En medio de un mercado de granos que quedó paralizado por la incertidumbre tras las PASO, en el campo destacaron que el corrimiento del tipo de cambio oficial dejó desactualizado el valor del dólar agro
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Después de que el Banco Central (BCRA) llevara la cotización del cambio oficial mayorista de $287,35 a $350, analistas ligados al campo explicaron que el dólar agro ($340), que abarca el maíz, la cebada, el girasol y el sorgo y que estará en vigor hasta el 31 del actual, ahora no tiene “ninguna utilidad”. En la agroexportación consideraron que, tras el escenario económico derivado del resultado electoral, este esquema “murió el viernes”.
A fin del mes pasado, el ministro de Economía, Sergio Massa, puso en marcha el nuevo dólar agro a $340 que incluyó el maíz para sumar más reservas al BCRA. El Gobierno aguardaba US$2000 millones y esa meta se superó el viernes último con US$2127 millones. Sin embargo, ahora el tipo de cambio oficial mayorista quedó por encima del dólar agro.
El economista Ernesto Ambrosetti explicó que el dólar agro establecido ya no tiene ninguna utilidad. “La incertidumbre de los tres tercios, finalmente obligó al Gobierno a devaluar y a incrementar las tasas. De esta manera, el dólar agro perdió sentido. El valor de los granos copia la devaluación casi automáticamente, pero, si bien era una acción esperada, también impacta el costo de los insumos estratégicos de la cadena agroindustrial”, dijo.
El analista económico agregó que el Gobierno tiene la oportunidad de iniciar el camino hacia la unificación del dólar. “El agro está invirtiendo más de 15.000 millones de dólares en esta campaña, con elevado riesgo en una mayor distorsión de los precios relativos, escasez de insumos y gran incertidumbre. Hoy se tiene la posibilidad de dar los primeros pasos hacia un programa de estabilización. Esperemos que el Gobierno aproveche esta oportunidad. En este escenario el único que invierte es el productor agropecuario”, precisó.
El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, recordó que el mercado granario está muy restringido por la sequía, particularmente con la soja, donde se perdieron casi 30 millones de toneladas de una cosecha potencial estimada cerca de los 50 millones de toneladas al inicio de la campaña. De acuerdo con los cálculos de esa cámara, hoy quedan no más de 8 millones de toneladas pendientes de comercialización.
“No hay venta de productores, está paralizado. Los escenarios electorales siempre condicionan al mercado de granos más aún en un contexto de tipos de cambio diferente. Si el efecto [Javier] Milei es de turbulencia cambiaria, vamos a tener un parate total del mercado”, adelantó. Más allá de ese efecto político, añadió, la sequía sigue siendo el factor determinante de este año, ya que “va a generar meses muy duros para la agroindustria exportadora”. Además, expresó que, si bien el decreto del dólar agro sigue vigente, no cree que nadie vaya a operar porque el nuevo tipo de cambio a $350 no tiene sentido.
Otras fuentes al tanto del impacto generado en el sector agregaron que, si bien el dólar agro no es obligatorio, ahora los productores van a liquidar al dólar oficial, ya que quedó mejor ubicado que el mecanismo ideado por Massa.
El economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, explicó que las elecciones generaron más incertidumbre porque el escenario quedó totalmente abierto, con resultados repartidos en tres tercios.
“Esto genera una gran incertidumbre de para qué lado puede terminar saliendo sin el balotaje, si termina siendo Javier Milei-Sergio Massa o Javier Milei -Patricia Bullrich. Deja un escenario muy abierto, lo que genera cierto nivel de incertidumbre, que es lo que hemos visto en los mercados hoy. Los mercados descontaban la semana pasada que quien más votos iba a tener era JxC, que de alguna manera colocaba a su candidato. Esto cambia la expectativa y genera la incertidumbre que hemos visto en el movimiento del dólar, las acciones y todo”, afirmó.
Según advirtió, la incertidumbre es mala para el agro y cualquier otro sector, ya que genera mucho ruido. En ese marco apareció la suba del tipo de cambio oficial y de las tasas. “Cuando más capital necesitan los productores porque vienen de un gran golpe, el financiamiento se encarece, por ende, es un impacto negativo en el agro, aunque desde otra perspectiva se entiende que es una medida [el incremento de tasas] que forma parte de la receta para contener las corridas ante malas noticias”, dijo.
Respecto de la suba del tipo de cambio, dijo, al agro le puede llegar a servir en cierta medida, como sirvió el dólar soja o dólar maíz. “El productor puede vender con un poquito más cerca al tipo de cambio libre o real que se disparó, o sea que la brecha sigue siendo de cerca del 100%”, explicó. Al subir el tipo de cambio oficial para todas las actividades exportadoras esta operatoria es positiva, ya que en algún punto reduce el nivel de atraso cambiario. “Va a servir de poco en un contexto como el actual donde esa devaluación del tipo de cambio oficial rápidamente se va a trasladar a los precios. No va a terminar significando una mejora del tipo de cambio real, cuando miremos de acá a dos meses. Si bien una suba en el tipo de cambio oficial es positiva para la actividad exportadora y funciona en el mismo sentido que funcionaron el dólar soja, el dólar maíz o el dólar agro, con esta salvedad de que no termina arreglando nada. Se entiende que para el Gobierno viene siendo insostenible poder mantener el tipo de cambio oficial, con estos niveles de brecha, sin reservas, y más aún después las elecciones donde salieron terceros y se percibe cierta falta de poder político”, resumió.
Para el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Miguel Simioni, es prematuro emitir conclusiones definitivas sobre los impactos económicos que podría tener el resultado electoral en el mercado de granos. “Tenemos que ver cómo evolucionan las expectativas durante los próximos días y como se acomodan las variables con este nuevo tipo de cambio anunciado hoy. El mercado de granos ya venía enfrentando serios desafíos previos a la elección. Los constantes cambios en las reglas de juego, las distorsiones en el tipo de cambio, y los factores climáticos adversos influyeron fuerte en su estancamiento. Son momentos donde se necesita tener la mayor certidumbre posible para poder transitar el período eleccionario que tenemos por delante”, afirmó.
El mercado doméstico de granos quedó sumido en la incertidumbre el día después de las PASO por la fuerte devaluación del peso, que implicó, en los hechos, la caída del dólar agro que reconocía 340 pesos por dólar empleado en la comercialización de maíz, girasol, sorgo o la cebada forrajera, entre otros productos de origen agropecuario.
“Hasta el momento, con todos los que hablé me dejaron en claro la intención de esperar a ver cómo se acomoda todo después del cimbronazo inicial”, dijo a LA NACION una fuente del sector comercial que a diario debe acercar a compradores y a vendedores para formalizar negocios.
Agregó que para el caso del maíz hubo una idea de precio en 62.500 pesos por el lado de la demanda, muy lejana de los 70.000 pesos en los que se ubicó la oferta. “Estimo que el resto de la jornada la calma y la ausencia de operaciones serán la mejor expresión de la incertidumbre que hoy se evidencia en el mercado, donde nadie sabe bien qué vale lo que se tiene y qué cuesta lo que se quiere comprar”, destacó.
Entre esas incertidumbres se destaca la vigencia o no del dólar agro. En ese sentido otro operador advirtió que, si bien en la práctica la devaluación dio de baja el Programa de Incremento Exportador, “en los papeles sigue existiendo, entonces, ¿tenés que facturar a 340 o a qué paridad? ¿Actualizarán el programa con una paridad más alta para que no caiga el ritmo de ventas? Todas preguntas que hoy se hacen los compradores y para las que no encuentran respuestas”, explicó.
Con la colaboración de Dante Rofi
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