La firma, que hoy solicitó su concurso preventivo de acreedores, compra y procesa en torno del 20% del trigo que la industria molinera en general consume para la transformación
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Jugador número uno de la industria molinera argentina, la decisión de Molino Cañuelas de solicitar la apertura de su concurso preventivo de acreedores generó repercusiones y comentarios en el sector agropecuario en general, más allá de que la firma, que tiene una deuda que ascendería a los US$1400 millones, buscó llevar tranquilidad sobre su actividad.
“Con esta medida busca proteger sus activos, los puestos de trabajo directos e indirectos de la Empresa y los intereses de los propios acreedores, manteniendo su estructura productiva y asegurando su continuidad operativa en todas sus plantas y establecimientos industriales y comerciales”, señaló en un comunicado. En rigor, apuntó como causa de haber llegado a este paso a las “acciones judiciales promovidas por una minoría de entidades financieras” que antes integraban un comité de acreedores.
En este contexto, dos preguntas se abren: ¿qué impacto tiene su decisión sobre la industria molinera en general? ¿afecta al mercado de granos y a los productores?
Respecto de la primera pregunta, la compañía compra y procesa por año el equivalente a 1,2/1,3 millones de toneladas de trigo (según datos oficiales, fueron 1,44 millones de toneladas en 2020), esto es en torno del 20% de lo que la industria molinera total demanda para sus necesidades de consumo interno de transformación en productos y exportación.
Por este lado, en la industria molinera no esperan mayores sorpresas respecto de lo mismo anunciado por la compañía. “La empresa aseguró que su operatoria va a ser normal, que esto es para protegerse. Están convencidos de que la operatoria va a seguir siendo normal”, indicó una fuente al tanto de su movimiento en la industria.
“Por lo que tenemos dialogado con Molino, el impacto no se va a notar porque el trabajo normal de la empresa está asegurado. Va a continuar operando, abasteciendo y pagando como lo ha hecho hasta el día de hoy”, aseguró una fuente del sector molinero.
En tanto, en un molino dijeron: “Algo puede afectar a todo el sector porque que es el número uno. Con 30% del mercado, que tenga problemas va a hacer que nos miren de alguna manera distinta y que genere algún tipo de ruido por parte de los bancos y el sector de granos, pero no es una situación que haya sido desconocida”.
Sobre la situación para los productores, en tanto fuentes consultadas del mercado no prevén mayores cambios.
Mercado de granos
“No hay daño aparente en el mercado de granos, colgados”, graficó un conocedor del sector para mencionar que la firma venía cumpliendo compromisos por la mercadería que adquiría a productores.
“La deuda sería básicamente con bancos y es un porcentaje menor la que corresponde a proveedores comerciales, con lo cual el mercado de granos está muy poco expuesto en ese sentido”, agregó otra fuente de la actividad comercial.
“El impacto es ínfimo en relación a lo que ha sucedido con otras firmas tiempo atrás”, añadió. De esta forma, señalando una deuda expuesta con el sector bancario, buscó marcar un contraste con la cerealera Vicentin, que en el momento de caer en default, en diciembre de 2019, a los productores les dejó de pagar granos por unos 300 millones de dólares.
Esto más allá de que Vicentin también venía acarreando deudas con el Banco Nación y entidades internacionales, entre otras y su pasivo total rondaba los US$1300 millones. Antes de Vicentin, BLD, otra firma del negocio de granos, había caído en default con deudas de unos US$100 millones.
“Es un caso diametralmente opuesto al de Vicentin, porque está todo al día, no se le debe a ningún productor, ni trabajador. La empresa presentó un recurso jurídico para protegerse. Es un tema de un club de bancos, que dos entidades financieras no quisieron continuar y la empresa no tuvo opciones porque necesita seguir trabajando”, explicaron en el sector molinero.
Otro operador del mercado de granos destacó que no se observaron complicaciones en el último tiempo. “Por ahí algunos quedaron enganchados con mercadería, pero la gente estaba vendiendo y cumplían perfecto. Le estaban vendiendo sin ningún tipo de problema”, indicó.
En esta línea, otro operador describió a la firma actual como “reducida” y destacó que “lo que más vale es que tiene la participación más grande de molinería del país y las marcas”.
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