios sanitarios por ejemplo para exportar: “Tenemos demanda de México pero no hay protocolo”.
Cada año, con 560 socios, los 440 rodeos activos generan unos 35.000 animales y 10.000 inscriptos que se venden en remates y exposiciones: “Hoy la exportación de embriones y semen en la Argentina lo lidera Brangus. El destino principal es Brasil”.
Brahman, la “raza madre”, en el marco de la celebración por su 70º aniversario, tenía muchas expectativas. Esteban Binagui, presidente de la asociación y con su cabaña familiar de más de 65 años, recordó los diferentes momentos de la raza en la Argentina: ingreso, gloria, declive y luego el resurgir.
“El Brahman estaba prohibido en la Argentina por posible portador de enfermedades exóticas, entró al país de contrabando desde Brasil y se mestizó con el ganado local. A principios de los años 40 se liberó el decreto que lo prohibía y las primeras entradas oficiales fueron en 1948 de los Estados Unidos. La asociación se fundó en 1954″, dijo.
Ese ingreso por algunos productores de contrabando que empezaban a preñar vacas Hereford fue rápidamente observado por los ingleses, dueños de los campos de la compañía Liebig, que veían que esos terneros cruza eran mejores que los que ellos tenían: “Había un gran potencial en el clima hostil para el vacuno. Fue así que uno de los primeros importadores fue la Liebig. En los años 60 comienza la ‘cebumanía’, locura por el cebú donde la gente se peleaba por comprarlos y se produjo el blanqueo de los rodeos en el norte del país”.
Entre sus características fisiológicas y anatómicas de la raza se destacan su mayor cantidad de glándulas sebáceas y sudoríparas, más piel para poder generar la evapotranspiración y regular la temperatura, un sistema digestivo más chico y hasta una vértebra coxígea más. Además tiene comportamientos instintivos y se mantiene en rodeo porque tenía que defenderse de los leones, tigres y jaguares.
Llegaron a ser más de 1000 socios que incluía a sus cruzas, Brangus y Braford y a Nelore y Santa Gertrudis. Ese apogeo fue hasta los 80, pero una década después la raza comenzó a decaer: “El uso indiscriminado, sin selección por aptitud productiva sino solo por resistencia al calor y la aparición de razas superadoras que se separaron de la asociación y armaron las suyas fueron las causas. Nos terminó de liquidar las políticas económicas de ese momento porque esta raza, que aportaba tamaño y novillos de exportación, con la convertibilidad se dejó de exportar y fue la debacle”.
En los 90 de esos 1000 pasaron a ser solo 13 cabañas: “Casi desaparecemos, no se podía completar ni la Comisión Directiva”. Pero en 2000, a partir de un criterio de trabajo distinto empezó a resurgir: comenzaron a seleccionar por aptitud carnicera, mansedumbre, precocidad y no exclusivamente por adaptabilidad: “Estos últimos años el producto que ofrecemos es superior y la cuestión climática colaboró. El Brahman volvió a demostrar que era la raza para poder producir en estos ambientes extremos. La sequía demostró que sin los genes índicos producir en el norte es imposible, es la raza imprescindible”.
Con 5000 vientres y 115 socios, el futuro es seguir con la vara alta, competitivos en aptitud carnicera, buscando mejorar la precocidad, sin perder la longevidad: “Los dientes de los Brahman tienen mucho más esmalte y las vacas son más longevas: viven hasta 15 años y dan entre siete u ocho terneros”.
A nivel mundial, la raza está muy fuerte. Estados Unidos tiene 18.000 vientres registrados; Colombia, 16.000; Brasil, 14.000, y Paraguay, 8000. “Las posibilidades de desarrollo de proteína animal pasan por ambientes tropicales o subtropicales, ahí entra el Brahman. Pero hay un preconcepto que tiene que ver con el color del pelo y las características físicas del animal. Son cuestiones infundadas y utilizadas como herramientas comerciales para bajar el precio al producto en el mercado. La asociación está trabajando en revertirlo”, cerró.
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