El organismo sanitario decidió integrar algunos centros de atención a otros de cercanía para mejorar su coordinación, economía y eficiencia, según dijeron
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En medio del recorte de gastos y reorganización de recursos que está haciendo el Gobierno, el Senasa efectuó un rediseño territorial y cerró 20 oficinas en diferentes localidades del país y las integró a otras de cercanía. Así se estableció hoy en el Boletín Oficial con una resolución que lleva la firma del presidente del organismo sanitario, Pablo Cortese. En total ahora quedarán unas 355 oficinas al público.
En detalle, en la provincia de Buenos Aires, el centro de atención de Berisso pasa a formar parte de el de La Plata; el de Capilla del Señor a San Andrés de Giles; el de Coronel Rosales a Bahía Blanca; el de Henderson a Daireaux; la oficina de San Nicolás que se integra a la de Ramallo, y la que había en el exMercado de Hacienda de Liniers (CABA), que hace dos años se trasladó a Cañuelas, pasa a Palermo.
En el distrito cordobés, la oficina de Alta Gracia va a Córdoba capital; General Levalle a Laboulaye; Hipólito Bouchard y Villa Huidobro a Huinca Renancó; Salsacate a Villa Dolores y; Villa del Totoral a Jesús María.
En la provincia de Corrientes, General Alvear pasa a La Cruz y; las oficinas de Itatí, San Cosme y San Luis del Palmar van a Corrientes capital. En tanto, en Misiones, Aristóbulo del Valle a San Vicente y; en Salta; Salvador Mazza a Tartagal. En San Luis, Nogolí a San Luis capital y; en Santa Fe, la oficina de Villa Cañas se integrará a la de Firmat.
Según explicaron, este rediseño está “asociado a un reordenamiento operativo y administrativo de los lugares donde el Senasa brinda servicios, resultando conveniente dar de baja a determinadas oficinas locales, integrando sus jurisdicciones a otras cercanas”.
“Dicha baja no afectará la prestación del servicio en los territorios, en virtud de haberse diseñado estrategias a los efectos de garantizar las acciones, los trámites y las gestiones que se realizan ante el Senasa, ya sea mediante autogestión o ante las oficinas locales de cercanía, así como las acciones que el mismo organismo brinda en sus tareas a campo”, destacaron.
Aclararon que las “áreas técnicas con competencia en la materia han tomado conocimiento y han prestado conformidad al dictado de la presente medida”.
“Las direcciones Nacionales de Operaciones, de Protección Vegetal, de Sanidad Animal y de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria y la Dirección General Técnica y Administrativa prestaron su conformidad al acto que se propicia”, aseguraron.
En el Senasa dijeron, “las oficinas que se integran están a pocos kilómetros de las que pasan a contenerlas y el principal motivo es el poco movimiento que tenían. No justificaba sostenerlas”.
Con respecto al achicamiento de las agencias sanitarias del Senasa en Córdoba, para la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), “indudablemente se puede estar de acuerdo con la reestructuración del Estado”, sin embargo señalaron que las oficinas en el interior “cumplen un rol social” para “pequeños productores que no tienen acceso a la tecnología”.
“Es algo que aceptamos y que entendemos que es necesario para hacer eficiente. Pero la realidad de Senasa en el interior es muy distinta a lo que ocurre en Paseo Colón. Aquí, estas agencias, si bien la situación es de evaluación del costo-beneficio que significa tenerla abierta, cumplen un rol social, si se quiere, con los pequeños productores que no tienen acceso a la tecnología, como por ejemplo es la autogestión o algunas otras herramientas digitales que hoy existen, por no tener conectividad adecuada o por una cuestión de educación y cultura. Por lo tanto que ahí lo vemos con un poco de preocupación. La conclusión es bienvenido el achicamiento, pero con eficientización del Estado”, dijo Javier Rotondo, vicepresidente 2º de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) e integrante del directorio de Cartez.
“Algo que siempre decimos en la entidad es que Senasa también necesita de muchos más recursos en el interior o redistribuir y hacer eficiente el uso de los recursos en el territorio que es donde cumple su rol, tanto de policía sanitaria como de autoridad sanitaria, y que muchas veces no lo hace. Vemos infinidad de estructuras y gastos centralizados en Paseo Colón, en la ciudad de Buenos Aires y, por otro lado, está la necesidad de hacer más eficientes los recursos y tener técnicos, vehículos y equipamientos en el territorio que es donde debería realmente cumplir su rol el organismo sanitario”, cerró.
En esa línea, Pablo Sanchez, expresidente de la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes (ASRC) y vicepresidente 3º de CRA, señaló que en principio se apoya a la medida que tiene que ver con la regulación y modernización del organismo, pero a la vez “hay que tener en cuenta que las oficinas en el interior tienen funciones que tienen que ver con la proximidad de aquellos productores, sobre todo los pequeños, que necesitan de la presencialidad para llevar adelante su trámite y esto lo complica claramente”.
“Hace falta un Senasa moderno y eficiente, del cual los productores hacemos aportes permanentes cada vez que realizamos operaciones y todo lo que aportamos va a rentas generales y no a un organismo que entendemos que es superavitario desde el aporte de los productores. Entonces, deberíamos contar con un organismo con todas las capacidades y recursos en el territorio para controlar y velar por la inocuidad alimentaria”, finalizó.
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