El Mercado de Hacienda de Liniers dejará su lugar en Mataderos, pero, seguramente, su mudanza no alterará su nombre, quizá por cuestiones societarias o, tal vez, por nostalgia de muchos que ven allí algo más que un negocio.
Una norma de 2001, que impide el ingreso a la ciudad de Buenos Aires de ganado en pie, cuyo cumplimiento se fue postergando año tras año, y proyectos que el gobierno porteño considera más apropiados para ese predio, obligan a los 50 consignatarios que hoy operan allí a trasladarse. Esa es la única certeza que existe para ese lugar que recibe ganado desde 1901, y que hace 25 años es manejado en forma privada sobre terrenos que pertenecen a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), bajo jurisdicción del Ministerio de Agroindustria.
Liniers debería dejar de operar en su lugar el 31 de diciembre de 2018, pero el proceso llevará por lo menos dos años. Todavía hay que ajustar demasiadas variables entre las partes involucradas. Además, luego del frustrado plan para mover el mercado a La Matanza, a terrenos linderos al Mercado Central, que la intendenta Verónica Magario frenó a través de la presentación de un amparo, hoy conviven dos proyectos.
El plan A es llevar el Mercado a un espacio más grande, ubicado en el kilómetro 22,5 de la autopista Ricchieri, que pertenece a la AABE y que tendría el visto bueno del intendente de Ezeiza, Alejandro Granados. El otro plan es trasladarlo a un predio privado más alejado de las zonas urbanas, quizá en Cañuelas.
Habría voluntad política para que el mercado concentrador de hacienda no desaparezca. Durante la última reunión de la Mesa de las Carnes, el presidente Mauricio Macri les recordó a los consignatarios que, durante los ocho años que fue jefe de gobierno de la ciudad, "siempre me prometían que se iban y nunca pasó". Pero, a la vez, pidió a los funcionarios de su Gobierno que facilitaran el funcionamiento del mercado hasta que exista el nuevo proyecto. Además, los bancos oficiales proveerían financiamiento a tasas accesibles para el nuevo proyecto.
Único en el mundo, solo igualado por el mercado de Oklahoma, en los Estados Unidos, aunque este último opera nada más que invernada, Liniers concentra entre un 9 y un 12% de la faena total.
¿Por qué es importante seguir manteniendo un mercado físico que ha perdido volumen en una época en que proliferan las ventas directas, televisadas, y los remates ferias en el interior? "El primer valor extraordinario de Liniers es que nadie arranca el día sin saber qué pasó en Liniers", dijo el analista Ignacio Iriarte, y agregó: "Cumple varios requisitos: no hay un comprador, sino cientos, no hay un ofertante, sino cientos".
Liniers presta, además, un servicio gratuito de información de precios de diferentes categorías para productores de todo el país que -paradójicamente- en su mayoría no mandan una pata al mercado, pero que lo usan como referencia obligada para distintas transacciones con su propia hacienda, para contratos de alquiler, pastaje, etcétera.
"Es una de las buenas cosas que nos diferencian de otras partes del mundo", indicó el consultor en ganados y carne, Víctor Tonelli. "Allí, productores y compradores grandes y chicos pueden competir por igual por la calidad de la hacienda", añadió. Por otra parte, no hay que olvidar que abastece a un mercado de la ciudad de Buenos Aires y alrededores de 16 millones de consumidores. "Es fundamental que exista un mercado concentrador físico que tenga el libre juego de la oferta y la demanda. Liniers es tomado de referencia por el país entero", afirmó Matías de Velazco, presidente de Carbap. "Hay muestras sobradas de lo que pasa cuando una producción no tiene un mercado de referencia, por eso somos oferentes del mercado para que siga vivo y para que nos podamos defender de los monopolios y de la cartelización", remarcó.
Una función determinante
En el mismo sentido, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, sostuvo la necesidad de que exista "un mercado donde se obtenga un precio de referencia. Liniers cumple una función esencial".
Incluso, el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, recalcó la importancia que tiene Liniers en la formación y como referencia de precios, así como el interés de su cartera "en que Liniers deje de funcionar un día, pero que al otro día funcione su otra locación".
Según Iriarte, todos los países que perdieron sus mercados concentradores no se dieron cuenta del daño que le hicieron a la ganadería hasta mucho tiempo después. Desde Uruguay, el consignatario Alejandro Zambrano también reconoció la importancia de un mercado como Liniers. Ese país cuenta con un desarrollado sistema para la venta de invernada y cría a través de Internet y televisión, pero no existe una referencia de precios diaria ni un mercado para la hacienda con destino a faena. Todos los lunes, los consignatarios publican una tabla que refleja el promedio de negocios concretados la semana anterior por categoría.
Mientras tanto, el Gobierno viene de lanzar el SIO Carnes, un sistema de información de precios de faena de carne bovina para diez regiones geográficas a base de las declaraciones de los operadores ante la AFIP de la faena diaria y a los Documentos de Tránsito Electrónico (DTE).
En opinión de De Velazco, los precios del SIO Carnes suelen ser menores a los de Liniers. "Hace 15 días, por ejemplo, el ternero gordo de 300-350 kilos en Liniers estaba a un promedio de $38/40 el kilo, y el SIO Carnes informaba $31", contó. Un reconocido consignatario cree que esto podría atribuirse en parte al peso en ese índice de los operadores que engordan y faenan, y que declararían un precio menor al de mercado, así como a las operaciones realizadas en forma directa entre ganaderos y frigoríficos, que en algún porcentaje se realizarían con el famoso "achique".
"El SIO Carnes toma el valor referencial declarado, que hasta ahora está sujeto a la decisión del individuo que informa", explicó el consignatario consultado. Paradojas donde a veces los productores parecen atentar contra sí mismos al no remitir a un mercado que después usan como referencia o al no informar un valor real, lo que termina reduciendo un nuevo índice.
Tecnología y servicios para el mercado
La mudanza es un hecho, pero las negociaciones para su nuevo emplazamiento están abiertas. Por un lado, hay negociaciones entre los consignatarios y el Gobierno en cuanto a la cantidad de hectáreas que podrían recibir en Ezeiza, el plazo de la concesión, sus condiciones, costo y a las condiciones financieras. Por el otro, los mismos consignatarios estudian diferentes proyectos ya que algunos prefieren mudarse a un predio privado.
"La clave es que nos mudemos todos juntos, si no, no se trataría de un mercado; sería una feria", dijo Ignacio Gómez Álzaga, de la consignataria Álzaga Unzué. Además, el nuevo mercado tendría que ser un predio más moderno, competitivo y con menores costos operativos.
Los consignatarios saben que el nuevo predio debe contemplar certificaciones de bienestar animal y avances sustanciales en las condiciones sanitarias y en el manejo de la hacienda. Muchos piensan en la necesidad de tratar los efluentes y su transformación en energía a través de una planta de biogás. "Hay que tener un mercado acorde a la tecnología y a la demanda actuales", señaló Esteban Sáenz Valiente, de Sáenz Valiente, Bullrich & Cía.
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