En represalia por la falta de acuerdo para cobrar un canon, también revisará sus planes de negocios en el país
Sin un acuerdo aun con el Gobierno y entidades del agro por el pago de regalías en soja, y en medio de un juego de presiones, Monsanto dijo ayer desde su casa matriz en los Estados Unidos, sentirse "decepcionada" y anunció que suspenderá el lanzamiento de nuevas tecnologías para el cultivo, además de revisar su planes de negocios en la Argentina.
Desde hace dos campañas, la firma está comercializando una nueva soja, Intacta, resistente a insectos. Lo hace con un sistema de control donde se asegura el cobro de su tecnología en los puertos, mediante un análisis sobre la soja, si el productor no le pagó antes en la semilla. Ese sistema privado comenzó a aplicarse el año pasado en el Norte y esta campaña está activo en toda la pampa húmeda. Entidades del agro lo cuestionan porque, dicen, viola prácticas del comercio, ya que los productores deben firmar una cláusula aceptando el análisis, y porque quedan expuestos a una retención compulsiva en los puertos, cuestión que sigue. Hace 20 días, el Ministerio de Agroindustria frenó el sistema y determinó que Monsanto deberá obtener un aval oficial. La firma no se presentó y sí lo hizo Bioceres, que tampoco completó el trámite. "No entendemos por qué hacen esto si ni siquiera presentaron nada", dijo una fuente oficial sobre Monsanto.
Si bien el diálogo sigue, ya que incluso al momento de conocerse la noticia los ejecutivos de Monsanto estaban en Agroindusria, la compañía sacudió el tablero. Expresó su "decepción por la falta de consenso en las recientes conversaciones mantenidas con el Ministerio de Agroindustria y al mismo tiempo que los aspectos y principios de acuerdo aun tienen que traducirse en una solución mutuamente aceptable para los productores de soja, la cadena de soja y el gobierno de Argentina". La compañía, que estaba preparando el lanzamiento en el país de la soja XTend, que mejora el control de malezas, un problema que se expande en la pampa húmeda,dijo que suspenderá la presentación. En 2004, luego de fracasar por cobrar por la soja resistente al glifosato, la firma abandonó el cultivo y se dedicó a parar barcos con soja en Europa. Hace unos años volvió al negocio con la soja Intacta.
"A pesar de que el Gobierno argentino reconoció que estaba comprometido a apoyar un entorno propicio para la inversión y el desarrollo a largo plazo de la agricultura a través del reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual y el respeto de los contratos privados, las recientes acciones no son coherentes con esa posición. Es necesario tanto respaldar como apoyar activamente estos principios básicos; para crear un ambiente de negocios predecible, que invite a la inversión extranjera", afirmó Brett Begemann, CEO global.
Begemann visitó hace poco al ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, por esta disputa. Quiso ver al presidente Mauricio Macri, pero no tuvo éxito. Con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, habló por teléfono.
En una reciente reunión con accionistas en Wall Street, uno preguntó por la situación en la Argentina. En rigor, los farmers norteamericanos, que pagan regalías, se han quejado en reiteradas oportunidades porque mientras la empresa les cobra a ellos no logró hacer lo mismo con los productores argentinos. En 2003, una asociación de productores de soja de EE.UU. consiguió que Monsanto fuera interpelada por esto en el Capitolio.
En Brasil y Paraguay los productores le pagan regalías desde 2004. En tanto, en la Argentina con Intacta ya le pagó un 60% de los productores que la sembraron. En un velado desafío a la negociación, la firma señaló que hará cumplir sus derechos de propiedad intelectual.
A nivel mundial, con un mercado sacudido por la compra de Syngenta por parte de la china ChemChina y de la fusión entre Dow y Dupont, Monsanto está inmersa en rumores de alianzas con las alemanas Basf y Bayer.