Según un relevamiento de Coninagro, contra el 3,5% del IPC general, en septiembre pasado los alimentos se encarecieron solo 2,3%; el impacto que tiene para reducir la pobreza
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Una comparación mensual que realizó Coninagro reflejó que el aumento de los precios de los alimentos se ubicó en septiembre pasado por debajo de la inflación general: 2,3% versus 3,5% del índice general. Además, en el análisis interanual, la inflación de los alimentos alcanzó un 201,4%, inferior al 209% del Índice del Precios al Consumidor (IPC) general.
De acuerdo con el relevamiento que realizó la entidad, entre los alimentos que más aumentaron durante el mes pasado se destacaron el tomate, el limón y el pollo, mientras que los que menos subieron fueron la cebolla, la yerba mate y el azúcar. En tanto, al evaluar el último año, los mayores incrementos fueron en la cebolla, el tomate y el arroz, en tanto que los productos con menores subas fueron el azúcar, la naranja y la papa.
El informe, que fue realizado por Data Miazzo para la entidad, señaló que, respecto de las proyecciones, según el relevamiento de expectativas del Banco Central, las consultoras anticipan una inflación mensual del 3,3% para octubre, con una suba a 3,6% en noviembre, aunque que en los meses siguientes la inflación se mantendría estable alrededor del 3% mensual. En ese sentido, recordaron que la proyección de inflación para los próximos 12 meses, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), se sitúa en el 41%.
Por otro lado, se señaló que, desde diciembre de 2017 hasta junio de 2024, los salarios han perdido un 33% de su poder adquisitivo. En el último trimestre de 2023 se observó la mayor caída, alcanzando un 39% en marzo. Sin embargo, desde abril comenzó una recuperación que se prevé continuará a lo largo del segundo semestre de 2024, lo que podría mejorar progresivamente el poder adquisitivo de los salarios.
El economista David Miazzo dijo a LA NACION que, antes de fin de año, probablemente se perfore el 3% de inflación mensual. “Para octubre estamos esperando algún nivel bastante más cercano al 3 que el 3,5% que ya vimos, será 3,2% o el 3,1%, todavía falta la mitad del mes, pero la expectativa está por ahí. Antes de que termine el año, probablemente veamos aunque sea un 2,9%, pero ya perforando el 3%. Salvo por algún ruido que hoy no estamos viendo, la inflación mensual del año que viene va a ir tendiendo a ir al 2% durante el primer semestre del año que viene”, dijo.
Además, sostuvo que los alimentos hayan subido por debajo de la inflación, o sea que hayan desacelerado el ritmo de la suba de precios de alimentos, está vinculada con una cuestión más de corte macroeconómico. “Es la misma razón por la que todo el sector de bienes y los productos han ido por debajo de la inflación, y todos los servicios en promedio han ido por encima de la inflación. Principalmente, como efecto de la recomposición de las tarifas de los servicios públicos, que estuvieron por encima de la inflación, y como consecuencia de un dólar oficial subiendo solamente un 2% mensual todos los bienes; especialmente lo que en economía se llama bienes transables, es decir que se exportan e importan tienden a ajustarse a ese tipo de cambio oficial, por eso, han ido por debajo de la inflación. El promedio de la inflación es el promedio de bienes y servicios, donde servicios fue muy por arriba de bienes”, explicó.
Gran parte de los bienes de la economía fueron por debajo de la inflación, producto del crawling peg del 2% y que la inflación estuvo afectada por los servicios. El otro factor que influyó tiene que ver con el consumo y el poder adquisitivo de la sociedad. “La profunda caída del poder adquisitivo que se dio sobre todo en el verano repercutió en una caída del consumo, y esto no termina siendo más que oferta-demanda. Así, la demanda estuvo débil y los precios tendieron a estabilizarse. En uno de los sectores que mejor se puede ver es justamente en la carne, que el precio viene con un retraso respecto de la inflación de cerca del 40% en lo que va del año. La inflación fue del 101% y todo el sector bienes fue de un 84% y la carne un 60%. Está muy por detrás del promedio. Esto es porque la demanda ha estado débil porque los salarios han perdido poder de compra a causa de la inflación”, enumeró.
Para el economista, estos factores tarde o temprano se van a revertir porque los salarios han empezado a ganar algún punto sobre la inflación desde marzo, aunque es poco todavía, porque vienen de un piso muy significativo. No obstante, ese factor podría revertirse en los próximos meses.
Por otra parte, dijo que es “muy positivo” que los alimentos suban tan poco para el índice de pobreza. “El nivel de indigencia, es que básicamente la gente no puede cubrir la canasta básica alimentaria, esto como primera instancia ayuda a que el índice de indigencia mejore porque los alimentos suben menos. El índice pobreza que tiene mucho componente de alimentos, además del resto de los componentes de la canasta básica total, suben en todos estos meses por debajo de la inflación, lo cual va a ayudar a que más allá de la reactivación económica y que la recuperación del empleo y la recuperación de salarios, vayan mejorando rápidamente esos indicadores que dieron números malos. Esto gracias a que la inflación de alimentos es menor a la inflación promedio”, narró. Esto va a tener un efecto colateral positivo en términos estadísticos, pero también en términos sociales.
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