Mientras acumulan deudas, los productores se aprestan a sembrar los granos gruesos
Después de los quebrantos dejados por la campaña 2022/2023, condicionada por los efectos de la sequía, ahora los agricultores buscan financiamiento para encarar el nuevo ciclo
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“En el ciclo 2022/2023 los productores sufrieron la seca, pero también muchos otros problemas derivados del constante cambio en las reglas de juego”, afirma Juan Balbín, productor de General Villegas, ex presidente de Aacrea y del INTA.
“En muchos momentos hubo rumores de nuevas medidas que inicialmente fueron desmentidas por las autoridades de la Secretaría de Agricultura, pero que a los pocos días se publicaban en el Boletín Oficial. También hubo desmanejos con los tipos de cambio agropecuarios: los sucesivos dólares soja y maíz pudieron amortiguar en parte los fortísimos quebrantos por los bajos rindes, pero desajustaron la economía de tamberos y feedloteros, al tiempo que penalizaron a los arrendatarios que debían pagar cuotas de alquileres con valores superiores de un día para otro. Además, hubo discriminación entre cultivos, por ejemplo, nunca apareció un dólar trigo”, critica el empresario. Balbín destaca otro hecho: “Los 20.000 millones de dólares que el Gobierno dice que perdió por la seca, en realidad los perdieron los agricultores, ellos son los damnificados directos, el Gobierno recibió un efecto indirecto”, distingue.
Financiamiento fluido
Hacia adelante, los productores avizoran una ola de cambio en el tratamiento por recibir de las autoridades nacionales, pero no ignoran la compleja situación actual. En estos días se están preparando para la siembra de granos gruesos 2023/2024 con una deuda importante de la campaña 2022/2023.
“Pese a los fortísimos quebrantos, hay un contexto económico de calma a nivel de las empresas, porque reciben financiamiento fluido de los proveedores de insumos y servicios, porque siempre hubo solidaridad en la cadena y vínculos de muchos años, que se suman a la prohibición de girar utilidades a las casas matrices de las terminales”, razona Balbín.
Sin embargo, en el otoño de 2024 los productores deberán cancelar las deudas de las dos campañas, con sus respectivos intereses. Todos estos agricultores que planifican sus siembras de verano esperan que El Niño remolón finalmente traiga las lluvias necesarias para la obtención de rindes de tendencia o mayores. Solo en ese escenario podrán hacer frente a las deudas que quieren honrar debidamente, más allá de cual sea el candidato que triunfe en las elecciones de octubre.
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